JOSÉ LUIS SÁNCHEZ
Y llegó ese gran día,
que llena el corazón
de amor y grandeza,
con profunda emoción
me voy de procesión,
¡Virgen de la Cabeza!.
De la Virgen, costaleros,
llevarla con alegría
con cariño y sutileza,
nos vamos de romería
que bonito está el día,
¡Virgen de la Cabeza!
Al cruzar por el puente
rodeada de peregrinos
a pie en una calesa,
ya se divisan tus pinos
ese es nuestro destino,
¡Virgen de la Cabeza!
Al pasar por la Ciudad
mírala con alegría
con amor y sin tristeza
que ya llegará ese día
que vuelvas a Santa María,
¡Virgen de la Cabeza!
Ruedo de la Alameda
de fondo, la Almocaba,
con todas sus fuerzas
el Barrio te aclama
como tú te llamas,
¡Virgen de la Cabeza!
Esa niña que te mira
con ojos que enamoran
de la mano de Teresa,
esa niña es mi Nora,
protégela Señora
¡Virgen de la Cabeza!
SANDRA GÓMEZ
MI HERMANA
Mi hermana, tan pequeña y bonita
parece una princesita.
Cuando duerme en su cama
es una gran dama.
A mi hermana, a mi hermana,
de nombre le pusieron Ana.
Ana es pequeña y juguetona,
es una gran persona.
Sus cabellos rubios y rizados
parecen anillos enlazados.
Su piel, tan fina y sedosa
se asemeja a una bella rosa.
Amigos, ésta es mi hermana,
mi queridísima Ana.
Haciendo clic en los auriculares podrás escuchar a Sandra interpretando una magnífica versión de mi canción «Te espero aquí».
FRANCISCA CONDE PALMA
Ella se define como «emigrante», sin más. Tanta fuerza ha tenido esa experiencia para ella que no encuentra otra palabra mejor para expresarse. Y lo lleva con orgullo; un orgullo que no impide una sana nostalgia de su tierra, de su pueblo, de su luz y su misterio.
LOLA RIVERO
Agua que calmas la sed
de las tierras resecadas,
angustia de nuestros campos
que a voz en grito te llaman.
Por fin tu tintineo suave
repicando en mi ventana.
Abro la puerta, me voy
a la calle sin paraguas
para que el agua resbale
por mi pelo, por mi cara.
¡ Bendita sea la lluvia!
¡ Bendita sea su alma!,
y un viejo que va pasando
con sonrisa de añoranza
se ríe de mi locura
y comparte mi esperanza.
Y disfrutamos la tarde
lluviosa que nos deparan
los cielos que van cantando
su melodía de agua.
Lluvia que calmas la sed
de las tierras resecadas,
el campo, la flor, la piel
agradecen tu llegada.
El silencio
de la noche,
me gusta el silencio.
Sonidos de paz,
ladridos de perros,
murmullos lejanos,
confusos, secretos,
perfiles brillantes
de blancos luceros,
reflejos de niebla
que aquietan los vientos.
La luna vigila
y alumbra mi lecho
rompiendo el cristal
de mis pensamientos.
¡¡Ay!!, ¡¡ quien pudiera
ser noche, ser tiempo
de hechizo nocturno
que arropa los sueños !!.
YO SOY LA TIERRA Y PROTESTO
ANTE EL UNIVERSO ENTERO
¿QUIÉN QUEMA MIS BELLOS BOSQUES
Y LOS CONVIERTE EN DESIERTO?
LOS ÁRBOLES QUE SE QUEMAN
LOS PLANTARON LOS ABUELOS
CON SUDOR TRABAJO Y HAMBRE
PARA SUS HIJOS Y NIETOS
Estribillo
NO SON TUYOS, NO SON TUYOS
LOS ÁRBOLES QUE ESTÁN MUERTOS,
ERAN BELLOS Y ERAN MÍOS,
MÍOS, TUYOS, SUYOS, NUESTROS.
¿QUIÉN ECHA A LOS ANIMALES
DE SUS NIDOS VERDADEROS?,
¿QUIÉN CAMBIA EL COLOR AL RÍO
MANCHANDO SUS SENTIMIENTOS?,
¿QUIÉN CONTAMINA LOS MARES?,
ESOS MARES TAN ETERNOS
QUE DABAN AL PESCADOR
SU ILUSIÓN Y SU SUSTENTO.
Estribillo
NO SON TUYOS, NO SON TUYOS,
EL RÍO, EL MAR Y EL CIELO,
ERAN BELLOS Y ERAN MÍOS,
MÍOS, TUYOS, SUYOS, NUESTROS.
HUMO QMUE NOS ENVUELVE
DESDE EL TEJADO AL CEMENTO
ES VENENO QUE NOS MATA
POCO A POCO, LENTO, LENTO.
YA NO PUEDO RESPIRAR
GRITAN LAS FLORES AL VIENTO
Y MARCHITAN SUS COLORES
DOBLANDO SU CUERPO SECO.
Estribillo
NO SON TUYOS, NO SON TUYOS
EL AIRE, LA FLOR Y EL VIENTO,
ERAN BELLOS Y ERAN MÍOS,
MÍOS, TUYOS, SUYOS, NUESTROS.
YO SOY LA TIERRA Y PROTESTO
DESDE LOS MARES AL CIELO,
SEQUÍAS Y TERREMOTOS
SON LA RESPUESTA QUE TENGO.
QUIERO MIS MARES, MIS RÍOS,
QUIERO MI LLUVIA Y MI VIENTO,
ESTÁN ROMPIENDO MI PAZ
Y DESTROZANDO MI SUEÑO.
Estribillo
NO ERA TUYO, NO ERA TUYO
ESTE PLANETA TAN BELLO,
ERA BELLO Y ERA MÍO
MÍO, TUYO, SUYO, NUESTRO
Conclusión
NO VALE DECIR: ¡¡ LO SIENTO!!
NO BASTA DECIR : ¡¡ LO SIENTO !!
Trepa el gigante
destrozando la concordia,
seguro
como el rayo
que arrebata
con su chispeante fuerza
el color al alba.
El impetuoso torrente
con su descomunal arrebato
arrolla
piedras, montañas
y sentimientos
hasta descender
al valle de lo imposible.
Su violencia
retuerce a los débiles,
atenaza a los fuertes,
compone el más dramático
réquiem en el pentagrama
del dolor.
La espesa niebla,
en lenta danza,
con sus macabros velos
se balancea
entre los llantos ecuánimes
de un sentimiento tan hondo
y profundo como el ser
de cada instante
generosamente compartido.
Rota la cadencia,
la incertidumbre anida
en las altísimas cumbres
ocultándose inútilmente
bajo las nieves perpetuas.
Mirando allá abajo
en el fondo del valle,
la niebla no deja
contemplar
el fluir de la corriente
del río.
El silencio,
cortado por
rojos lamentos,
tiñe las aguas
que surcan conciencias.
arrebatando
el frágil equilibrio
de la paz
y el tranquilo
discurrir de la vida.
¿Dónde estás amor?.
¡¡ Grito al mar embravecido,
reto a la muerte
y maldigo a las entrañas
de la tierra !!.
Un segundo basta
para que el invierno
no tenga primavera,
para que el hoy
cierre las ventanas
del mañana,
para que el sol
ciegue la luz de tus ojos
y el frío viento
borre tus risas de mis días.
El mar me borró
todas mis lágrimas.
Mi alma, desnuda
de ilusiones,
clama y espera.
Sólo sabré que me llamas
si la lluvia
pronuncia mi nombre.
Debe haber
un lugar encantado
donde el amor
disipe la niebla
que separa muerte y vida,
donde las fuentes
reciten tus poemas,
donde la brisa acune
nuestros deseos.
Y allí, amor,
en ese jardín de ensueño
plantaremos la vida
y seremos los dueños
del tiempo.
Un susurro
aquieta al viento.
¡ Llueve, el cielo llora
su canción eterna !,
pero su llanto
es mi dicha
y mi consuelo.
¡ Sí, oigo mi nombre!,
cada gota me acerca
a mi destino.
El arcoiris transporta
mi alegría
hasta fundirse
con tu mirada.
Un halo dorado
nos envuelve,
mientras un cántico
de paz
entonan los cielos
y la tierra.
¿Quién podrá ahora
arrebatarnos
lo que fuimos,
lo que somos,
lo que seremos?…
Un instante,
un siglo,
ya no es nada…
es todo.
Tú y yo
como siempre,
juntos, amor.
SAETA
Saeta que me clavas tu aguijón
cuando cortas el aire!, flecha santa,
que aunque hieras la noche, a mí me encanta
tu sencilla y magnífica oración.
Honda y profunda letra de pasión,
humilde trovador que a Dios le canta,
poniendo el corazón en la garganta
y en el alma un aliento de emoción.
Saeta de la eterna primavera,
espejo del clavel que está muriendo,
espina del tormento mensajera,
no quieres que Jesús esté sufriendo
y para hacer su cruz más llevadera,
su dolor junto a Él vas compartiendo.
JUAN ANTONIO GARCÍA
Ya que abandonaste
El aura de tu lira
Contempla- fiel en ti –
La presencia de mis besos;
Has rugir en tu memoria
El desdén de tu deseo,
Inmemorial y temprano,
Como el sol de Enero,
Como las charcas
En su asiento oscuro,…
Y transparentes;
Como el ala de tu sombra
Encima de ti ,
Siempre presente.
Queda la luz
Alumbrando el desierto,
Lleno de espacios sin rumbo,…
Nada he descubierto;
Sufro pájaros insolentes
Ávidos de muerte
Y desaliento
Lúgubres lombrices
Sonríen, llenas de
Ojos muertos,…
¡oh, mi alma encantada
Llena de luceros!,
¡oh, mi rumbo perdido
En el aire
De tu vuelo!.
A mi prima Manoli.
Pesa, y se disuelve el silencio
Por la oscura cortina del futuro,
Oscurece temprano
Con el frio temblor del desconsuelo,
Es tarde…
Me has dejado sin tu beso,
Sin tu aroma de reina
Entre los nuestros,
Sin tu espalda desnuda
En las noches de mis sueños,
Sin tu boca de risa
Sin lamento,
Sin tu iluminada presencia
En mis deseos;
A ti, que quise ofrecerte
Mis secretos,
A ti, te hubiera regalado
Todo mi tiempo,
A ti, hubiera brindado
Mi reino.
No te culpo –mi hada-
Siempre permanecerás
En mi recuerdo.
Tú, corazón cierto,
ya padecido junto a charcas de manantiales,
juncos y arroyos de las huertas,
uralitas de calor, carros sin caballos,
yeguas sin monturas ni dueños,
coches sin carnet y albercas
turbias de manzanos y granados.
Tú, fiel sorpresa escondida
tras muros de trabajo,
tú, trovador, ensoñador y
artífice de encantos,
tú, regio paladín de estirpe desencantada,
honroso hueco ideal
para cuando falten todos
esté tu alma grande;
tú, amigo ideal,
sin tiempo ni espacio que te alcance
vive sin que te ocupen,
sueña sin que te dejen;
tu gloria ya te saluda
desde tu casa, junto al puente,
nuestro puente.
Febrero 08.
ANTES QUE DESPIERTO
Antes que despierto,
Estuve soñando en otros tiempos,
En realidades sin nombres,
En tiempos sin futuro,
En ilusiones sin dueños.
Antes que despierto,
Vi la luz de mi secreto,
Lejos de mi tiempo,
Cerca de mi vida,
De mi deseo.
Antes que despierto ,
Estuve loco de sentimiento,
Lleno de armonía,
Cuerdo con mis adentros.
Despierto solo anduve
Preso de mi recuerdo,
Triste en mis días imposibles,
Loco de refugio en mi locura,
EN VELA
Ya, desnudo de mi gloria
Indago en paisajes secretos,
Cambio el rumbo de vientos
Que no transportan sino
A lugares de sombrías veleidades,
Entretengo mi locura
Con el justo desafío de la noche;
Aunque a veces,
Cuando el cielo abre los ojos…
Parece que no amanece.
Enhiesta luz del desamparo
que quizás, el destino
tuerce, destuerce y corro
tú, ensombrecedora de tantas auroras,
llenas de gloria, de futuro y de honor;
¡vuélvete!, con tu lóbrega cautela
de cuánto aceches ser presa de tu obsesión;
que no para, ni repara
en ningún corazón.
Sedienta de sangre,
serás desgajada de tu inútil cofradía
Y tus muertos resucitarán
para recordarte sus vidas,
serás vencida por quien vuelve del pasado
y tu alma cosechará amapolas inversas,
con sus hojas de sangre fresca
hundidas sobre tu pecho,
para que tu corazón fluya
con savia de pensamientos nuevos.
Es un sonido
Blanco,
Llano y plano,
Suave y hondo
Tranquilo y sereno.
Es un ruido
Sin voces
Ni lamentos,
En paz, sin dueño,
Tranquilo y sereno
Tantas cosas minúsculas
Voy necesitando – íntimamente- tan cerca
De mí,
Que me pierdo en el abando
De mi deseo primero….
En la cresta de un gallo
Que cante su desconcierto,
En la pluma pardA
De un gavilán del cielo,
En la ruta oscura
De una hormiga de mi huerto
Voy sintiendo cada paso
Sin complejo;
Y desnudo mi alegría
De mi tormento,
Y arrastro por el tiempo
Cada segundo de cada momento
Y me paro y retrocedo,
Siempre detrás del deseo,
Porque delante
No puedo.
MOMENTOS
Invadió el tiempo
La libertad del sueño
Dejándolo al desamparo
De lo corriente;
Brotó la luz de lo interior,
Soportando vendavales
Y reyertas;
Raída abrazó
El infinito de la idea,
Y conquistó su mundo
Para siempre:
Pleno de luz, silencios
Y anchas veredas
Llenas de besos,
Música,
Y recuerdos.
HOY COMO NUNCA
Hoy, como nunca,
Entiendo el sonar de las campanas,
El tiempo que no pasa,
Tu ausencia en mis mañanas.
Hoy, como nunca,
Entiendo el amor de cualquier persona,
La soledad entre las sabanas,
El sentirte acompañada.
Hoy, como nunca,
Entiendo el querer que lo olvidaras,
O que lo quisieras,
O que me dejaras;
Aunque mañana…no pudiera entender
Cómo te quise tanto,
Cómo no me quisiste,
Cómo hoy…no me acompañas.
EL ÚLTIMO ESCALÓN
El último escalón
De tu templo
Ya no accede,
Al rigor de tu aliento;
Desgaja tu pasado
Sin sentido,
Mordiendo tu manzana
Infinita de besos;
Entrañándose en ti
Requiere su augusto universo,
Sin remedio,
Con la corriente
Efímera del deseo
Tropieza, consciente,
De las heridas de su cuerpo….
Y lucha y lucha
Por su amor eterno.
Lejanas las voces de prudencia,
Surgen del mar de la ir
Aromas de sirenas,
Arrogantes y bellas
Disecadas del tiempo
De miseria,
Locas de besos,
Con sus labios frescos
Y aliento de deseo;
Inundando la cordura
Para romper el universo,
Moldeando lo que sobra
De cada cuerpo,
Para abordar en plenitud
Cada secreto.
Ya que no quieras sentir,
Sé fiel a la idea que te refleje,
Vive en tu corazón siempre;
Llena tu vida de sabores
Y perdones,
Rompe la vulgaridad de tu rueda,
Alcanza la feliz compostura de tu mente,
Libre de atuendos y pequeñeces;
Llena de gloria tu tiempo,
Que te pertenece;
Ahuyenta la mentira, el desaliento,
La idiotez de la pena que te aflija,
Triunfa con tu tiempo y tu memoria,
Llena de besos tu pasado, y tu presente,
Por encima del futuro,
Estás tú: Tu carne deseosa,
El calor de tu cuerpo
Junto a otros cuerpos,
Tu aliento de deseo
Inundando las desgracias;
Tu paz, y tu reino,
Desfilando ,como ejercito victorioso
De palomas blancas.
ANTONIO SÁNCHEZ «EL POLVORILLA»
Músico, artista y lector
y hace letras de teatro.
Y mi amigo Rafael,
sentado en aquella silla,
él recitaba también
del bolero maravillas.
Y a José María Ortega,
también lector y escritor,
amigo de don Gonzalo,
en su libro lo vi yo
con los Príncipes de Asturias
en el año setenta y dos.
Y a Frutos barbero Sánchez,
al que conocí después´,
si me lo vas permitiendo,
a ti mi aprecio también.
Antonio, el del Polvorilla,
El cual escribió estas letras,
me cautivó aquel bolero,
pero más me cautivaron
los amigos que lo hicieron.
RAFAEL LESMES
A MI QUERIDO AMIGO SALVADOR CONDE
(Junio, 2010)
Me enteré la otra tarde
Que te abandonó la vida
La mejor forma de honrarte
Fue, escuchar tu poesía.
En mis paseos habituales
Por campos de girasoles y trigales
Entre rosas y jazmines
Pensaba en mi homenaje.
Pensé escribirte una carta
Luego me decidí por el verso
Creo, es la forma mas exacta
De emular a uno de mis Maestros.
Maestro comunicador
Maestro de la elegancia
Maestro de los buenos modos
Maestro en esencia.
De amor y desamor
Y vuelta a enamorarte
De tu Isabel
Un cielo de mujer, esposa y madre.
En la presentación de tu libro
Con la desnudez del alma
Con palabras como: aprecio, afecto y estima
Me dedicaste el mismo.
Es un libro precioso
Hecho con mucho sentimiento
Que leo y releo
Y mas me acerco a tu pensamiento.
