Colgada de un barranco
mi Ronda, entre la niebla,
una diosa parece
descendida a la Tierra,
Esa Ronda que vuela,
esa Ronda tan quieta,
detenida en el tiempo,
eternamente eterna.
Rotundamente roca,
resueltamente piedra.
¡Ay, mi Ronda, tan alta
como el Sol que te besa,
tan noble y orgullosa
como una luna llena.
Ronda dentro de mi alma,
tan joven y tan vieja.
Deja una respuesta