A mí me mató un bolero
A mí me mató un bolero era y es una obra arriesgada. Se trata de presentar este género apasionado de una manera diferente, con otros ritmos, otras melodías, otros arreglos musicales, otra puesta en escena distinta.
Al ser canciones muy populares, cualquier alteración de su esencia puede producir rechazo en los espectadores; todo lo que no sea atenerse a los cánones puede ser una bomba en la sensibilidad de quien prefiere la cantinela de toda la vida.
Por eso me sabe tan bien este éxito: por mi gente y por mí. Porque el público ha sabido entender la idea básica: HAY OTRAS FORMAS DE PRESENTAR LOS BOLEROS. Los 4 o 5 nostálgicos, acérrimos partidarios del inmovilismo artístico, nunca podrían entender esto, que el público experto de Ronda sí ha sabido comprender. POR CIERTO…2 LLENOS.
"Un sueño hecho realidad"
No se puede entender la música en español sin conocer el bolero, tal vez el más universal de los géneros musicales latinos. La historia del bolero comienza a finales del siglo XIX en Cuba, como un heredero del bolero español, pero con sus propias características musicales. Entre los primeros grandes maestros hay que destacar, entre otros, a los compositores cubanos Nilo Menéndez, Gonzalo Roig y Ernesto Lecuona, al puertorriqueño Rafael Hernández y, sobre todo, al mexicano Agustín Lara.
A lo largo del siglo XX, el bolero lanzó a la fama a artistas como Los Panchos, María Dolores Pradera o Armando Manzanero, y ha atraído a numerosos músicos de otros ámbitos. Estrellas de la canción melódica como Julio Iglesias o Luis Miguel, ilustres cantantes extranjeros como Frank Sinatra y Caetano Veloso, o maestros del jazz latino como Benny Moré, por ejemplo, se han acercado al bolero en algún momento de sus carreras.
El bolero es una exaltación absoluta del amor e implica una manera de cantar y de expresarse que no tiene vergüenza del dolor, de la pasión y del desamor. El tono de sus letras, siempre apasionado y romántico, crea una intensa comunicación entre el intérprete y el oyente. Quizá eso explique por qué muchos jóvenes vuelven hoy en día al bolero.