Quiero tener el honor
Cuando deje la vida de los humanos
Estés donde estés, Salvador
Volver a reencontrarnos.
Para seguir aprendiendo, Maestro
De tus versos y tus rimas
Con pasión y sentimiento
De tu preciosa poesía.
Cuando empecé esta aventura
Que llevaba años soñando
Nunca pensé en el tiempo
Que estaría caminando
Me acompaña el silencio
Recorro el camino
Sudoroso
Y sediento
Camino siempre pensando
En toda mi gente
La que de forma permanente
Me está acompañando
En mi caminar
Contemplo la naturaleza
Sus paisajes y formas
Me hacen reflexionar
Los amaneceres
Por los lugares por donde paso
Al observarlos
Me colma de placeres
Continuo mi andadura
Atravesando pueblos y ciudades
De muchas diversidades
De las tierras de España
Hidratados pero cansados
Por mis pies sigo preocupado
Para ir salvando obstáculos
Llevar un buen calzado
Van pasando jornadas
Responde mi cuerpo
Llevo mucho camino recorrido
Mis fuerzas están renovadas
Me hospedo en los albergues
Que encuentro en los lugares
Por donde paso al caminar
He llegado a Santiago
Han pasado 34 jornadas
De arduo caminar
Contento y algo fatigado
He recorrido Andalucía
Mi tierra
Por Málaga, Cádiz y Sevilla
Donde el sol más brilla
En Extremadura
Por Cáceres y Badajoz
Por su calor
Y la distancia entre pueblos
La más dura
En Castilla
Por Salamanca y Zamora
Sus caminos interminables
Se pierden en la lejanía
En Galicia
Por Orense, Lugo y A Coruña
La más verde y frondosa
Profunda y honda
Y la más montañosa
Ante la Cruz del Homenaje
Siento estremecimiento
Por todos aquellos muertos
Auténticos caminantes
Rezo por ellos una oración
Deposito una piedra en el montón
En recuerdo de todos
Lo que me llena de emoción
Cuando empecé a andar
Hace ya mucho tiempo
Santiago quedaba muy lejos
Pero por fin pude llegar
Fue mi suerte
El llevar a Aurelio de compañero
Persona que nunca desfallece
Y para animarte
Siempre es el primero
En el camino
Te puede pasar de todo
Perderte
A nosotros nos pasó varias veces
Mojarte
Por las lluvias torrenciales
Morirte
Le sucedió a varios caminantes
Sed, frío, calor y hasta hambre
Todo puede pasarte
Llego a la conclusión
Que todo este trabajo
Tiene que servirme
Para ser mucho mejor
Siento en mi interior
Que el camino me llama
Todo el que lo ha hecho
Tiene la misma sensación.
Jornada nº 1
De Ronda a Olvera.
Hoy es día 10 de mayo del 2010, lunes, son las 6,30 h. de la mañana y me he levantado pues he descansado bien y hoy viene a las 8,30 h. mi amigo Aurelio pues salimos de marcha para intentar hacer desde Ronda, el camino a la Aldea del Rocío.
Tengo mi macuto preparado, a tan solo algunas cosas de última hora, que he completado después de tomar mi habitual desayuno, compuesto de un zumo de naranja y dos tostadas de pan con aceite y café con leche. Una vez realizado el mismo, termino de completar el macuto y lo bajo, pues lo tengo en el ático de la casa, y una vez hecho, a esperar a mi amigo Aurelio.
Aurelio ha llegado antes de las 8,30h. y una vez revisadas las cosas que vamos a utilizar, nos lo echamos a la espalda y salimos de la casa en dirección al Ayuntamiento, donde hemos quedado con el concejal de deportes, Carlos Mirasol ,a las 9 h de la mañana para que una vez hecha la foto de rigor, como cuando hicimos el Camino de Santiago, poder partir hacia la Aldea del Rocío.
Hemos salido de la plaza del Ayuntamiento a las 9,20 h., caminamos por la c/Armiñán hacia la c/Virgen de la Paz, pasamos la plaza de España y salimos hacia la c/Jerez, donde hacemos un alto a los pies de la imagen de la Virgen del Rocío, pidiéndole ayuda en el caminar y que nos respete el tiempo.
Continuamos bordeando toda la cornisa del Tajo, pasamos por la barriada de la Dehesa en dirección a La Indiana; comienza a llover, nos bajamos los macutos al suelo y los protegemos, al igual que nuestros cuerpos con los impermeables. Bajamos por el pinar, salimos a la carretera de Benaoján y cruzamos para bordear el Campamento de Montejaque, para al pasar por el túnel de la vía del tren, girando a la derecha por un carril que nos lleva a la carretera de Sevilla, la que cruzamos por el Hotel Don Benito, donde paramos un momento para quitarnos los impermeables, pues, ha dejado de llover.
Seguimos por el carril de la Fuente La Higuera, en constante subida, hacia la carretera de Acinipo, la que cogemos y pateamos entre 1 o 2 kilómetros, hasta salir a Puerto Sauco; paramos un rato, bajamos los macutos de la espalda, comemos unos cacahuetes y bebemos un poco de agua, siendo las 11,30 h. de la mañana, continuando la marcha por un carril, que es el que nos llevará a las ruinas de Acicipo. A la mediación empieza nuevamente a llover, por lo que tenemos que protegernos con los impermeables. En diez minutos, nos ha caído una buena, pero ese es el camino; cuando pasa la tormenta, vuelta a quitarnos la protección y seguir caminando, subiendo por el carril, que no está en muy buen estado hacia la Venta Leche, por donde pasamos y continuamos por una pequeña pista asfaltada, cruzando la carretera que lleva a Setenil, y siguiendo por el carril, que desemboca en la cuesta del infierno, el cual se encuentra totalmente destrozado por las pasadas lluvias del invierno, llegando al finalizar el mismo al río, que cruzamos y paramos junto a la ermita, en el merendero habilitado para la romería. Son las 15 h y nos descalzamos para que los pies descansen un poco y se aireen. Comemos la pasta con huevo duro y atún que nos ha preparado Dolores, la mujer de Aurelio y de postre, unas avellanas, para terminar el paquete y dejar más espacio en las mochilas.
Pasada media hora, reanudamos la marcha hacia Torrealhaquime, por una pista de albero y luego por la carretera, cruzándolo y siguiendo por la misma carretera en dirección a Olvera, quedando unos 4 kms. desde la Torre a Olvera. En plena ascensión por la carretera, nos paramos con tres hombres, que se encontraban sentados en un malecón, a la sombra de una encina; uno de Olvera y los otros dos de La Torre. Les preguntamos si existía algún alberque en Olvera para poder quedarnos. Los dejamos con su paz y continuamos subiendo, para llegar a la ermita de los Remedios, a las 17,15h. de la tarde. Preguntamos en la ermita si podemos pernoctar en ella y nos dicen que no, que lo tendría que autorizar el cura de la ermita y no se encuentra allí. Nos cargamos los macutos y seguimos para Olvera, por un paseo paralelo a la carretera, y como estamos escasos de agua, le preguntamos a un vecino, y nos informa que hay un nacimiento, junto al lavadero municipal, donde reponemos nuestras botellas y seguimos en busca de alojamiento. En el pueblo, le preguntamos a dos señoras que nos envían a la Escuela Hogar, donde nos dicen que no nos podemos quedar y nos remiten a la policía local o a la guardia civil. En el cuartel de la guardia civil nos informan que no nos pueden ayudar y decidimos continuar nuestra marcha hacia la Vía Verde, pasando por la Fuente, en el centro del pueblo, siguiendo una bajada pronunciada hacia la Vía Verde. En el camino compramos pan y una torta de aceite. Aurelio ha divisado la estación de autobuses, y se ha adelantado para verla, por si nos podemos quedar a dormir en ella. Como no es posible, continuamos hacia la Vía Verde y pasado el segundo túnel, cerca de el, pues no nos fiamos que por la noche pueda llover, instalamos la tienda de campaña, nos sentamos y nos relajamos descalzando nuestros
doloridos pies.
Ha pasado un buen rato desde que llegamos y nos disponemos a cenar, para lo cual sacamos del macuto los alimentos que transportamos desde Ronda. Como llevamos un salchichón abierto, es lo que primero procedemos a liquidar, acompañándolo con un buen trozo de pan, y para rematarlo, un trozo de la torta de aceite que acabamos de comprar en Olvera. Mientras nosotros procedemos con nuestra cena, pasan muchos vecinos de Olvera, andando o trotando por la Vía Verde, punto de encuentro para las prácticas deportivas, fuera del ruido o agobio de los coches de la ciudad.
No son las 21h. de la noche y ya estamos dentro de la tienda de campaña, la cual cerramos con el mosquitero, para que haya ventilación en la misma y procedemos a descansar, pues, la jornada del día siguiente a Montellano es bien dura.
Son las 3,30h. de la mañana y ha empezado a llover, levemente; aguantamos un poco en la tienda pero al rato no tenemos mas remedio que salir, pues, empieza a llover con más insistencia, lo que hace que cojamos los macutos y nos vallamos dentro del túnel para resguardarnos de la lluvia. La noche ha sido bien corta y en el túnel permaneceremos hasta que pare de llover.
Hoy vamos a empezar
Un nuevo camino
El nos va a llevar
A la Aldea del Rocío.
Como es tradicional
Ante el Ayuntamiento
En la plaza municipal
Donde tiene su comienzo.
Hicimos una parada
Ante la Virgen del Rocío
Para pedirle en el caminar, ayuda
Y que nos respete el tiempo.
Bajamos por la Dehesa
Pasamos el puerto la muela
Cruzamos por la Indiana
Subimos la fuente la higuera.
Llegamos a puerto Saúco
Pasamos por venta de leche
Bajamos la cuesta del infierno
Hasta la ermita de Torrealháquime.
Luego por la carretera
Sinuosa y estrecha
Paramos en la ermita
En dirección a Olvera.
Descansamos esa noche
En la tienda de campaña
Junto a un túnel de la Vía Verde
A las afueras de Olvera.
Jornada nº 2
De Olvera a Montellano.
Son las 7,30h. de la mañana y ha dejado de llover. Ya nos hemos tomado el café que ha preparado Aurelio y nos disponemos a recoger la tienda de campaña y todas las cosas que tenemos fuera de los macutos y que hemos utilizado para dormir. Ordenamos las cosas en el macuto y nos lo echamos a la espalda; son las 8,20h. de la mañana y comenzamos a marchar por la Vía Verde, la cual se encuentra en muy mal estado, pues las pasadas lluvias del invierno han provocado muchos corrimientos de tierra, cerrando el paso en algunos tramos y teniendo que utilizar máquinas para retirarlas.
Las primeras personas que nos encontramos son dos operarios que con su máquina están retirando la tierra y que nos recomiendan que en estos primeros tramos de la Vía Verde, tengamos cuidado al caminar, pues nos podemos resbalar.
Continuamos andando y pasando túneles; el tiempo parece que ha abierto, pero no nos fiamos y sobre las 11h. comienza de nuevo a llover, lo que de nuevo nos lleva a cubrirnos y a nuestros macutos. Nos cruzamos con un hombre que está cogiendo cabrillas. Nos refugiamos en un túnel y bajamos las mochilas para comer algo, pues son casi las 11,30h. de la mañana. Tiramos de los alimentos que llevamos encima, pan, salchichón, chocolate y pasados unos diez minutos, las mochilas al hombro y a seguir caminando. Paramos en el Peñón de Zaframagón, en un pilar detrás de una casa, donde nos descalzamos, nos lavamos los pies, pues el agua está muy fresquita. También nos aseamos cara y brazos y cuando terminamos, nos tenemos que cubrir pues ha comenzado a llover. Seguimos andando y está lloviendo lo más grande. En el transcurso de unos 500 o 600 m. que es lo que hay hasta el centro de interpretación del Peñón de Zaframagón, ha caído una tormenta y la hemos pillado entera. Paramos en el centro de interpretación, donde vemos algunos chavales de un colegio visitándolo y le preguntamos al responsable si sabe decirnos cuantos kms. hay hasta Montellano, que es donde concluye nuestra etapa. No lo sabe con certeza y reanudamos la marcha. Estamos andando a una velocidad de 5 kms la hora. Una buena marcha, dado el peso que llevamos a nuestras espaldas. El centro de interpretación se encuentra ubicado entre el km.13 y el 14 de la Vía Verde. Al pasar por el peñón, tan solo hemos divisado un buitre leonado, revoloteando el mismo, será debido a como está lloviendo, no habrán querido salir a mojarse.
Continuamos andando y pasados cinco kms. nos encontramos a chavales de otro centro escolar, en dirección al centro de interpretación, con sus profesores respectivos. Algunos chavales nos saludan como si fuéramos extranjeros. Seguimos caminando y sobre el km 26 de la Vía Verde, nos encontramos a tres chavales en bicicleta; los paramos y les preguntamos por el cruce hacia la Junta de los Ríos, que es donde nos desviamos para Montellano. Hablamos un rato con ellos y se asombran de lo que estamos haciendo, y con una mochila bastante pesada a nuestras espaldas. Nos indican que a cuatro o cinco minutos andando, está el cruce, por lo que nos despedimos de ellos y continuamos, llegando muy pronto a el. Nos bajamos las mochilas de la espalda y sobre una piedra grande , en el mismo cruce, nos disponemos a comer algo antes de reiniciar nuestra marcha. Son las 15h. de la tarde.
La comida consiste en un buen trozo de pan, salchichón, dátiles y frutos secos.
Pasado un cuarto de hora, reanudamos la marcha, por una carretera, no en muy buen estado, que nos va a llevar al cruce de la carretera que une Coripe con Montellano, lo que una vez que lleguemos, tiraremos hacia la izquierda que es donde queda Montellano. La carretera que tomamos, en los primeros tramos es ascendente y con curvas, pero una vez pasados se convierte en casi una recta, hasta llegar al cruce. Son unos tres kms. que hacemos tranquilos, con un cierto aire fresquito, pues el día ha abierto y aunque hay nubes, luce un cielo azul intenso y soleado.
Llegamos al cruce y giramos hacia la izquierda en dirección a Montellano. Vemos un cartel indicador que señala: 7 Montellano. Pero conforme andamos, van pasando las señales de los kms. y vemos el 16, 15, 14 y empezamos a dudar que la señalización anterior sea correcta. En la carretera, aunque hay poco tráfico, hay que estar muy atento, por lo complicado de andar por ella. Pasamos una cantera abandonada, que dejamos a nuestra izquierda y empezamos a subir, en constantes curvas bien abiertas, hasta el km 8, donde se encuentra el cortijo Aldehuela Alta, donde entramos para repostar agua. La señora se acuerda de nosotros, cuando en 2007, camino de Santiago con los burros, hicimos una parada, también para beber agua. Nos informa de los kms que nos quedan hasta Montellano y justo es la mitad, hasta el cruce, o sea, que quedan 8 y llevamos andados casi 9, por lo que desde el cruce, hay 17 kms. Nos echamos las mochilas a las espaldas y una vez pasado un tramo de carretera en ascenso, que estan arreglando, y una nueva cantera que está a la derecha, comenzamos a bajar por la misma carretera en dirección a Montellano. Transcurridos 3 kms, existe un carril, paralelo a la carretera, que nos lleva al mismo pueblo, el cual cogemos por lo que nuestra marcha es mucho mas relajada, por el tema de los coches. No obstante le preguntamos a un vecino, que se encuentra andando por el mismo, que nos indica, donde debemos abandonarlo, para entrar bien al pueblo. Así lo hacemos y cruzamos para salir nuevamente a la carretera, donde observamos la señalización del km. 2, por lo que continuamos andando hasta entrar en Montellano, donde lo primero que vemos es una urbanización sin terminar, vallada y a continuación una casa grande también sin terminar, con su cancela, pero sin candado. Aurelio me dice que es el lugar idóneo para pasar la noche y estar a reguardo de las inclemencias del tiempo, pues en la lejanía se observan nubes de muy mal aspecto, en previsión de que no nos pase lo mismo de Olvera. Hemos llegado a las 18,15 h. de la tarde. Casi 12 horas caminando, incluidas las paradas para comer.
Aurelio se queda en la puerta de la estancia con las mochilas y yo me voy a comprar. Llevamos andados 47 kms y los pies están un poco resentidos y doloridos.
Mientras el descansa, yo tengo que hacer casi tres kms. , entre el ir y venir, pues estamos casi a las afueras del pueblo y el supermercado que me han indicado los vecinos a los que he preguntado, me hacen andar esa distancia extra. En el supermercado que encuentro abierto, compro pan, morcilla, chorizo, latas de atún, sardinas en tomate, espárragos y algunos dulces, y aunque ando con alguna dificultad, a buscar a Aurelio y entrar en la estancia que nos albergará esta noche.
Al entrar a Montellano, hemos observado a mucha gente a caballo, en carretas, etc, y es que se celebra la Romería de San Isidro Labrador, y están poniendo a punto sus caballos y carruajes. Por la noche, después de cenar, algunas cosas de las que he reseñado, colocamos nuestras esterillas, los sacos y nos echamos a dormir, siendo las 21h. aproximadamente. Ya nos han llamado por teléfono, Dolores, la mujer de Aurelio y Aurora mi mujer. Como por los sitios donde pasamos no puedo cargar mi móvil, les he dicho que lo tendré abierto de 10 a 11 de la mañana y de 20 a 21 de la tarde.
Estando ya descansando, escuchamos algunos cohetes que por las calles del pueblo, andan tirando en preparación a los festejos que se avecinan.
El martes retomamos
El camino, por la Vía Verde
Como siempre, andando
Un lujo para la mente.
Por la lluvia, mojados
Ante el Peñón de Zaframagón
De los buitres leonados
Paramos en su centro de interpretación.
