Naranjitos que guardáis
esta casa tan hermosa
por fuera, por dentro en cambio
vulgar como cualquier otra.
Decidle a los que la habitan,
que limpien su piel roñosa,
que respeten la razón
y que guarden sus pistolas.
Que veneren las hechuras
de elegante y gran señora
de Ronda y que no maltraten
su presente ni su historia.
Naranjitos agridulces,
haced que cuiden a Ronda.

 

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