El andar por la Vía Verde
En un terreno más llano
Disfrutamos de sus parajes
En dirección a Montellano.
En Montellano pernoctamos
En una casa abandonada
Felizmente descansamos
Aun teniendo abierta todas las ventanas.
Jornada nº 3
De Montellano a Utrera
Son las 7h. de la mañana, hemos descasado bien, aunque durante toda la noche ha habido mucho meneo por las calles. Nos levantamos y Aurelio como todas las mañanas prepara el café. Para hacerlo, el acostumbra en todas estas marchas, a llevar el hornillo, la cafetera y el paquete de café. Por eso todas las mañanas el que se levanta antes que yo, es el encargado de hacerlo. Café solo y sin azúcar. Como dice el, para cargar las pilas.
Recogemos todas las cosas que hemos utilizado para dormir y las ordenamos en las mochilas. También recojo la tienda que la noche anterior la colgué para que se secara, pues cuando la plegué por la mañana, estaba mojada, y durante la noche se ha secado.
Nos disponemos a salir de la vivienda y nos encaminamos hacia el centro de Montellano. Paramos en un bar que encontramos en nuestro paso, Bar Rural, y entramos para desayunar, bajando nuestras mochilas y sentándonos en una de las mesas del mismo. Café con leche y pan con aceite para mi, y cortado y pan con aceite para Aurelio. Mientras esperamos que nos lo preparen, hablo con un vecino de Montellano y le pregunto por la salida del pueblo hacia El Coronil, pero campo a través. Nos informa que tenemos que hacerlo en dirección al Polideportivo. Terminamos el desayuno y nos incorporamos las mochilas a las espaldas y salimos del bar, encaminándonos hacia donde nos han indicado. Cuando estamos cerca del Polideportivo, preguntamos a unos trabajadores de un taller y nos informan detalladamente del carril que debemos coger, junto al cementerio, que nos va a llevar hacia la carretera que une Morón con Montellano y la carretera que va en dirección a Sevilla. Cuando llegamos a ella la cogemos en dirección a la parte alta de Montellano, en dirección a Morón, y cuando llegamos a la indicación del km.1, nos salimos hacia un carril, El Carril del Las Lomas, que nos va a conducir al arroyo Salado. El carril está en bajada permanente, pero se bifurca cerca de un picadero, teniendo que coger el de la izquierda, y que nos confirma un vecino del lugar. Cuando llegamos al arroyo salado, comprobamos que las lluvias del invierno ha roto el puente de hormigón que posibilita el paso y tenemos que hacer malabares para no mojarnos. Yo meto un pie en el agua y Aurelio también se moja. Lo pasamos y subimos a una venta, El Asador San Sebastián, que al otro lado de la carretera, hay una gasolinera. Aurelio se para y se cambia de calcetines; yo no lo hago y cometo un grave error. Continuamos caminando al borde de la carretera en dirección a Sevilla, sobre 1 km o un poco mas, para a continuación pasar a un carril que nos llevará a El Coronil. El carril está en lo alto de la carretera, junto a un olivar, con dos letreros, Las Glorias y Los Garrotales. Lo cogemos pero en dirección a Los Garrotales y sin dejarlo, nos va a conducir a El Coronil. El carril nos deja a dos kms. de El Coronil, y cuando llegamos al pueblo, buscamos la piscina municipal, al lado de la cual, hay dos cruces de carreteras, nos situamos en el último, que va a la base aérea, y desde el mismo cruce sale un carril que conduce a Los Molares, el cual cogemos, aunque no sabemos la distancia entre ambos pueblos. Previamente al llegar a la piscina municipal, preguntamos a unos vecinos de El Coronil, que se encontraban sentados placidamente, a la sombra de los árboles, por dónde cogemos el carril y nos corroboran las ideas que traíamos de la vez anterior.
Descansamos un poco ante de cogerlo y comemos algunos frutos secos. Son las 11,30h de la mañana.
Empezamos a andar por el carril y las tierras de labor que pasamos están sembradas de cereales y girasol, no como cuando pasamos en el 2007, en septiembre, cuando fuimos a Santiago de Compostela, que eran un auténtico erial.
Lo primero que nos encontramos en un cortijo, muy grande, cuyas aguas de pozo no se pueden beber, según nos indica un obrero del cortijo. Lo rodeamos, pasamos junto a los perros y nos paramos junto a un moral, comemos un poco de su fruto que está muy maduro y seguimos el carril, subiendo una loma en dirección a Los Molares. En esta zona que pasamos a continuación, el carril ha sido muy deteriorado por las lluvias del pasado invierno, teniendo en algunas ocasiones, dar un rodeo para poder seguir por el mismo. Llegamos a un segundo cortijo, también bastante grande, a simple vista casi abandonado, donde en la anterior ocasión pudimos beber agua y avituallarnos, y en esta ocasión, no podemos hacerlo. Eran las 14,30h. de la tarde y paramos a descansar un poco y a comer para poder seguir el camino. Terminado el avituallamiento y el rato de descanso, reanudamos el camino y lo hacemos por el carril que hay junto a los perros, que nos va a llevar al mismo pueblo de Los Molares, y así nos lo confirma un hombre que sale del cortijo debido al ladrido de los cinco o seis perros que hay en el cortijo. Caminamos en principio despacio, para ir calentando, hasta coger el ritmo habitual de marcha, y antes de llegar el pueblo, tenemos que cubrirnos, pues empieza a llover, aunque no con mucha insistencia. Llegamos a la carretera, junto al pueblo y tiramos hacia la izquierda para entrar en el, y continuar hacia el interior, pues nuestro objetivo es salir por un carril que nos llevará directo a Utrera. Nos paramos con unos pintores, que arreglan una fachada, que nos confirman el camino a seguir, y les pedimos que nos rellenen las botellas, para que no nos falte el agua en el camino.
Ya estamos en el carril, pero debemos tener cuidado, pues el carril se bifurca, a unos 500 m. del comienzo, y tenemos que coger el de la izquierda.
Avanzamos por el carril correcto y poco a poco, se van acercando las siluetas de los torres que divisábamos en la lejanía. Paramos a un coche de caballos y le preguntamos al cochero, si sabe de algún sitio para hacer noche, por aquellos lugares. Nos indica de unas cuadras antes de entrar en Utrera, cuando se acaba el carril de albero por el que andamos. Empieza a llover y en previsión de ello, ya venimos cubiertos, pero aún así, la que nos ha caído encima es tremenda y nosotros erre que erre, a lo nuestro, aunque llevamos los zapatos y piernas y pantalones chorreando. Cuando llegamos a la altura de las cuadras abandonadas, la portada está cerrada, y antes de proceder a abrirla, pensamos en seguir, pues parece que ha dejado de llover. Llegamos a Utrera, a una especie de polígono industrial, donde hay varias naves adosadas y preguntamos a un hombre que se dedica a pasear a su perro, por el polideportivo más cercano y nos dice que hay que atravesar la barriada de color turquesa, atravesar la avenida por el puente de hierro y nos encontramos el polideportivo. Entremos en el y el chaval de la oficina, al que nos identificamos y le decimos lo que estamos haciendo, le pedimos un sitio para poder tirar nuestras esterillas y los sacos de dormir, pero que estemos a cubierto de las posibles lluvias nocturnas. Nos contesta que tiene que consultarlo a sus superiores y coge el teléfono y realiza unas cuantas llamadas, incluso a la policía local, que le contestan que viene a buscarnos el cabo y esperamos su llegada. Mientras uno de los trabajadores, que al parecer está pintando las instalaciones y tiene un hijo en las escuelas deportivas, nos hace un croquis perfecto, para desde donde estamos, situarnos en el centro y coger el carril, que utilizan los rocieros de Utrera, para ir al Rocío. Como pasan casi dos horas y ni viene la policía municipal y tan sólo nos dan permiso para ducharnos, pero no quedarnos en las instalaciones, le agradecemos al chaval de la oficina el trato que nos ha dado y sus gestiones y nos cargamos las mochilas y abandonamos las instalaciones deportivas. Cuando estamos a la mediación de la avenida, comienza nuevamente a llover, con la misma intensidad de antes, y nos resguardamos en unos soportales, en la misma, aprovechando para picar algunos frutos secos, pues, aunque hemos llegado a Utrera a las 18,30 h., son ya pasadas las 19,30h. de la tarde. Continuamos nuestra marcha por los sitios que nos han indicado y a Aurelio se le ocurre el pasar la noche en la estación de Renfe, para lo cual, una vez situados en el centro, preguntamos y nos indican que está muy cerca de donde estamos, por lo que antes de acercarnos a ella, procedemos a ir de compras, a un supermercado situado en una calle paralela. Aurelio se queda fuera con los macutos. Yo entro y compro algunas cosas como: pan, queso, chocolate negro, chorizo, morcilla, salchichón y una botella de agua.
Nos encaminamos hacia la estación de Renfe, que se encuentra cerca de donde nos encontramos; llegando pronto y situándonos en uno de los bancos del interior y como llevamos los pies mojados, nos descalzamos y nos cambiamos, poniéndonos los zapatos que llevamos secos. Recibo una llamada de Mameli, de Radio Ronda, haciéndome una entrevista para su programa deportivo, detallándole todo lo acontecido en estos tres días de camino. Le agradecí al Patronato Deportivo Municipal, su colaboración y también a la Hermandad del Rocío de Ronda, el que nos dejaran una llave de la casa hermandad, para que si llegamos con éxito a la Aldea del Rocío, podamos asearnos y descansar en ella.
Preparamos unos bocadillos para cenar, pues, son más de las 20,30h. y lo hacemos sentados en los bancos interiores de la estación de Renfe. Estamos calentitos, pues en la calle, después de las dos tormentas de agua que ha soportado Utrera, el ambiente está muy fresquito. Después de haber descansado un buen rato y haber cenado, me doy una vuelta por los alrededores, por si encuentro algo más aceptable para quedarnos a dormir, pues en la estación, nos encontramos algo incómodos. Decidimos marcharnos y buscar otro sitio; cogemos nuestras mochilas y al hombro. Empezamos a recorrer el camino que tendremos que hacer mañana; primero la plaza de la fuente, luego otra plaza y giro a la derecha, donde está el Mercado, y a continuación la policía local y la guardia civil. Pasamos por delante de ellos y estamos delante de la estación de autobuses antigua de Utrera. Le preguntamos a un hombre que ha sacado a pasear a su perro y nos informa, que la misma está cerrada, y que el Ayuntamiento la destina al botellón. Lo decidimos al instante y es el sitio ideal para pasar la noche. En la rampa de entrada a la misma, que está techada, colocamos nuestras esterillas y los sacos de dormir y nos acomodamos lo mejor posible y a relajarse que mañana viene otro día bien duro. Hoy hemos andado también más de 40 kilómetros, con lo que hemos tenido que hacer dentro del pueblo.
Salimos de Montellano
En dirección a El Coronil
Y junto al Cementerio
Cogemos un largo carril.
Llegamos a la carretera
De Morón a Montellano
Por el carril de Las Lomas
Hacia el arroyo salado.
Luego por la carretera
Y a la derecha un nuevo carril
La flecha indica Los Garrotales
Que nos llevará a El Coronil.
Campo a través
De El Coronil a Los Molares
En el cruce a la base aérea
Junto a un campo de placas solares.
De Los Molares a Utrera
Por un ancho carril de albero
En la lejanía se divisa
Las torres de la iglesia y el silo, del pueblo
En la vieja estación de autobuses
Cerrada y abandonada
Descansamos esa noche
En su rampa de entrada
Jornada nº 4
De Utrera a Coria del Río.
Son las 7h. de la mañana, y nos levantamos. La noche ha estado tranquila. Es posible que sea como consecuencia de estar cerca las oficinas de la guardia civil y la policía local. A partir de las 6h de la mañana, se ha intensificado el tráfico por la avenida, amplia y que va en dirección a la rotonda que conecta varios pueblos. Recogemos todos los bártulos y ordenamos nuestras mochilas; nos adecentamos un poco y nos ponemos en movimiento. Nos dirigimos en primer lugar a las oficinas de la policía local, pero al entrar no vemos a nadie y optamos por entrar en las oficinas de la guardia civil. Hablamos con algunos miembros de la misma, preguntándoles por la salida hacia Villafranca y Los Palacios. Buscamos el carril de la Potejona, que así nos indicado que se llama. Conversamos con ellos un buen rato. Uno de ellos es natural de Ubrique. Sale un nuevo compañero, que es el que nos indica realmente por donde podemos tirar y nos desea suerte en el camino. También nos indica un bar en el que podemos desayunar, que está situado enfrente. Cruzamos la calle y nos disponemos a desayunar, aunque como no son las 8h. de la mañana, tenemos que esperar que traigan el pan. Esperamos un poco y mientras, Aurelio se arregla los pies, se cambia de calcetines y yo le echo un vistazo a la prensa local. Me llama la atención un artículo del periódico, sobre el plan romero que se llevará a cabo la semana que viene, cuando empiecen las hermandades a peregrinar a la Aldea del Rocío, con la movilización de mas de tres mil efectivos, para que todo salga bien.
Desayunamos pan con aceite y café con leche y siendo las 8,20h. Al lado del bar hay un puesto de frutas en una cochera grande y compro dos plátanos para el camino. Salimos del bar y nos dirigimos por la avenida, donde está la estación de autobuses, pasando por un debajo de un puente, donde por encima están las vías del tren y continuamos andando por la misma avenida en dirección al barrio de la Fontanilla, donde al finalizar vemos la rotonda que nos han indicado. Pregunto en el Bar la Fontanilla, que está situado en la misma rotonda y un cliente me indica el carril, donde en este mismo instante, está un coche circulando por el carril que debemos coger.
Entramos en el carril y pasamos por un puente que atraviesa la carretera, creo que es la general, y nada más salir de el , el carril se bifurca a la derecha; no lo cogemos y seguimos y a los 100 m. se vuelve a bifurcar a la izquierda y tampoco lo cogemos y seguimos. El carril discurre entre tierras cultivadas de olivos y sembrados de girasol.
No hay pérdida en el mismo y continuamos por el principal, aunque le preguntamos a un agricultor que se encuentra dándole, con su tractor, una labra a los olivos. Nos indica que tenemos que pasar por la yeguada Ayala y después por el cortijo Bujalmoro.
Continuamos nuestra marcha y pasamos por la yeguada Ayala, donde a la finalización vemos como un carril de albero, atraviesa el que estamos pateando. Tiramos hacia el frente y conforme vamos andando, contemplamos que el carril no está en muy buen estado, y pensamos que el paso de las carretas por este carril va a estar dificultoso. Nosotros continuamos por el y pasada casi una hora de andana, cruzamos un arroyo con alguna dificultad y salimos a un carril más amplio, con parcelas y casitas a ambos lados del mismo. Estas casas y parcelas están en el término municipal de Los Palacios. Le preguntamos a un chaval que viene andando y nos confirma que saldremos a la autovía en 3 o 4 kms. Salimos del carril y atravesamos un puente sobre el canal del Bajo Guadalquivir. Esperamos a un agricultor que viene con su moto de trabajar en el campo; lo paramos y le pedimos que nos informe sobre el camino en dirección a Coria del Río, que es donde pretendemos pernoctar. Nos indica que pasemos la autovía por debajo y continuemos por la ribera del canal, hasta que lleguemos a la carretera general, la nacional 4ª, la cual debemos atravesar, con mucho cuidado y continuar por una pista asfaltada, que desemboca a una carretera en dirección a Isla Menor y Coria del Río. Este camino que estamos haciendo no tiene nada que ver con el que hicimos en el 2007 cuando íbamos camino de Santiago. No hemos pasado por delante del cortijo Bujalmo, como nos indicaron al principio, que es el camino que utiliza la hermandad de Utrera. Paramos debajo de la autovía, a la sombra pues hoy hace un sol abrasador, tan solo suavizado por el aire que por la mañana temprano era bastante fresquito, aunque ahora son la 11,30h y empieza a hacer bastante calor. Comemos unos platanos y algunos pastelitos que nos quedan, que compré en Montellano.
Continuamos por el margen izquierdo del canal, donde existe un carril para que los propietarios de las fincas colindantes puedan acceden a ella. También existe otro carril en el margen derecho. Vemos como en algunas fincas, se encuentran en plena faena de recolección; creemos que es algodón lo que están recolectando. Van pasando puentes sobre el canal y al que hace 7 vemos como está la general cerca del mismo. Esperamos a que no pasen coches, pues está muy frecuentada. Pasamos y comenzamos a caminar por la pista asfaltada. En ella nos encontramos a dos trabajadores del campo que se encuentran fumigando una finca de olivos; les preguntamos y nos confirman que vamos bien y que siguiendo la pista asfaltada, llegaremos a la carretera, que nos lleva a Isla Menor y a Coria del Río. También nos informan que si seguimos la margen izquierda del canal, llegaremos a un punto, donde carril y pista asfaltada, casi se unen y nos ahorramos algo de distancia. Se lo agradecemos y continuamos por el carril pegado al canal, llegando al punto indicado, tomamos la pista asfaltada y en poco rato llegamos a la carretera. Al llegar a ella, iniciamos a caminar por ella en sentido derecha, pero nos damos cuenta que existe un carril bici, que une todos estos pueblos de la zona del Bajo Guadalquivir. Lo tomamos y a partir de ahora, nuestro caminar es más seguro y rápido, pues nos hemos quitado el agobio de los coches. Vamos muy tranquilos y yo voy mirando los paneles indicadores que hay cada dos kilómetros. Le comento a Aurelio que empiezo a recordar que por la misma carretera pasamos hace mas de dos años con los burros, camino de Santiago. Incluso al pasar por un eucalipto, protegido por troncos de madera, le comento que en el mismo lugar estuvimos comiendo camino de Isla Menor. Son casi las 14h y van cayendo kilómetros en nuestro caminar. Comentamos que cuando sean las 14,30h pararemos para comer algo y seguir la caminata. Me quedo sorprendido al ver verja verde bastante grande que separa la carretera de lo que supuestamente es un parque y al llegar a la puerta de entrada, leo “Parque periurbano de La Corchuela”. Entramos en el a a la sombra de algunas palmeras, vamos a comer algo. Lo primero que hacemos es descalzarnos y dejar que nuestros doloridos pies, se aireen y descansen. Luego sacamos de nuestras mochilas, pan, morcilla, salchichón, queso y procedemos a comer algo. También comemos algunos frutos secos y algunas pasas. Los agricultores que estaban fumigando los olivos, nos hablaron que saldríamos a La Corchuela y posteriormente a la Dehesa de Coria, y nos lo confirma un trabajador, que con su furgoneta sale en este mismo instante sale del parque, al cual le preguntamos. Hemos terminado de comer y reanudamos la marcha, encontrándonos, pasados 1,2 kms. la entrada a la Dehesa de Coria, que cogemos e iniciamos el camino en leve descenso. Tiene un recorrido de mas de 3 kms. y en nuestro caminar observamos alambradas a ambos lados y ganado vacuno suelto. El amplio corredor está en una zona de pinares y lo suelen coger las hermandades con sus carretas para llegar a la carretera a Coria del Río. Las puertas para las carretas las abren tan solo cuando empieza el Rocío.
Llegamos a la carretera y la cruzamos en dirección a Coria, leyendo el cartel, Coria 6 km. Hace bastante aire y la tarde amenaza tormentas; continuamos andando y vemos como está cada vez más cerca el pueblo. Nos tenemos que cubrir, pues han empezado a caer algunas gotas. Nos duelen los pies, pero seguimos andando. Hablamos de que cuando lleguemos a la barca, nos quitaremos los impermeables.
Hemos llegado a la barca y son las 17,30 h y tenemos que esperar un rato, pues la barca acaba de salir, pero nos dice un vecino que como hay mucho tráfico, enseguida la tendremos aquí de vuelta. Conversamos con el un rato y nos recomienda que hagamos el camino a la Aldea del Rocío por los pinos de Aznalcázar. Nos montamos en la barca para pasar a Coria del Río. Nos cuesta a cada uno 1 €. El nos acompaña en el pueblo a buscar a la policía municipal. La policía municipal ha sido trasladada a lo más alto del pueblo y hay un buen rato caminando. Desisto de ir, pues me duelen mucho los pies y necesito descansar. Recojo a Aurelio que se había quedado con las mochilas y nos vamos en busca de la hermandad de Coria, que tiene su sede en el centro del pueblo. Como abren a las 19h. mientras vamos a Caritas que nos informan que cerca hay una pensión. Nos dicen que no nos pueden ayudar económicamente y tampoco nosotros lo necesitamos. Nos vamos a la pensión y cuando entramos, nos identificamos y hablamos con el dueño, comentándole lo que estamos haciendo. Nos alquila una habitación con dos camas por 30 € y subimos y procedemos a darnos una ducha, pues ya la necesitamos. Han pasado cuatro días desde que salimos de Ronda y necesitamos asearnos en condiciones para emprender los dos días de marcha que nos quedan a la Aldea del Rocía. Aurelio se queda en la habitación y yo me acerco a la hermandad de Coria y hablo con Modesto González, que nos explica el camino que debemos coger hacia Villamanrique de la Condesa, tirando por la Dehesa de Abajo, Los Pinos de Aznalcázar hacia el Quema y a continuación el pueblo. Me da recuerdos para Antonio, el del bar de la plaza de Villamanrique.
Ya en hostal le pregunto al dueño, si podemos cenar y me contesta que si, pero a las 21h. que abre el comedor. Le digo que nos preparen huevos, pimientos y patatas fritas.
La ducha que nos hemos dado ha sido estupenda. Bajamos a cenar a las nueve y estando cenando, cae una tormenta de agua sobre Coria, espectacular. La cena nos cuesta 6 € a cada uno. Las calles parecen ríos y en tan solo un cuarto de hora, han caído un montón de litros de agua de lluvia. De buena nos hemos librado si nos hubiéramos quedado en la calle a dormir.
Acabamos de terminar de cenar y nos retiramos a descansar a nuestra habitación.
Salimos por la mañana
Por el barrio de la Fontanilla
Por el carril de la Potejona
Hacia el pueblo de Coria.
Entre olivares y sembrados
Caminamos sin descanso
En dirección al carril
Del canal del Bajo Guadalquivir.
Dejamos el canal
Paramos en La Corchuela
Para luego pasar
Por la Dehesa de Coria
.
Llegamos a la barca
Para pasar a Coria, por el río
La emoción nos embarga
Aunque nuestros pies, están doloridos.
Jornada nº 5
De Coria del Río a Villamanrique de la Condesa.
Hoy hemos dormido de lujo. Son las 7h. de la mañana y Aurelio ha preparado el café de todas las mañanas. Nos lo tomamos y preparamos las mochilas y nos adecentamos un poco antes de bajar a desayunar. El dueño abre por la mañana a las 8h. Bajamos nos disponemos a desayunar; tostadas con aceite y café con leche. Cuando terminamos cogemos nuestras mochilas y nos despedimos de Juan Márquez, el dueño del hostal. Le pedimos que nos despida de su señora y de su hija Rocío. Nos da recuerdos para Rafael Jiménez, “El Araña” , que vive en Villamanrique.
La mañana está muy fresquita, pero espléndida. Será debido a la lluvia de la pasada noche. Salimos por un carril bici que une Coria con Puebla del Río. Hasta que llegamos a un punto en el cual hay que atravesar el pueblo, lo que hacemos, según nos indica un rociero de La Puebla. Buscamos el cruce colina, en lo más alto del pueblo y vemos por donde tirar en dirección a la Dehesa Abajo. Al principio es carretera en el pueblo, que termina en un polígono industrial, situado a la derecha de la misma. Andamos por las aceras hasta el polígono, donde las mismas se acaban y empezamos a andar con mucho cuidado por el borde de la carretera. Son dos kilómetros que andamos con cuidado, hasta que coronamos una subida y empieza un carril paralelo, el cual cogemos y ya no abandonamos hasta llegar a una rotonda, que nos indicará Dehesa Abajo. El carril, lo mismo está situado al margen derecho de la carretera, como al izquierdo, y nosotros lo seguimos y cuando desaparece en un margen nos pasamos al otro. Estamos ya en el Parque Natural de Doñana. Esta cañada por la que estamos andando se llama: La Cañada de los Pájaros.
Cuando llegamos a la rotonda, seguimos el cartel indicador de Dehesa de Abajo, 4 kms. También existe una carril bici que indica Pinos de Aznalcázar 11 kms. Nosotros continuamos por la carretera que nos conduce a la Dehesa de Abajo, carretera de poca circulación y cuando llevamos un para de kilómetros, paramos a un vehículo y su conductor nos ratifica donde está el lugar al que vamos. Los pies se nos están calentando bastante, debido al asfalto y a la hora que es, pues es media mañana y aunque hace un poco de viento, el sol hoy pega muy fuerte. Llegamos al centro de interpretación de Dehesa de Abajo y hablamos con los chavales de la Escuela Taller que se han reunido hoy en el centro con los profesores y van a hacer una paella. Nos ofrecen algunas bebidas y las rechazamos, pues andando como vamos, lo mejor es beber agua. Nos rellenan las botellas y son ellos los que nos indican el carril dentro de la Dehesa que debemos tomar, para que una vez salgamos de la misma, iniciar una subida por una pinar inmenso que nos conducirá al Quema y a continuación a Villamanrique. Les comentamos que cuando lleguemos al Quema nos bautizaremos, el uno al otro y les decimos los nombres que nos pondremos. Una chica de La Puebla, nos indica que después del nombre, tenemos que añadirle” del camino” y tomamos buena nota para hacerlo bien cuando lleguemos.
Comenzamos a andar por el carril y entre bastante ganado vacuno. La laguna de la Dehesa está espléndida y llena de flamencos. A un fotógrafo que anda por estos caminos le dejo mi máquina y nos hace una foto a los dos juntos. Seguimos andando y subiendo, por un pinar, hasta llegar a una cancela que permanece cerrada, pero en la que existe un paso para las personas. Cuando salimos, lo hacemos en sentido equivocado, lo que nos ratifica un trabajador del servicio de limpieza, que conduciendo un camión, va dejando contenedores para que las hermandades, vayan dejando sus basuras en ellos y no las dejen tiradas por doquier, para deterioro del Parque Natural.
El nos indica dos caminos, el de la carretera, y el de los pinos de Aznalcázar, que es el que cogemos. Hemos andado una kilómetro mas, entre ida y vuelta, pero después de lo que llevamos andado, no tiene la mayor importancia.
Empezamos a subir por el carril, en el que a ambos lados existe un pinar espectacular.
Estamos en los Pinos de Aznalcázar y estamos en los cerros de Parejo Obregón, según me indicaron en la hermandad de Coria. El camino es duro en constante subida y bajada, pero precioso. Llegamos a una encrucijada de 3 caminos y son las 14,30h. y decidimos descansar un rato y comer algo. Nos descalzamos y extendemos la esterilla de Aurelio y nos sentamos. Sacamos las cosas de comer y procedemos. Pan, salchichón, sardinas en tomate, atún, etc. Cuando hemos terminado de comer y nos estamos calzando, escuchamos un coche que sube por el pinar. Me aligero en calzarme y paro el vehículo cuando está a mi altura. Cuando me asomo a la ventanilla para preguntarles, me doy cuenta que es Rafael Flores, de la Asociación Senderista Pasos Largos. Fue una sorpresa enorme y muy agradable, pues lo que menos te imaginas y que te puedes encontrar en uno de los lugares tan remotos como ese, es a nuestro amigo Rafael Flores. Paró el coche, se bajo, nos dimos un abrazo y con el y su compañero conversamos un buen rato, haciéndonos algunas fotos. Eran la 15h. y reanudamos la marcha en dirección al Quema, por el carril del medio, siendo el caminar en constante bajada hacia el Río Guadiamar. Llegamos en una hora al Quema, por lo que consideramos que habría unos 5 kms. desde que salimos después de comer.
Cuando llegamos al Quema, procedimos a nuestro bautizo. Nos echamos un poco de agua del río en la cabeza y nos bautizamos como “El trueno del camino” para Aurelio y “El jabato del camino” para mi. Continuamos nuestra marcha por el carril que indica 5 kms. a Villamanrique de la Condesa, llegando al pueblo, a las 17h.
Llegamos a la plaza, pequeña pero bonita y coqueta, y fuimos al Ayuntamiento, que tiene unos soportales, con sus bancos, dejando las mochilas en el suelo y sentándonos un rato para descansar.
Hablamos con una señora mayor que hay sentada en los bancos. Es de Villamanrique y nos contesta a todas las preguntas que les hacemos. Nos habla de D .Pablo, el cura del pueblo, del paso de las hermandades, de las fiestas, de que en el pueblo no hay albergue, etc. En esos momentos entra en el recinto, un empleado que trabaja en los servicios informativos del Ayuntamiento, al que le preguntamos por algún sitio donde pasar la noche y nos informa que en la casa parroquial, que regenta D .Pablo, el cura en algunas ocasiones han albergado a otras personas. Me acerco a la casa parroquial y está cerrada. Al rato aparece en la plaza un señor de unos cuarenta y tantos años y me identifico ante el. Es D. Pablo, al cual Aurelio y yo le hablamos de lo que estamos haciendo; nos invita a tomar café y le acompañamos. Tiene una tarde muy ajetreada, pues está esperando al campanero que viene a revisarle las campanas de la iglesia. Aparece y nos lo presenta. Toma café con nosotros que paga también D. Pablo. Nos enteramos en una conversación que mantienen, que el pasado año, un tractor de los que transportaba una carreta, rompió un poste de luz y dejó al pueblo sin ella más de un día y por supuesto a la iglesia sin poder utilizar las campanas en días tan señalados.
D. Pablo no presenta a dos mujeres, cuyo nombre no me acuerdo, una colabora con el en la casa parroquial y la otra se encarga de que las campanas suenen a su hora.
Hablo con ellas en el Bar de Antonio, donde le dejo a la hija, que está detrás de el mostrador, los saludos para su padre que me dio Modesto González, de la hermandad de Coria y para Rafael Jiménez “El araña”, los recuerdos de Juan Márquez de Coria.
Les comento que lo único que queremos del cura, es que nos deje una habitación, donde poder tirar nuestras esterillas y los sacos de dormir, pues les comento que los veo un poco reticente, como si no se fiara de nosotros.
Como necesitamos cosas para comer, espero que abran el supermercado de Canito, cerca de la plaza del pueblo, donde recojo algunos alimentos y converso con las empleadas del mismo, que se sorprenden de lo que estamos haciendo Aurelio y yo. Me regalan un bolígrafo, pues, el mío se ha negado a escribir.
Antes de volver a donde está Aurelio, en la casa parroquial, recorro el camino que la mañana siguiente haremos para salir de Villamanrique, y veo un sitio donde nos podemos quedar y pasar la noche, en caso de que el cura no nos deje un sitio en la casa parroquial. D. Pablo está muy ocupado esta tarde, pues, sus posibles reticencias a no dejarnos un sitio en la casa parroquial, eran que en la misma, se iba a dar una copa, después de la misa de las 21h. a los componentes de la hermandad de Villamanrique, pero al regresar, observo como las dos colaboradoras de D. Pablo, están hablando con el y al rato, viene a decirnos que nos vamos a quedar en la casa parroquial a dormir y escogemos una habitación interior en la cual introducimos nuestras mochilas y ya nos despedimos de el y nos retiramos a cenar y descansar. Por la noche, estando tumbados en nuestras esterillas, escuchamos los cohetes que la gente del pueblo, tiran en la calle por la proximidad de las fiestas que se avecinan y escuchamos a los miembros de la hermandad de Villamanrique en el patio de la casa parroquial, departiendo unos con otros.
A los pinares de Aznalcázar
Andar por tus caminos
Rebosantes de pinos
Respirar tu fragancia
Cuando el aire mueve tus ramas
Gozar de tu belleza
Incomparable y esperemos, duradera
Que lujo para la vista
La mente y el alma.
Jornada nº 6
De Villamanrique de la Condesa a la Aldea del Rocío.
Son las 7h. de la mañana. Procedemos a levantarnos; hemos descansado bien, aunque hasta las 2h o las 3h. de la mañana, hemos estado escuchando los cohetes que los vecinos han estado tirando, anunciando lo que se les avecina para estos días. Aquí se vive El Rocío, de una manera diferente, aunque como en todos los sitios, tiene sus detractores, pues la tarde anterior que estuve de compras en el supermercado y en la farmacia, escuché conversaciones para todos los gustos.
Nos aseamos en el cuarto de aseo que en patio de la casa parroquial y mientras Aurelio ha preparado el café de todas las mañanas. A mi hoy no se me apetece y no lo tomo. Espero al desayuno en el bar de Antonio, en la plaza, que nos han dicho que abren a las 8h. Recogemos las mochilas y salimos de la casa parroquial a las en punto, aunque no podemos despedirnos de D. Pablo, pues no se ha levantado. Dejamos la puerta como el nos dijo el día anterior y procedemos a ir al bar para desayunar. Está a veinte metros de la casa parroquial. En el mismo encontramos y conversamos a una persona, cuyos padres son de Ronda, pues se han criado en la Cuevas de la Pileta. También conocemos al padre del boyero que guiará el Simpecado de la hermandad de Ronda, ya que se identifica ante nosotros y nos dice que otro de sus hijos será el encargado de hacerlo también desde Marbella o Fuengirola. Desayunamos pan con aceite y café con leche y las personas con las que conversamos nos ratifican los puntos por los que debemos pasar, para llegar a la Aldea del Rocío. Al salir del pueblo, por el polideportivo, por una pista de albero, que desemboca en una carretera, la que debemos tomar a la derecha, unos 2 kms, hasta la venta de Mauro, desde donde ya se divisa la raya real, la que debemos coger, llegando al Palacio del Coto del Rey y a continuación hacia la Aldea del Rocío.
Nos despedimos de ellos, los cuales nos desean buen camino y comenzamos la andadura, siendo pasadas las 8,30h. Llegamos a la indicación del polideportivo y vemos una inmensa explanada, preparada por el Ayuntamiento para el sesteo de las hermandades, que se denomina la Dehesa del Boyar; continuamos por la pista asfaltada, que es bastante amplia, de albero y en constante subida, aunque leve. En el camino nos encontramos otros de los detractores de la Romería, que vive por una de las casitas de las fincas colindantes, que ha sacado a pasear al perro y nos comenta que en los días de la Romería, el carril es una auténtica locura, sin poder ni siquiera sacar a su perro a pasear por las cercanías.
Llegamos a la pista asfaltada o carretera, la que cogemos en dirección derecha y en unos veinte minutos, estamos en el cruce, donde está la Venta de Mauro. Ya divisamos la Raya Real, una inmensa cañada real, con una amplitud muy grande, que atraviesa todo el parque natural, el cual está debidamente cercado, pues hay ganado suelto en la parte izquierda. El parque natural está poblado de pinos enormes, lo que hace que a la hora que estamos pasando, a las 10h de la mañana, vayamos caminando con mucha sombra. La Raya Real, es una arenal inmenso, pero nosotros aprovechamos que no está pateado aún y caminamos por los laterales, casi pegados a las alambradas, por lo que de esta manera, estamos evitando la molesta arena que se te puede meter en las zapatillas. Por estos lugares no pasa nadie. Divisamos en la lejanía lo que puede ser una portada y pensamos que es el Palacio del Coto del Rey, pero como son las 11,30h , antes de llegar, nos bajamos las mochilas, nos sentamos en la esterilla de Aurelio y nos comemos unos frutos secos y chocolate negro.
Continuamos la marcha y poco a poco nos acercamos al Palacio, donde al llegar nos encontramos a un matrimonio que viene andando desde la Aldea y nos comentan que lo que queda son 9 kms. Rodeamos el Palacio y continuamos por la Raya Real, pero ahora en sentido ascendente, pues desde que dejamos la carretera hasta el Palacio, hemos venido bajando levemente, por lo que todo lo que hemos bajado, ahora hay que subirlo hasta la Aldea, aunque nosotros lo desconocemos y realmente nos damos cuenta cuando ha pasado mas de una hora y seguimos sin verle la punta a la Raya Real, hasta que empezamos a divisar movimiento de personas y animales y vemos algunos tejados de la Aldea. Este tramo de Raya Real, lo pateamos también por los bordes de la misma, donde se encuentra la arena mas prieta y no es tan dificultoso el andar. Realmente estos últimos 9 kms. los hicimos desde las 12,30h hasta las 14,30h, horas de mucho calor, que fue cuando entramos a la ermita, para hacerle la visita de rigor a la Virgen del Rocío, antes de buscar la casa hermandad de Ronda, para poder, tranquilamente, comer algo y echarnos a descansar un rato.
Para Aurelio y para mi, han sido seis días apasionantes, vividos intensamente, haciendo lo que nos define a los dos: auténticos caminantes.
Buscando la solidaridad del camino y de las gentes con las que nos hemos ido encontrando.
Con el más absoluto respeto a todos aquellos que hacen el camino, la distancia y la forma que ellos quieran, pero que lo hacen, como nosotros, con el objetivo primordial de hacerlo desde la puerta de nuestras casas, en plan aventura, buscándonos la vida en cada lugar al que llegábamos y encontrando en algunos sitios la colaboración que solicitábamos, de lo cual estaremos eternamente agradecidos.
Gracias a nuestra familias, pues aunque hemos estado retirado de ellas, durante estos seis días de arduo caminar, siempre están en nuestros corazones y pensamientos a cada instante.
Gracias al Patronato Deportivo Municipal, a su delegado Carlos Mirasol, porque siempre hemos encontrado en el colaboración.
Gracias a la Hermandad del Rocío de Ronda, por la colaboración que nos prestaron al poder utilizar su casa hermandad, para nuestro descanso, al concluir nuestro camino.
Hemos venido de Ronda, a verte
Andando, como auténticos caminantes
A tu Aldea de Almonte
Aunque no seamos creyentes.
Hemos tenido jornadas
Largas y extenuantes
Pero siempre la mente, pensaba
En tirar hacia delante.
Para unos, el Rocío es un sentimiento
Para otros, una pasión
Lo que veo a los demás, en todo esto
Es un auténtico fervor.
No se puede concebir
El fervor tan inmenso
Que a la Virgen del Rocío
Le tienen los almenteños.
Aldea del Rocío
Hermandad de Ronda
Hermoso santuario
De La Blanca Paloma.
Las virtudes del Camino del Rocío
Cansancio
Lo da el camino
Esfuerzo
Nuestro sentimiento
Sacrificio
Del caminante, el oficio
Recogimiento
Nuestro pensamiento
Meditación
Nuestra oración
Satisfacción
Al culminar una acción.
Cansancio, esfuerzo, sacrificio, recogimiento, meditación y satisfacción
Son las virtudes de nuestra acción.
Rafael Lesmes García
Ronda, 24 de mayo de 2010.
Camino de Santiago
Llegada a San Juan
Era ya media tarde
Cuando llegamos a San Juan
Y comenzamos a buscar
Nuestro hospedaje
Había muchos peregrinos
Reponiendo fuerzas
Para a la siguiente mañana
Comenzar el camino
En la tranquilidad de la noche
En el albergue francés
Un poco cutre, tal vez
No se escuchaba un reproche
Mañana en dura porfía
La subida al Puerto de Ibañeta
Una tremenda papeleta
Para ser el primer día
1ª Etapa De Saint Jean Pied de Port (Francia) a Roncesvalles (España). 25,7 kms.
Salida a las 7,30h y llegada a las 14,30h.
Hoy nos hemos levantado a las 6,30h. Anoche cuando estábamos todos acostados, en una habitación de 12 literas, para los cuatro, vino una pareja y los metieron en la misma habitación donde estábamos. Estábamos todos despiertos y yo aprovechaba para terminar un pequeño poema que estaba haciendo de nuestra llegada a Saint Jean. Nos hemos levantado y la actividad en el alberque era frenética. Todos los que estamos aquí empezamos el camino esta mañana y no sabemos los que nos va a deparar los siguientes días. Desayunamos en el albergue. Yo café solo sin azúcar y pan sin tostar con mantequilla. Sin tostar porque no hay tostadora. Salimos todos a la calle y nos hacemos una foto en ella, que es por donde pasa el Camino de Santiago. Atravesamos el pueblo y seguimos las indicaciones que nos sacan del mismo por una carretera que sus primeros 500 m. son muy empinados. Continuamos por la pista asfaltada, atravesando barrios de casas como Iruleya y Erreculus, hasta llegar al municipio de Honto, donde al pasar las últimas casas empieza una senda, que en sentido de herradura nos va a llevar a una mesa de orientación, emplazada en un excelente mirador, desde el que se observa una preciosa vista de Saint Jean. Hay niebla en el valle, por lo que no se aprecia el pueblo. Volvemos a caminar por una carretera de montaña. El paso que llevamos es lento, pues desde que pasamos por el pueblo de Honto, no hemos dejado de subir, con repechos pronunciados, por lo que el caminar se hace lento. Voy caminando y mi cabeza está componiendo un pequeño poema de lo que nos acontece. Pasamos por el lado de una colonia de buitres y al poco llegamos a un hito de piedra, que nos indica que tenemos que dejar la pista asfaltada y continuar por una senda muy pronunciada, que nos va a conducir al Collado de Bentarte. Cuando llegamos arriba el día ha abierto, la niebla ha desaparecido y nos hacemos unas fotos. A Mariluz le está doliendo una pierna pero continua andando. Seguimos por una senda, que nos lleva a la Fuente de Roldán, donde rellenamos las botellas de agua y atravesamos un hayedo, con algunas bajadas poco pronunciadas. Empezamos nuevamente a subir hasta el Collado de Lepoeder y cuando llegamos comprobamos que hemos subido desde 165 m. sobre el nivel del mar, hasta 1.430 m. Cuando llegamos a lo alto, tenemos dos opciones, o bajar por una senda muy pronunciada hasta Roncesvalles, de 3,6 kms. o irnos por una pista antigua asfaltada, de bajadas mas suaves, de cuatrocientos metros mas larga, que pasa por el alto de Ibañeta, que es la que cogemos, aunque tardemos un poco más. Al llegar al alto de Ibañeta, seguimos bajando por una senda entre árboles hasta llegar a Roncesvalles, donde llegamos a las 14,30h. Llegamos a las oficinas del albergue y nos tenemos que poner en cola, hasta que abran a las 16h. Mariluz parece que está mejor, ya que hemos dejado de andar. Hace estiramientos a las afueras como los demás. Comprobamos que en Roncesvalles no hay una sola tienda de alimentación o supermercado. Si que hay varios restaurantes que ofrecen menús del peregrino. Esto es un negocio y de esta manera te obligan a comer en ellos si no llevas alimentos en tu mochila. Comentamos entre nosotros que si lo llegamos a saber, continuamos caminando hasta Burguete, que está a 4 kms. y también hay albergue. El albergue de Roncesvalles, en una antigua iglesia rehabilitada. Tiene casi 200 camas y como somos de los primeros, Aurelio, Curra y Mariluz, van a las duchas y yo me quedo a cargo de las mochilas. Son las 16,30h y yo me puedo duchar a las 19h. sin que haya nadie en las duchas, pues hasta esa hora las ha habido. Mariluz y Curra, a las 19,30h salen a uno de los restaurantes ha cenar el menú del peregrino y yo me quedo con Aurelio en el albergue y como llevamos alimentos en las mochilas, comemos en lo alto de las literas que tenemos las de arriba. Durante el día hemos ido comiendo bocadillos y fruta que traíamos desde Ronda y nos habían sobrado del viaje. A las 22h. apagan las luces del albergue y todos a dormir, que a la mañana siguiente hay que continuar la andana.
Esta primera jornada, ha tenido cosas importantes, como el contemplar las vistas tan espectaculares tanto de la parte francesa, como de la española, por lo brillante del día, con un sol radiante y sin nubes.
Etapa nº 2 De Roncesvalles a Trinidad de Arre.
Día 4 de Septiembre. 37,3 kms. Salida a las 7h. y llegada a las 18h.
La noche en el albergue de Roncesvalles ha estado tranquila, a pesar de la multitud de peregrinos que habíamos en el albergue. Toda la tarde estuvieron llegando peregrinos andando o en bicicleta que como no había sitio en el albergue, los trasladaban a unos barracones que tienen a unos 200 m del albergue. Yo me he levantado temprano, pero Aurelio lo ha hecho mas temprano aún. Cuando he bajado a los servicios, donde ante de ellos hay unas mesas grandes, que sirven de comedor y sala de ordenadores, ya tenía hecho el cafelito y junto a unas galletas me he tomado un vaso, en mi jarrillo metálico que uso para estos menesteres. Nos hemos preparado y hemos salido del albergue con las linternas encendidas, pues son las 7h. y es de noche. A las 8h. de la mañana el albergue tiene que estar desalojado para que puedan limpiarlo y esperar a otra remesa de peregrinos. Unos peregrinos que van delante nuestra, nos sacan de Roncesvalles en dirección a Burguete, donde desayunaremos. Mariluz está mejor esta mañana y esperemos que en el transcurso del día no se resienta. Caminamos entre un bosque de hayas, por una senda, hasta que llegamos al pueblo, donde al entrar por unas naves del polígono, empieza a amanecer y nos dirigimos a una cafetería que abre a las 6,30h de la mañana, y comprobamos que ya está llena de peregrinos desayunando. Dejamos las mochilas fuera, requisito imprescindible para entrar en el bar y desayunamos. Yo café solo con pan con aceite. Reanudamos la marcha una vez fuera de la cafetería y a la salida del pueblo, comprobamos que ha caído una poquita de helada, pues los pastos están blancos. La primera parte del recorrido es mas bien llana, entre bosques y tierras de pastos para el ganado, con pequeños repechos y bajadas poco pronunciadas. En algunas zonas han reconstruido el camino con hormigón y piedras, por algunas bajadas muy pronunciadas que con la lluvia se ponía impracticable y peligrosa. En una de las bajadas atravesamos el pueblo de Bizcarret, y entramos en la tienda que hay. Necesitamos avituallarnos y compramos pan, frutos secos, fruta y fiambres. Nos comemos algo en la puerta, pues son las 10,30h y continuamos andando hacia el alto del Erro, dificultad montañosa de la jornada, que es más peligrosa en su bajada hasta el pueblo de Zubiri, pues en 4 kms. hay que bajar unos 300 m de desnivel. A Mariluz el dolor de la pierna se le ha pasado a la cadera y la bajada a Zubiri, se le está haciendo eterna. Cuando llegamos son las 13,30h. y junto al Puente de la Rabia, nos sentamos en uno de los márgenes del río y Curra y Marinus, se descalzan y se refrescan los pies, mientras nos comemos un bocadillo que nos hemos preparado con las cosas que hemos comprado en la tienda de Bizcarret. Yo pan con jamón cocido y queso. Mariluz decide después de conversar todos un rato, que se va a quedar en el albergue de Zubiri y mañana será otro día y según este, saldrá a caminar. Llenamos nuestras botellas en una fuente que hay en la plaza del pueblo y cuando empezamos a caminar atravesando el pueblo, vemos a Mariluz nuevamente que ya ha cogido plaza en el albergue. Nos vamos tranquilos, atravesando nuevamente el Puente de la Rabia y siguiendo por el camino que la flecha indica hacia la derecha.
Nuestro objetivo es llegar a Irotz o Irota, que en mi guía indica albergue, pero no lo sabemos con certeza. Pasamos junto a una fábrica de magnesitas. Una zona del camino está empedrado. Pasamos por dos aldeas, Llarratz y Eskirotz, de apenas 20,vecinos cada una. El camino discurre junto al rio Arga. La tarde empieza a ser calurosa y la frescura del río y la vegetación, suaviza el caminar a estas horas. Dejamos a la derecha Larraosaña, ciudad importante en el Camino de Santiago y continuamos junto al río por la senda que casi siempre discurre por el margen izquierdo. Cuando llegamos a Irota nos informan que el albergue mas cercano está en Trinidad de Arre, junto a Villaba, el pueb lo de Miguel Indurain. Un vecino nos da agua y nos llena las botellas para proseguir el camino. Atravesamos el río Arga donde han puesto merenderos, barbacoas y donde la gente se baña en el río y pasamos por una senda muy pronunciada hasta atravesar la nacional por un paso subterráneo, para tirar hacia la derecha y llegar a Trinidad de Arre, atravesando el puente del río Ulzama. Son las 18h. y el albergue está junto a la misma iglesia. Vemos a una persona mayor leyendo, sentada en un banco y es el religioso que se encarga del albergue. Nos coge los pasaportes, nos lo sella, pagamos el albergue y nos instalamos. Tenemos que atravesar toda la iglesia y pasar por un patio, donde están las instalaciones. Como es parroquial, las mujeres en un dormitorio y los hombres en otro. El sacerdote nos indica que están en fiestas y como mañana es domingo, nos recomienda que compremos en el super los alimentos necesarios para la cena y el día de mañana. Sin ducharme me voy a hacer la compra y me dicen que el super está a 300 m, de eso ni hablar, pues ando casi diez minutos y eso es casi 1 km. Compro unas pocas de cosas para hacer una poco de pasta para la noche y una ensalada. Cuando estamos en la cocina preparando la cena, después de ducharme, me da como un pequeño mareo, debido a que llevo muchas horas sin comer y con las cosas que he tenido que hacer, se me ha olvidado echarme algo al estómago. Espero no volver a cometer este error imperdonable, pues lo primero es estar bien alimentado para que no suceda eso.
Cenamos, conversamos un poco con algunos peregrinos que están haciendo el camino en bicicleta y nos retiramos a descansar, cuando son las 21 h. de la noche. Se me olvidado hacernos una foto en el puente, a la entrada del pueblo, pues hay una estampa preciosa el puente junto a la iglesia de Trinidad de Arre. En otra ocasión será.
Subida a los Pirineos
1ª jornada
Para comenzar la jornada
El desayuno en el albergue
Incluido en el hospedaje
Y comernos de pan una hornada
Luego a comenzar el camino
Y la subida del puerto
Que nos dejara sin aliento
Pero nos llevará a su destino
Buscamos los falsos llanos
Para recobrar el aliento
No hace ni pizca de viento
Aunque nos levantemos temprano
Una subida prominente
Hasta el Coll de Bentarte
No puedes ni pararte
Hasta subir la pendiente
Vistas espectaculares
De los pirineos franceses
Con bosques impresionantes
De belleza exultante
Desde el Coll de Bentarte
Divisamos la zona francesa
Luego la zona española
Que maravilla de paisajes
En la Fuente de Roldán
Llenamos las botellas de agua
Para seguir andando la senda
Hasta el puerto de Ibañeta
Caminamos por los pirineos
Por donde discurre la senda
En dirección a Navarra
Bajo la sombra del hayedo
En el alto de Ibañeta
En su fuente de agua clara
Estamos ya en Navarra
Finalizando la jornada
Etapa nº 3 De Trinidad de Arre a Obanos. 25 kms.
Domingo 5 de Septiembre de 2010. Salida 7,30h. y llegada a las 14,30h.
Nos hemos levantado a las 6,30h. de la mañana. A esa hora ya suele haber mucha actividad en los albergues y en este también. Hacemos lo habitual de todas las mañanas y antes de salir del mismo, desayunamos. Yo tomo café solo, que ha preparado Aurelio mas unos pastelitos que compre en el super la tarde anterior. Dejamos el albergue a las 7,30h de la mañana y es de noche, pero tenemos que atravesar todo el pueblo y continuamos hacia Burlada sin dejar de andar por zonas de edificios, lo que sucede es que estos pueblos están todos unidos hasta llegar a la capital, Pamplona. Después de pasar Burlada, lo hacemos por el Puente de la Magdalena y accedemos a la capital por las murallas antiguas, entrando por el puente levadizo que aún se conserva. Es muy temprano y apenas hay gente por las calles. Tenemos que pasar por varias calles del casco antiguo, por el albergue de peregrinos y seguimos las fechas que nos sacan de la ciudad por el Puente de Acella, sobre el río Sadar. Son ya las 10h. de la mañana y seve mucha actividad de peregrinos que salen de Pamplona y se incorporan al Camino. Nos despojamos de algunas ropas pues el sol empieza a calentar. Nuestra meta hoy es Puente de la Reina, pero como a mitad de camino tenemos que subir el Alto del Perdón, según como vaya transcurriendo la jornada, así decidiremos. Pasamos primero por Cizur Menor y repostamos agua en su fuente junto a la iglesia. Continuamos andando y junto a la balsa de Guendulain nos paramos y comemos un bocadillo que hemos preparado para el camino. Comenzamos a subir el Alto del Perdón que tiene algunas rampas duras que obliga a los ciclistas a bajarse de las bicicletas. A las 12,30h. coronamos y nos hacemos unas fotos junto a la original obra realizada en chapa por el artista Vicente Galbete. La bajada es complicada por la pendiente y la cantidad de cantos rodadas que te pueden hacer resbalar. Hasta el Alto del Perdon, los campos que atravesábamos eran de cereal y a partir del mismo, empiezan los viñedos y en muchos de sus pueblos como Uterga y Muruzabal que tuvimos que atravesar antes de llegar a Obanos, existen bodegas de buenos caldos. Cuando llegamos a Obanos son las 14,30h. y el sol aprieta, pues el día es muy caluroso. Pasamos por delante de un albergue particular y decidimos quedarnos y no avanzar hasta Puente de la Reina, que se encuentra a unos 3 kms y al ser final de etapa en las guías, suele estar muy masificado. Aquí estamos más tranquilos, podremos descansar mejor y lavar nuestra ropa y seguro que por la tarde le da tiempo a secarse. Nos duchamos y como traemos comida en las mochilas, en el comedor del albergue, una vez duchados, comemos tranquilamente. Yo a continuación, en vez de descansar me doy una vuelta por el pueblo y saco algunas fotos. En el pueblo de Obanos confluyen el camino francés y el aragonés, por lo que es punto de encuentro entre peregrinos de los dos caminos. Hay abierto un bar enfrente del albergue y el dueño que tiene un ordenador, me ofrece la posibilidad de hacer las crónicas de los tres primeros días del Camino, pero su conexión es muy débil y no me deja entrar. Se lo agradezco y me retiro al albergue. Sabemos que Mariluz está mejor y ha reanudado el camino desde Zubiri y se aloja en el albergue de Cizur Menor, que se encuentra a 18 kms. de donde nosotros estamos. Descanso en el albergue y estoy pendiente de mi ropa que casi toda está seca y la que está un poco húmeda, la cuelgo en la litera y se que a la mañana siguiente estará seca. Son las 19 h. y estando en la plaza del pueblo, aparecen dos peregrinos de Córdoba, Rafael y Rafaela, pareja que nos llevamos encontrando desde el día anterior y que hicimos varios kms juntos antes de llegar a Zubiri y despedirnos de Mariluz. Hablando de ella en la plaza, le comento a Aurelio y Curra, que se queden ellos a esperarla, que yo continuo mi camino sin problema alguno. Que no me importa seguir solo. Me dicen que no, que ellos también continúan. Preparamos la cena en el albergue y compartimos mesa con un peregrino que ha empezado en Canfranc y que al llegar a Puente de la Reina, se va a su casa, pues, ya ha hecho la parte del camino aragonés. Nos retiramos a descansar, sobre las 22h. y a estas horas el albergue se ha llenado y han tenido que rechazar a algunos peregrinos, pues a los albergues particulares la ley les obliga a tan solo dar hospedaje según las camas o literas que tengan. La noche ha sido muy tranquila.
Etapa n 4 De Obanos a Villamayor de Monjardín.
Lunes 6 de Septiembre de 2010. 34 kms. Salida a 7,30h. y llegada a 14,30h.
La noche en el albergue de Obanos, ha sido tranquila y hemos descansado muy bien. Nos levantamos a las 6,30h. Aurelio se ha levantado antes y ha hecho el café. Nos tomamos el café y lo acompañamos con algunos pastelillos. A las 7,30h. nos ponemos en camino hacia Puente de la Reina, donde pretendemos desayunar en condiciones. Caminamos casi todo el camino por al margen de la carretera, hasta que entramos en Puente la Reina cruzando el puente románico, sobre el río Arga, que da nombre el pueblo y a la salida de el me hago una foto, con el al fondo. Como era muy temprano no había casi nada abierto, por lo que dejamos el desayuno para el pueblo de Mañeru, al que llegamos después de tener que abordar una fuerte rampa de casi 1 km. La rampa la subo a muy buen ritmo, llegando al pueblo de Mañeru y al no haber tampoco nada abierto, continuo has Cirauqui, donde en la panadería, compro pan y fiambres. Me preparo un bocadillo y converso con un italiano y una catalana, mayores ellos, que están desayunando en una mesa en la calle. Cuando estoy finalizando mi bocadillo, llegan Aurelio y Curra, que compran también cosas para comer. Le devuelvo el pasaporte del peregrino a Aurelio que me lo había entregado hace dos días para que se lo custodiara y continuo mi camino mientras ellos se quedan desayunando. El camino en Navarra está muy bien señalizado, pues existen tablillas que te indican, los kms que te faltan al próximo pueblo y al pueblo que has pasado. Esta zona de Navarra discurre por tierras cultivadas de viñedos. Este camino tiene muchos desniveles, y uno de los principales, es el que da acceso a la ciudad de Lorca, la que se atraviesa y una vez concluida la subida que continua una vez que dejamos el pueblo, empezamos a bajar hasta Villatuerta, entrando por unas modernas urbanizaciones, hasta llegar a la parte antigua del pueblo, teniendo que atravesar un puente románico sobre el río Iranzu, encaminándome hacia Estella, pueblo importante del camino francés, en el cual no pretendo quedarme y continuar camino has Villamayor de Monjardín. Al llegar a Estella, paso por la calle de la Rua, que me lleva hasta el albergue de peregrinos, en el que hay cola para poder acceder a el. Continuo mi andana siguiendo las conchas que hay en el suelo y a la salida de Estella pregunto a un hombre mayor, que me sugiere que en el cruce después del Monasterio de Irache, coja el desvío de la derecha. A la salida de Estella, continuo el camino con una ascensión hasta el pueblo de Ayegui, desde donde se divisa el Monasterio de Irache. Cuando llego a el, contemplo la famosa Fuente del Vino, donde un ciclista me hace una foto y yo a el. Pruebo el vino, pero solo mojarme los labios y continuo mi camino. Hace mucho calor y me quedan casi dos horas de caminar hasta donde pretendo quedarme. Cojo el desvío que me indicaron en Estella y lo primero que atraviesa hasta Azqueta es un extenso bosque de hayas y chaparros y para llegar a Villamayor, por una amplia pista que atraviesa campos de viñedos, pero con la dificultad de hacer los últimos 500 m. de subida muy empinada. Llego al pueblo a las 14,30h de la tarde y lo primero que hago es el alojamiento en el albergue parroquial. En la puerta mi encuentro por primera vez a Laurence, que creo haberla visto varias veces en el camino, pasándome y yo dejándola atrás. El albergue es gratuito y tan solo se deja la voluntad. Tiene ocho literas, pero ya están ocupadas. A mi me toca dormir encima de un colchón, en una habitación grande donde hay unos veinte colchones todos dispuestos en forma de U. A las 16,30h. llegan Aurelio y Curra, que se han quedado en Estella, donde han recogido una guía del camino, pues han decidido esperar a Mariluz en Los Arcos o en Torres del Río, en el día de mañana. Como en el pueblo no hay tienda y si hay un bar, una vez duchado y preparado, me voy hacia el y como son mas de las 15h. la chica del bar, Isabel, me permite comerme el bocadillo que llevo preparado y tomarme una caña. Me da a probar el vino blanco que se hacen en las bodegas Villamayor de Monjardín. Hay variedad de blanco y rosado. Yo pruebo el blanco y me parece un vino aceptable. Le comento que volveré a cenar por la tarde. En el albergue, entablo conversación con Anthony de Austria y Laurence de Suiza. Me comenta ella que viene desde Suiza andando, y salió a finales de Julio. A las 19,30h me voy al bar y me preparan un plato de lomo con patatas fritas y lo acompaño con una caña. Una vez finalizada mi cena, al albergue y a dormir que mañana, el objetivo es llegar a Logroño.
Mariluz sigue caminando y posiblemente llegue hoy a Cirauqui o Lorca, por lo que Aurelio y Curra, se encontrarán mañana.
Etapa nº 5 De Villamayor de Monjardín a Logroño.
Martes, 7 de Septiembre de 2010. 40 kms. Salida a 7h y llegada a 15h.
La noche en el albergue ha estado tranquila, aunque muy temprano han empezado los movimientos habituales de la gente levantarse, preparar sus mochilas y salir muy temprano a caminar. Me he levantado sobre las 6 h. Ya Aurelio estaba levantado y se había tomado su cafelito. Yo me aseo y preparo la mochila y luego me pongo a desayunar. Café solo pan con mantequilla y mermelada. También han puesto algunas galletas, pero yo no las pruebo. Nos hemos quedado casi solos en el albergue, pues todos han iniciado ya la marcha. Me despido de Curra y Aurelio y aunque salimos juntos del pueblo, yo empiezo a caminar mas deprisa, por lo que ellos se quedan atrás.
Al salir todavía no había amanecido pero ya se empieza a ver, pues está amaneciendo.
El camino en esta zonas va por carriles muy amplios, quizás debido a las plantaciones de viñedos que hay a ambos lados. Paso por una fuente y repongo agua en mi botella.
Empieza a llover sobre las 8h por lo que tengo que ponerme el poncho que me cubre todo incluso la mochila. Está lloviendo sobre una hora por lo que al llegar a LosArcos ha dejado de llover y me lo quito y lo llevo sobre mi brazo en previsión de nuevas lluvias. Voy en dirección a Torres del Río, pero antes paso por Sansol, pequeña población donde nos hacen algunas fotos. A la salida de Sansol, saco el bocadillo de mi mochila y me lo como junto a una fuente. Continuo mi andana y al entrar en Torres del Río, que lo hago sobre las 11h. hay muchas cuestas, con calles muy empinadas, donde hay varios albergues, algunos de ellos privados.
Desde que se pasa por Torres del Río, el camino se vuelve empinado hasta la Ermita Virgen del Poyo, desde donde se contempla en la lejanía Viana y al fondo Logroño.
En lo alto, junto a la carretera que me llevará a Viana, paro y me como un trozo de bocadillo y una manzana. Continuo y llego hasta Viana, que se encuentra a medio camino entre Torres del Río y Logroño, por lo que son las 13h y me quedan 2h para llegar a Logroño. Salgo de Viana y paso por la ermita de la Virgen de las Cuevas, donde he pasado a Laurence, que iba delante mía y donde hay muchos peregrinos en las afueras, donde hay un merendero. O continuo andando sin parar pues quiero llegar pronto al albergue de Logroño. Salgo de la provincia de Navarra y entro en La Rioja, ya estoy cerca de su capital, a la que entro atravesando el puente de piedra sobre el río Ebro y me dirijo por la calle Rua Vieja, hasta el albergue municipal de Logroño. Me a costado 4 € y me han dado la litera en un dormitorio con muchas literas. Cuando son las 16h el albergue municipal está lleno, y están desviando a los peregrinos a otros albergues. Me he duchado y me he dispuesto a lavar mi ropa, tendiéndola en el patio en los tendederos que hay. El tiempo se esta estropeando y después de haber abierto el día, la tarde se está estropeando. Me dan un mapa de la capital y salgo a comprar algunos alimentos en un Día en la plaza, y me compro una boina, que tenía intención de hacerlo en Pamplona, donde le llaman chapela. Regreso al albergue y tengo que recoger la ropa que tengo tendida en el patio, pues está comenzando a llover. La tiendo en un balcón del comedor, que está en la primera planta y me retiro a mi litera a descansar un poco y esperar a la hora de la cena, que la haré en el albergue sobre las 2oh. de la noche. La cena ha consistido en una lata de callos con garbanzos y de postre fruta natural. He fregado los platos y el cubierto y a dormir que mañana espera otro día duro.
Etapa nº 6. De Logroño a Azofra. 36 kms. Salida a las 6,30h. y llegada a las 14,30h.
Hoy me he levantado, en el albergue de Logroño a las 5,30h. debido al ruido de las bolsa y de algunos peregrinos que lo hacen muy temprano. A las 6,30h. ya estaba con la mochila preparada, hechos mi calentamiento y estiramientos y he salido a la calle. Tenía la intención de desayunar en elgún bar abierto. No ha sido posible. He caminado para salir de la ciudad, por las calles con sus farolas encendidas y como había pasado mas de una hora, sin tomar nada, he parado en el parque de San Miguel y me he comido unas galletas. He continuado el camino en dirección a Nájera, que es una población que me pilla de paso. Paso por el embalse de Grajera, que abastece a los agricultores del sur de Logroño. Está amaneciendo y hago una foto donde se contempla el embarse, los viñedos y al fondo Logroño. continuo el camino hasta llegar a Navarrete, donde llego a las 9,30 h y desayuno, café solo largo y pan con aceite. Continuo mi andana entre campos de viñedos por las tierras rojas arcillosas de La Rioja, en direccion a Ventosa. Cuando pasan dos horas como unos frutos secos y bebo agua. En Ventosa un funcionario de parques me llena la botella de agua, lo que le agradezco. Continuo en dirección a Nájera donde caminando entre viñedos, llego a las 13h. y antes de salir de la ciudad, en un parque me como nos plátanos y chocolate negro. Continuo mi camino. Lo que era un sol radiante por la mañana, se ha convertido en un cielo llenos de nubes blancas y lo que era una suave brisa en un aire fuerte que me ha hecho perder el pañuelo rojo que traigo al cuello, y que me he dado cuenta cando he llegado a Azofra. He llegado al albergue y he cogido cama. La 27 A, en la segunda planta. Son habitaciones de dos camas, un auténtico lujazo para lo que se tiene que soportar en otros albergues, como el de Roncesvalles y el de ayer de Logroño. Después de ducharme, y tender la toalla y los pantalones largos que hoy he usado por primera vez, ha comido en compañía de Laurence y Anthony. El lavar la ropa la dejo para despues de la camida. Mientras comia, he escrito la poesía que traía en la cabeza, donde describo los sitios y lugares por donde paso.
Para hacer bien el camino, hay dos cosas fundamentales. Primero, los pies, las piernas y la cabeza y Segundo, estar muy bien con uno mismo y disfrutando con lo que está uno haciendo.
Hasta mañana si intenet me lo permite, donde vaya.
ornada nº 7 De Azofra a Tosantos. 42,1 kms.
Por la tarde del día anterior, había misa en la iglesia de Azofra y Laurence quería asistir y como habiamos quedado para cernar en el Bar Sevilla. He entrado en la iglesia a finalizar la misma. Nos hemos ido a cenar.En la mesa una americana de Chicago de mas de 70 años. Laurence, suiza. Anthony de Austria y yo. He pedido el menu del peregrino por que era mas barato. macarrones con tomate, y chorizo. luego patatas fritas con dos huevos, chorizo frito y una loncha de jamon.
de postre flan con nata. Nos hemos bebido dos botellas de tinto joven de la rioja. Una de ellas que no entraba en el menu no nos la han cobrado. Luego a dormir en el albergue. Un lujo. Habitacines con dos camas para los 60 primeros que lleguen. Los demas a barracones con habitaciones de 5 cmas.Me ha tocado con un finlandes
Nos hemos levantado a las 6,30h. nos hemos aseado y compartido unas tortas que compre el día anterior en el supermercado. Luego a preparar la mochila y a andar.Como estaba abierto el Bar Sevilla, he tomado cafe solo y a comenzar la caminata. Sigo atravesando viñedos, hasta llegar a Cirueña, donde comienzan los campos de cereales. Reposto agua en la fuente antes de entrar en el pueblo, paso por un campo de golf y después por camps de habichuelillas verdes, que algunas las tienen sembrado en postes de mas de 3,5 m.Continuo por campo de cereales, habichuelillas y girasoles. Laurence me hace una foto antes de entrar en Santo Domingo de la Calzada. En S.D.Calzada compro, betadine, aguja e hilo para mi ampolla. Tambien un boligrafo, pues el mio se ha secado quizas por el calor.Me como un bocadillo que traia preparado en la plaza y me tomo un cafe solo en el bar de la esquina, donde me rellenan la botella de agua. Son mas de ñlas 10,30h, de la mañana y continuo en dirección a Belorado, el camino discurre junto a la autovia que se encuentra en obra. Llego a Belorado a las 15,15h, me como una fruta y continuo, pues mañana quiero llegar a Burgos y necesito acortar la etapa. Llego al albergue parroquial de Tosantos, ya transcurridos de Belorado casi 5 kms y me quedo a pasar la noche. Es parroquial y Jose Luis un franciscano retirado por el tema de la energía nuclear, lo regenta. Como en la cocina, lavo mi ropa y la tiendo y me pongo a hacer la crónica, cuando hoy hay una cena compartida y todos tenemos que trabajar para prepararla. Lentrejas con todos clases de verduras de la huerta de la vecina con chorizo. Hemos cenado de lujo las 20 personas de todas nacionalidades que ha y en el albergue. A Algunos de los huespedes se los ha llevado a rezar a la capilla del atico. Yo he preferido fregar los platos con Isaas, un vasco que he conocido que esta haciendo el camino y se ha quedado rezagado. A las 11h. se han apagado las luces y hasta mañana.
El día ha sido muy bueno, con un poco de aire, y mucha calos a partir de las 13 h.
Etapa nº 8 De Tosantos a Burgos. 48 kms. Salida a las 7,20 h. y llegada a las 17 h.
Hoy nos hemos levantado en el albergue a las 6,30h, me he preparado y he desayunado en el albergue, que nos daban el desayuno y era gratis, tan solo la voluntad.A las 7,20h he salido a andar y estaba amaneciendo. H e hecho fotos del amanecer de esta zona. He continuado andando, hasta Villafranca de los Montes de Oca, donde empieza una dificultad montañosa, hasta el puerto de la Pedraja. Cuando estoy bajando, me paro y desayuno un bocadillo de queso que traia preparado. Continuo andando y he compuesto una poesía de estos lugares castellanos que os la leere. Llego a San Juan del Puerto, reposto agua y tomo cafe solo. Continuo por caminos hasta Ages, donde vuelvo a repostar yya continuo por la carretera hasta Atapuesca, donde empezamos a subir por un carril un puerto, Se divisa Burgos. parece que esta cerca y quedan 20 kms. Cojo una ruta que me dijo Jose Luis en el albergue de Tosantos y llego a Burgos a las 16h, hoy pasa la vuelta ciclista por aqui. Tengo que caminar todavía una hora hasta llegar al albergue municipal . Me cuesta 4 €. Hago lo habitual de todas las tardes y salgo a comprar, para la cena y para mañana.
Llevo hecho con lo de hoy, casi 300 kms hasta Burgos en 8 días. Un buen ritmo. Espero continuar así hasta el final si las fuerzas me acompañan como hasta ahora y no tengo lesíon alguna.
Etapa nº 9 De Burgos a Castrojeriz 38 kms. Salida a las 7,20h y llegada a las 16h. Dia muy caluroso. La jornada muy dura, quizás la etapa mas dura.
Ayer por la tarde, después de hacer la cronica, llamé a Paula goyesca y no tenía operativo el telefono. Lave la ropa, me cosí la ampolla y sali a comprar, primero una bolsita para los documentos y otras cosas y la alimentacion para la noche y la mañana siguiente. Volví a llamar a Paula y no contestaba. Decidí quedarm e en el albergue y cenar en el. Había una visita guiada a Burgos, pero estaba muy cansado despues de los 48 kms de ruta y decidí no ir. Ya vendre en otra ocasión de turismo. Merece la pena ver esta despacio. El albergue de lujo, yo cogi cama y muchos de los que entraron por la tarde, les pusieron un colchon en el suelo en los pasillos.
Esta mañana me he levantado a las 6h. cuando ha sonado mi reloj, me he aseado y preparado la bolsa. Cuando he bajado al comedor con todos los preparos, no tenía suelto para pagar un cafe en una maquina que había. Un noruego que coincidió conmigo cuando me estaban haciendo una entrevista en directo Radio Ronda, y que posteriormente le invite a frutos secos, pues no quería una cerveza, me ha dado el dinero. Cuando lo vea en el camino se lo devolveré. Me he tomado el café solo con una galletas de manzana que tenía en la mochila. He salido a continuación a andar. Una extranjera me ha hecho una foto a la salida de Burgos. Salimos por una avenida amplia. Primer pueblo que pasamos Tartajos, pero yo continuo. Paro en Rabé de las Calzadas, me como un pequeño bocadillo que traía preparado. Entro en un bar y pido un cafe solo, pero al ver la tortilla de patatas, le pido un pincho. Casi no cabía en el plato. Me regala una pequeña medalla que las monjitas de este lugar le regalan a los peregrinos que repostan en el bar. La he colgado en mi mochila y será el regalo para Maricarmen, cuando termine el Camino y regrese a Ronda. Continuo y cuando paso Hornillos del Camino, empieza una cuesta que parece que no termina nunca. Son las 12h. y cuando coronamos estamos casi dos horas caminando por la meseta castellana. Vaya calor que hacía. Infernal. Hay que estar bien preparados para soportar esto. He llegado a Hontadas a las 14h. y tan solo me he parado para repostar agua en una fuente y comerme un platano. Continuo y he hecho bien en seguir y no pararme, pues al llegar a los albergues, están todos llenos. El hospitalero me ha puesto un colchon en el suelo, en el salon donde están las literas y al resto que le está dando hospedaje, lo está mandando al sótano. A tres kms de Castrojeriz, están las ruinas del monasterio de San Anton, al que le he hecho unas fotos. La carretera pasa por la portada el convento. Este es un pueblo con una historia importante. Me he duchado, he comido parte de la comida que traia preparada, como un bocadillo de lomo, un pero y chocolate negro. He lavado mi ropa y la he tendido. Con el calor que hace hoy aqui seguro que dentro de una hora esta seca. Me he hechado un rato para relajarme y me he levantado para escribir esta crónica, para que sepais de mi.
El albergue es municipal, no cuesta nada, tan solo la voluntad y mañana por la mañana, temprano, el hospitalero nos dejara algunas cosas para que desayunemos, antes de salir a caminar. Cuando termine esta crónica me curaré los pies, que falta les hacen después del maltrato que les estoy dando.
Todas las mañanas, cuando me levanto y empiezo a andar, suelo reflexionar sobre lo acontecido el día anterior, para intentar que no se me olvide nada de lo que os tengo que contar. En los albergues grandes como el de ayer en Burgos, no suele pasar nada especial pues cada uno va a lo suyo. En los pequeños, como el del otro día en Tosantos, se vive un Camino diferente. Ellos pretenden que se asemeje mucho a los antiguos hospitales, donde se solían acoger a los peregrinos. Son los que verdaderamente te suelen dejar huella.
Etapa nº 10 De Castrojeriz a Villalcazar de Sirga. 38,5 kms. Domingo 12 de Septiembre. Salida a 7,3oh y llegada a 15,15h.
Ayer por la tarde, iba a salir a cenar a la calle y decidi no hacerlo y dejarlo para el domingo. Compre cosas en el super y me hice la cena. Una ensalada con bonito, tomate, esparragos verdes, aceitunas y pimientos del piquillo. Todo aderezado y a compañado de pan. De postre 2 peres y 2 nectarinas. Luego unos pastelillos de Palencia que compre en el super y que comparti con varios peregrinos que estabamos sentados en la mesa cenando.Estuvimos charlando un rato y a las 22h. a la cama.
A las 6h. me levanto y como de costumbre me aseo y preparo la mochila. Desayuno en el albergue por que Paco, el hospitalero nos ha dejado para que podamos hacerlo. Tomo cafe solo y unos pastelillos de los de anoche.
A las 7,30h. a andar. Nada mas salir, despues de atravesar un rio, una subida muy pronunciada de casi 1 km, luego llanear por la meserta y a continuacion bajar. Ha comenzado el viento en lo alto de la meseta. Llego a las 9h. a la intersencion con la carretera. y a las 9,15 atravieso el puente sobre el Pisuerga, y entro en la provincia de Palencia.Paso por Itero a las 9,30h. y decido dejar el desayuno para cuando pase por Boadillo del Camino. No hay un solo bar abierto, me siento en la acera y como un bocadillo, que tenia preparado del día anterior, chocolate negro y avellanas y a seguir caminando. A la salida del pueblo nos topamos con el Canal de Castilla y seguimos paralelo hasta llegar a Fromista. Un japones me hace una fotos. En Fromista tan solo lleno la botella de agua y continuo andando. Desde Fromista el camino va en paralelo a la carretera a Carrion de los Condes. Son las 12,30h. Al pasar por Poblacion de Campos, compro pan, me tomo una cerveza con queso y un tomate. continuo y llego a Villalcazar de Sirga a las 15,15h. El albergue municipal esta cerrado y me voy al particular. 7€ la cama. Es una habitacion con seis camas y ahora mismo estan ocupadas 5, dos alemanes, 2 francesas y yo.
Hoy se cumplen 10 dias desde que empece el camino, llevo recorrido 358,9 kms, a una media de 35,89 kms al día. Voy a intentar hacer todos los días esta cantidad de kilometros, aunque soy consciente y cuando vaya entrando en Galicia, se endurece el terreno.
Estoy usando la misma ropa todos los día, pues me da tiempo a llegar al albergue, lavarla y utilizarla al día siguiente. Mientras uso en los albergues la otra ropa que me he traido en la mochila.
Hoy me ha dado tiempo a hacer una nueva poesía, aunque ha sido cortita.
Ha hecho mucho sol y muchisimo viento que ha dificultado mucho el andar, pues en varias ocasiones me quitaba la gorra que llevaba puesta.
Hasta mañana, un beso para todos los que perdeis el tiempo en leer mis cronicas.
Estoy muy bien y con mucho animo para seguir haciendo lo que hago.
Etapa nº 11 De Villalcazar de Sirga a Sahagún 42,5 kms. Salida a las 7h. y llegada a 16,15h. Etapa con mucho sol y poco viento, a veces una suave brisa.
Continuo solo, pero es un decir, estoy en compa´ñia de todos vosotros, los que leeis mis cronicas y que me estais apoyando en esta aventura.
Ayer cene el el Bar, de la propietaria del albergue. Aspaguetis, poyo en salsa y natillas caseras, acompañados de una cerveza.
La noche ha estado de lujo, pues 5 personas en una habitación para seis. Un lujo. Ha sido una noche muy tranquila y que a cundido el descando.
A las 6,15h. suena mi reloj, me levanto y me aseo. Como el personal duerme, sentado en la cama, me como los tres pastelillos que me habían sobrado del día anterior. Tomo un poco de chocolate negro y agua. A las 7h. de la mañana abandono el albergue y anque no se ve, el camino discuerre junto a la carretera de Fromista a Carrion de los Conde, que es donde voy. Despacio hasta que amanece. Hecho al amanecer unas fotos. Continuo y paso por Carrion de los Condes a las 8h. Este es un pueblo con una historia importante que habrá que visitar algún día. ods monumentos que tiene lo aconseja. Continuo y por una carretera ando 2 o 3 kms, hasta que nos desvían por un carril muy amplio y con muchos chinos, por donde va el camino.Esta mañana una ambulancia de la Cruz Roja, nos ha acompañado hasta Calzadilla de la Cueza, auxiliando a los peregrinos. Yo me la he encontrado varias veces. A las 9,30h paro en una area de descanso y como parte del bocadillo, que traia preparado. Continuo y los 17 kms hasta Calzadilla, se hacen eternos. Así son los caminos que discurreen por Castilla. Llego a Calzadilla y son las 11,30h. He recorrido 22,5 kms en 4h. y media. Voy muy bien. Continuo y reposto agua en la fuente y seguir andando, comiendo algunas almendras. El camino a partir del pueblo discurre junto a la nacional 120, por una senda paralela. Hay una suave cuesta pero continuada hasta casi llega a Légidos, luego a bajar y subir repechos, pasando por Terradillos de los Templarios, donde se conservan algunas casas viejas de adobe, Moratinos, donde no encuentro una solo bar abierto, San Nicolas Real del Camino, donde si tomo una cerveza con una tapa. Son mas de las 2 y media y continuo mi andana. Los ultimos kilometros hasta Sahagún han sido infernales. De mucho calor, sin viento y parecía que Sahagún no se llegaba nunca. Me indican donde está el albergue y llego. Era un antiguo monasterio de Cluny, reabilitado por el Ayuntamiento y utilizado de albergue. Cuesta 4 €. En la primera planta esta el salon amplio, con todas las literas 60. Me he duchado, comido parte de las cosas que traía y descansado un poco. A las 18h. he lavado la ropa y la he tendido, como no traigo jabon, un peregrino de 72 años me lo ha prestado. La he tendido y he salido a comprar al super de aquí al lado para prepararme la cena.
Hoy he terminado un poco cansado. Para mañana me he de plantear hacer algunos kilometros menos.
A las 14,40h. me llamaron de Radio Ronda, Mamely y me hizo una entrevista., en directo. Me ha comentado que estaremos en contacto.
Espero que os guste mis redacciones, pero es lo que en realidad se vive en el camino, cuando uno tiene que estar tantas horas andando.
Me duelen los pies, sobre todo en las zonas de las borregas, pero cuando se calientan, ya casi no las notas. Por eso no es necesario hacer muchas paradas, pues luego tienes que volver a calentar.
Un beso para todos y os seguire contando cosas.
Caminando por Castilla y León
Castilla y León
Castellanos de templanza
En sus campos de labranza
Curtidos al sol
Caminos interminables
Que suben y bajan
Se entrecruzan y enlazan
Y se hacen interminables
Suave brisa matinal
De las mañanas de verano
Y aunque el sol salga temprano
No consigue calentar
Son las 9 de la mañana
En una empinada subida
De helechos tupida
Hacia el Alto de la Pedraja
En suaves bajadas
Por un bosque de pinos
Prosigo caminando
Con el sol a mi espalda
Olor prenetante
De la fragancia del pinar
Que me envuelve al pasar
Caminando hacia delante
En las tierras de Castilla
Los pueblos aparecían
Allá en la lejanía
Hechos de barro y arcilla.
Etapa nº 12 De Sahagun a Mansilla de Mulas. 37 kms. Salida a 7,30h y llegada a 15,15h.
Tiempo muy soleado, con una ligera brisa que suaviza el andar por el camino.
Continuo solo.
Ayer por la tarde salí a hacer la compra al super, para despues prepararme la cena. Cuando terminé la crónica que os mande ayer, subí a la zona de los cuartos, donde estaba la cocina y en una olla, me hice la ensalada con bonito, dos tomates, esparragos verdes, pimientos del piquillo y aceitunas.Un poco de pan y de jamón que me sobro del bocadillo. De postre 3 nectarinas, uva y un pastelito que compre en el super. Dos catalanes de Manresa, que vienen en bici me dejaron un vaso de vino tinto, de una botella que habian comprado para la cena. El vino era vino de estos lares. Compartí mesa con ellos, a los que le di un poco de chocolate negro, un vasco jovencito que venía en bici, una mexicana joven, tambien en bici y otro mexicano mayor, de Mexico distrito federal, que desde hacía años estaba pensando hacer el camino y lo habia dejado para este año que era xacobeo.
Cuando terminé la cena, a esos de las 22h. a la cama. La noche ha estado tranquila, hasta casi las 5h. de la mañana que empezaron los que tienen mucha prisa por coger plaza en los albergues siguientes y salen a esa hora. No me explico lo que ven en el camino a esa hora, cuando es a las 7,30h, cuando empieza a verse algo. Hay que respetar a todos, pero el ruido que montan en los albergues, despiertaan a todo el mundo.
A las 6h. de la mañana, me levanté, me aseé y como había mucha gente dormida en mi zona, me acosté nuevamente hasta las 6,45h, que ya me levante, prepare la mochila y como sabía que había un bar cerca del albergue, en el he tomado cafe solo, acompañado de un pastelito que me sobro de la noche anterior y un poco de uva tambien.
A las 7,30h. estaba atravesando el puente de salida de la ciudad y comence a andar por el camino, que discurre paralelo a la carretera hacia León. Al llegar a Calzada del Coto, sobre las 8,15h. hay dos alternativas, o el camino francés o el primitivo, que va por una antigua calzada romana. Yo he tomado el primitivo. En Calzadilla de los Hermanillos, después de un leve repecho de casi 1 km., he llegado al pueblo y he desayunado en el albergue privado. Son las 10h. Cafe solo largo con 4 tostadas de pan,pan con aceite. Me ha costado 2,5€. Continuo y ya no hay un solo pueblo hasta llegar a Mansilla de Mulas. El camino es atravesado por innumerables canales de riego. Hace bastante calor. Un extranjero que me adelanta, a las 12h. me enseña en un aparato la temperatura. 23º, Contnuo andando y a las 13h. paro un momento para rellenar mis botellas de agua de la grande que llevo en la mochila, y me como un platano y una manzana. Con esto tengo que echor el resto hasta llegar a destino, donde llego a las 15,15h. Llego al albergue municipal y me dicen que no hay plaza. La hospitalera,Laura, me dice que me espere, que me lo va a solucionar y me da cama, pues había una reserva que la tenía un poco mosqueada y me lleva a la litera y me dice. Si tienes algún problema, que me vean a mi. He sacado mi saco, lo he colocado en la litera que es lo que evidencia que la misma esta ocupada y me he ido a tomar una cerveza, al bar de enfrente. Le pido que me de algo de comer y tenía varios pinchos de chorizo y me los he comido todos, pues tenía mucha hambre. Previamente le había pedido permiso para hacerlo. Tan solo me ha cobrado 1,50€, lo que evidencia que no me los ha cobrado. He regresado al albergue, me he duchado con agua fría, pues el termo no funcionaba y he bajado al patio, he lavado mi ropa, la he tendido y comiendo un poco de slchichon con pan y chocolate negro de postre, estoy haciendo la crónica de esta etapa.
Por la mañana, al salir a caminar, me acuerdo de todas aquellas personas que me han pedido algo para cuando llegue a Santiago, luego lo hago de mi familia, de mis amigos, de mis niñas del G09, que sois todas magnificas y que os agradezco el mensaje de ayer. Esas cosas te reconfortan y te dan fuerzas para seguir.
Luego me centro en el recorrido, los kms, que pretendo hacer, las dificultades que me puedo encontrar, el intentar no perderme, intentar perder poco tiempo, hacer los kms en los tiempos previstos, etc. Hoy me ha sucedido que saliendo de Calzadilla de los Hermanillos, he visto unas señales y han transcurrido 4kms. por una carretera, sin ver una sola señal. Me puse un poco mosca, pero al finalizar la misma, vi la indicación de la Via Trajana, calzada romana, que me he tragado de mas 31 kms.
Las indicaciones del camino en Navarra, extraordinaria, con carteles de las distancias entre los pueblos por donde pasas; en L Rioja, desaparecen, tan solo ves las flechas amarillas; En Castilla y Leon, se empiezan a ver de nueve, pero en algunos tramos, no con caracter general.
Todas las mañanas, cuando salgo a andar, empiezan a dolerme las borregas que llevo cosidas. Anoche meti los pies en agua caliente con sal. La primera vez en 11 días. Pero cuando llevas un rato y se calientan, ya el dolor va pasando, aunque de vez en cuando cuando pisas un chino o canto rodado, de los que estos caminos están llenos, ves las estrellas. Cuando han pasado varias horas de andar, ya empiezan a dolerme los pies, pero hay que saber convivir con el dolor, pues el maltrato al que sometes a los mismos, con el montón de kilometros que haces al día, es lo normal. Lo importante es poder recuperarte por la tarde y a la mañana siguiente tenerlos dispuestos a pegarle otro tute.
Esta vez he tenido la oportunidad de descubrir el camino en soledad, un camino diferente, un camino lleno de plenitud, de convivencia en los albergues, de compartir pensamientos, ideas, comida, etc. con los compañeros peregrinos. De disfrutar de otra manera el camino, de lo cual me alegro y que recomiendo a todo aquel que quiera hacerlo.
Bueno, no os doy mas la lata, hasta mañana si tengo conexion donde vaya.
Un beso para todos.
Etapa nº 13 De Mansilla de Mulas a San Martin del Camino. Miercoles 15 de Septiembre. 43,5 kms. Salida a las 7,20h. llegada a las 16,15h.
Continuo solo, pero siempre con vuestra compañia, todos aquellos que perdeis vuestro tiempo en leerlas y sobre todo con aquellos que me han dado algun encargo para cuendo llegue a Santiago.
Ayer cene al lado del albergue, sitio que me ha recomendado Laura, la hospitalera del albergue. Revuelto de esparragos con ajetes y gambas, filetes adobados con patatas y melon de postre. Luego dos pasteles que he comprado en el super. 8€ el menu. Hoy me ha costado un poco conciliar el sueño, debido quizas al chocolate negro que me comi sobre las 17h. en el patio del alberque haciendo la cronica que despues os envie. La noche ha estado tranquila, interrumpida por el paso de coches y camiones, pues la parte de otras del alberque, donde yo estaba, daba a la carretera.
A las 6h. en pie y ha hacer lo de costrumbre.En el patio del albergue me tome un cafe solo largo de una maquina que hay en el, las magdalenas que me compre y me sobraron y chocolate negro.
Salí del alberque para iniciar el camino de hoy, serían las 7,20h y a las 7,30h estaba pasando por el pueste sobre el reio Esla y saliendo de la ciudad. Era todavía de noche pero el camino discurre paralelo a la naciona 120. Me duelen un poco los pies, pero es lo normal al comenzar y hasta que no se calientan. El comienzo es un poco lento. Cuando ha pasado casi una hora ya puedo empezar a caminar mas rápido.
El camino hoy discurre paralelo a la carretera, primero hasta Leon y después pasando por todos los pueblos hasta San Martin del Camino, que es donde voy a hospedarme hoy. He pasado por León casi de puntillas y sin pararme, casi para nada, pues como ya llevaba la comida preparada, no he tenido que comprar nada. Una vez pasada León a las 11h. de la mañana, paso por Trobajo del Camino, Le Virgen del Camino, que ando por un acerado, pues hay establecidos poligonos industriales.
He desayunado en Puente Castro, a las 10h. un poco antes de entrar en León. En Leon he comprado en una farmacia una jeriguilla, para inyectarme betadine en las borregas que llevo cosidas.
Cuando pasaba por Virgen del Camino, que eran las 12h frutos secos para aliviar un poco el hambre.
Me ha llamado Mamely de Radio Ronda, a casi las 14h. para hacermen una nueva entrevista. A las 15 h. estoy pasando por Villadangos del Paramo, y aprovecho para comerme el trozo de empanada que compre en el super la tarde anterior. Previamente hantes de llegar a Villadangos, he psaddo por la puerta de la casa de Agapito, un pregrino que ayuda a todos los peregrinos, dejando en la puerta de su casa un cajon con frutas y tomates de su huerta, no hay que dejar ningun dinero. Tan solo hay un libro en el que he puesto «Gracias, de Rafael, un andaluz de Ronda, Malaga». He continuado y como al llegar a Villadangos eran las 15h., he hecho un pequeño esfuerzo y he caminado una hora y cuarto mas, hasta llegar a Villadangos.
Como el albergue es municipal, me instalo, me ducho y me acomodo, pues en el hoy tan solo vamos a estar 7 personas, en un salon grando con 60 literas.
Cuando me he duchado, procedo a curarme los pies. Me han salido 2 nuevas borregas. Como la etapa de hoy ha sico de mas de 40 kms. es lo normal. Me las coso y les inyecto betadibne. Un placer.
Como el día de hoy amaneció nublado, luego a medio día lucía un explendido sol, pero volvio a nublarse y levantarse un ligero viento, que falicitaba el andar, es lo que me ha permitido hacer 5kms mas, para el día que por la circunstancia no pueda hacerlo.
La cena de hoy va a consistir en callos con garbanzos, ensalada de tomate, esparragos y alcachofas y dos melocotones de postre. En la mesa de la cena, había un vasco de Vitoria, una canadiense de Quebec y un matrimonio de Burgos y yo.
Cuando finalice esta cronica, que hice ayer, sentado en el patio del alberque, me tumbé y empece a reflexionar sobre los kms. que me quedaban para finalizar el camino. Me faltan 276 kms para llegar a Santiago, lo que haciendo una media de 27 kms díarios, son tan solo 10 días. Pero mejor es no pensar en ello e ir cubriendo etapas día a día y si puedo hacer mas kilometros por que me sienta bien, mejor y asi podre finalizar antes el camino.
Hoy la etapa ha sido muy fea, pues hemos caminado casi todo el tiempo junto a carreteras. Espero que mañana esto cambie.
Un beso para todos.
Etapa nº 14 De San Martin del Camino a Santa Catalina de Somoza. Jueves 16 de Septiembre. Salida a las 7,20h y llegada a las 14,30h. 32 kms.
Continuo solo.
La noche anterior ha sido la mas tranquila de todas las que llevo en el camino. No ha habido un ruido toda la noche. Llovió y no me enteré pues a las 22h. estaba ya sopa. He dormido de un tirón hasta las 5h. de la mañana. Nadie se ha levantado en toda la noche y no ha habido ruido de bolsas que hacen los extranjeros cuando se van de los albergues, a las 5h de la mañana, para no se que camino ver a esa hora. Será para llegar a los próximos albergues pronto y no le quiten el sitio.
Me he quedado solo en elbergue, pues todos se han ido y yo despues de lo habitual de todas las mañanas, en la cocina me he preparado un cafe y me lo he comido con unas galletas, mas un poco de chocolate negro. He salido a las 7,20h. despues de comprobar que estaba todo correctaente y todas las luces apagadas. El camino a la salida del pueblo discurre paralelo a la carretera y entre la misa y los canales de riego. Llevaba una hora de caminata y había en el camino un jabali enorme muerto. He continuado y ya nos meten hacia el interior antes de llegar a Puente de Orbigo, el que atravieso a las 9,h. paso por Hospital de Orbigo y en Villares de Orbigo, siendo las 9,30h desayuno. Cafe solo con pan con aceite. Aqui el camino empieza a subir, en leves repechos y el paisaje ya es bien diferente y atractivo. Cuando dejamos ya de subir, en una planicie, cerca de Astorga, nos encontramos a David, un chavalote muy joven, catalan, que tuvo una experiencia muy poositiva en el camino, según me cuenta, y ha decidido desde hace varios años, montar un chiringuito, en el que hay agua, refrescos, mucha variedad de frutas y frutos secos, que despues de casi dos horas sin encontrar nada, es de un gran alivio. No cobra nada por lo que te tomes. Tan solo la voluntad. Conversamos un rato. Nos despedimos, Me da la mano y despues un abrazo. Lo cual agradecí mucho. Me volví a preguntarle su nombre, pues, no me lo había dicho y le comente que era para que figurara en mis crónicas.
Se me une Cristina, peregrina de Ribadeo, Lugo, que ayer llego también al albergue a pasar la noche y que ya había coincidido con ella en Mansilla. Hablamos hasta entrar en Astorga, siendo las 12,30h y nos despedimos, pues tenía que hacer algunas cosas, como entrar en el Banco. Astorga es precioso por lo que he visto al pasar por sus calles. Compro unas empanadas en una pastelería y un bollo de pan. A este pueblo hay que venir algún día a comerse un cocido maragato, que es famoso.
Continuo andando y repostando agua en todas las fuentes que me encuentro en el camino. Son las 13h y he salido ya de Astorga en dirección a El Ganso, mi objetivo de la etapa de hoy.Paso por Valdeviejas, Murias de Rechivaldo y por Santa Catalina de Somoza. Se presenta un panorama bien chungo, pues se ha desatado una tormenta y el lugar a donde voy es desde donde estoy ubicado, desde donde se ve que esta diluviando. Le pregunto a los lugareños y ante la adversidas y pensando que llevo hechos mas de 30 kms. decido quedarme en este pueblo y en un albergue particular, Hospedería de San Blas, hacer noche, que es desde donde os estoy enviando esta crónica. Cuesta 5 €. El alberque municipal, que viene en las guias esta cerrado, me comenta un lugareño.
En esta etapa hemos comenzado ya la montaña y lo que nos espera a partir de ahora, es subir y posiblemente mal tiempo.
Me quedan exactamente, según los papeles, 244, 3 kms hasta llegar a Santiago. Con paciencia y buena letra, podre conseguir el objetivo de hacer esta camino francés.
Hoy me ha llamado Balta, lo que desde esta crónica le agradezco eternamente.
No os quiero cansar mas, voy a curarme los pies, que lo necesitan, para afrontar la nueva paliza de mañana.
Un beso para todos.
Etapa nº 15 De Santa Catalina de Somoza a Ponferrada. 43 kms. Viernes 17 Sept. Salida 7,30h y llegada 16,20h.
Continuo solo.
El jueves por la noche, en la Hospedería de San Blas, estuve cenando con los peregrinos que son de Tudela y van en bicicleta, Pepe y Sagrario. Menu 2 platos de lentejas, lomo con patatas y helado de vainilla y chocolate. La noche ha estado tranquila y por la mañana a las 6.30h, en pie, a hacer lo habitual de todas las mañanas. He tomado cafe solo largo en la hospedería y como na había pan y yo lo llevaba, le pedía una aceitera y me comi el bollo pringado en aceite.
La salida a las 7,30h y casi de noche, aunque el camino discurre paralele a la carretera, aunque por ella no transita casi ningun coche. Llego al Ganso a las 8,20h y relleno mi botella de agua.Continuo caminando y ya el camino, lo mismo va por el margen de la carretera, o hay que circular por la misma. Llego a Rabanal del Camino a 9,4oh, y vuelvo a rellenar mi botella de agua. Compro un bollo y veo a Pepe y Sagrario en sus bicis. El camino ya discurre hacia la Cruz de Ferro, aunque paralelo a la carretera, muy empinado pues hay que subir constantemente. El tiempo hoy ha amanecido muy malo, pues anoche llovió bastante y me han comentado que por esta zona por la que circulo, esta mañana, ha llovido bastante y se nota por los surcos que hay en el camino.
He llegado a la Cruz de Ferro, a las 11,15h. con una niebla tremenda. Eso me obliga a ponerme el chubasquero. Me hace un ciclista una foto y cominzo a bajar hasta Manjarin. Sigo por un camino paralelo. Por el camino como unos frutos secos. Al llegar a Manjarín el camino comianza nuevamente a subir y al llegar al alto, donde un turista me hace una foto, el tiempo cambia bruscamente. Esta despejado y se ven desde lo alto, Molinaseca y Ponferrada. Me quedan mas de 20kms. para llegar y ahora esta lloviendo mas fuerte.Continuo caminando ahora se complica el terreno, pues de pizarra y muy pronunciado, por lo que hay que tener especial precaución en la bajada. Acelero mi caminar para llegar en los tiempos que me he marcado en esta etapa. Llego al Acebo a las 13,15h. En la fuente me paro, saco un platano y un tomate y eso junto a un trozo de pan, es lo me voy comiendo en la bajada. Camino un poco por la carretera al salir de El Acebo y ya lo hago por un carril que me lleva a Riego de Ambros por donde paso a las 14h. Me llama Aurora en ese momento. Relleno mi botella de agua nuevamente y continuo hasta Molinaseca. El camino se empieza a complicar, pues se hace mas empinado y dificultoso. Voy bajando muy rápido. Mis piernas y mis rodillas no se resienten en la bajada. Llego a Molinaseca a las 14h. donde al pasar por la calle principal, en un bar, me bebo una caña y me como un pincho de tortilla. Cuando saldo del bar y empiezo a caminar hacia Ponferrada, empieza a llover fuerte y me pongo el poncho, el cual no me quito hasta llegar al albergue de Ponferrada. El camino lo hago por la carretera y en el bar donde he estado, me han explicado por donde tengo que caminar al entrar a Ponferrada, para llegar el albergue. Cuando entraba en Ponferreda, me pasan Pepe y Sagrario que tambien van en direccion al mismo albergue. Cuando llego, veo a Cristina, peregrina de Ribadeo y Amelia de Leon, ya coincidimos en San Martin del Camino.Después de darme una ducha, he lavado mi ropa y la tentido en unos enormes tendederos que hay detras de la capilla.Como no se ha secado , y llevo una cuerda, en las literas, preparo mi tendero y cuelgo las cosas por la noche. Por la mañana, algunas estaban secas. Hemos cenado juntos y esta noche hemos compartido la comida que cada uno ha comprado. Yo he preparado mi ensalada con tomate, esparragos, atun y aceitunas. Había internet en el albergue, pero no me ha dado tiempo a hacer esta cronica que os envio, y lo hago desde Vega de Valcarce, el lugar donde hemos llegado hoy sábado.
Caminando por La Rioja
Bajo un sol radiante
No ceso de caminar
Hacia el pueblo de Azofra
Mi próximo hospedaje
Me encuentro en La Rioja
Y estoy atravesando
Sus campos de viñedos
Por sus tierras rojas
Viñedos en esplendor
Con sus frutas maduras
De uvas tintas oscuras
Esperando al vendimiador
Cuando estoy en el Camino
Cojo algún racimo de uva
Para saciar la fatiga
Y poder llegar al destino
Son las 12 de la mañana
La brisa me acompaña
Reanudo la poesía
Que abandoné hace tres días
La brisa se ha convertido
En viento fresco y molesto
Que me fastidia al andar
Pero no dejo de caminar.
Etapa nº 16 De Ponferrada a Vega de Valcarce. 39 kms Sábado 18 de Sept. Salida a las 7,15h, llegada a las 16h.
Hoy voy en compañia de Amelia y Cristina.
La noche en el albergue de Ponferrada ha estado tranquila. Estábamos en el sótano y no hemos escuchado a la gente del botellon que se reunen los viernes junto al albergue. Me cuentan Amelia y Cristina que a las 3h de la mañana, era insoportable.A las 6,15h suena mi reloj y arriba. Hago lo de costumbre de todas las mañanas, me como unas galletas y pastelillos, haciendo la mochila y Cristina me ha calentado un vaso de agua y con un poco de nescafe, me he tomado antes de salir un cafe.
Salimos a las 7,15h de noche, del albergue pero como tenemos que atravesar Ponferrada, salimos por una gran avenida, atravesamos un polígono y a las 8,30h paramos en un bar para tomar un cafe. Yo cafe solo largo y pan con aceite. Vamos los tres juntos y Cristina va muy bien, pero Amelia y yo, como tenemos muchas ampollas, nos duelen mucho los pies y caminamos con dificultad. Esta parte del camino discurre por carretera y llegamos a Camponaraya, sobre las 9,30h.Me como dos tomastes que había comprado la tarde anterior. Me voy solo y se quedan Amelia y Cristina. Continuo por carretera hasta que nos desvian por un carril, entre campos de viñedos, donde estan recogiendo la uva. El carril nos lleva a Villafranca de los Barros. La entrada del pueblo es preciosa, y al llegar al centro me encuentro a Cristina y Amelia, que han venido por la carretera, que acorta el camino. Continuamos juntos, en dirección a Vega. Pasamos por Pereje y Amelia que va mal, se queda a descansar.Reponemos las botellas con agua y me como un platano. Por esta zona el camino discurre junto a la nacional IV, por una zona habilita para los pregrinos y junto al rio Valcarce, un paraje precioso, que en algunos pueblos se han habilitado zonas de baños. Salimos de Pereje y al llegar a Trabadelo, Cristina y yo nos paramos en un bar. Para mi pincho de tortilla y caña. Son las 14,15h y al rato salimos con direccion a Vega de Valcarce. Seguimos junto a la carretera, pero por algunos sitios con bastante sombra y la frescura del rio, que se agradece, sobre todo por la hora en la que seguimos caminando. Hemos llegado a las 16h. y nos han dado unas literas en un cuando donde solo hay 4. Por lo que pienso que vamos a estar hay bastante tranquilo. Cuando estoy haciendo esta crónica, llega Amelia al albergue. Es una atentica campeona.
Hemos escogido este luagar para quedarnos, pues mañana, salimos en dirección a O Cebreiro, le otra gran dificultad del camino, que queremos hacerlo por mañana y esperemos tener un día tan soleado como hoy, aunque con algunas nubes, pero como llovío por esta zona, ha refrescado mucho el albiente, lo que el cuerpo agradece para caminar.
Bueno no os canso mas, voy a descansar un rato en mi litera, luego curarme los pies para poder bajar a compar comida, pues mañana es domingo y estará todo cerrado.
Un beso para todos.
El camino de la amistad
En el camino se respira libertad
Con tu mochila a cuestas
Con todas tus pertenencias
Disfrutando de la amistad
De la amistad de los peregrinos
En la convivencia en los albergues
Con algunos personajes singulares
Que te encuentras en el camino
Camino sin cesar
Paso firme y constante
Mirando siempre adelante
Sin volver la vista atrás
Caminante o peregrino
Con tu clara mente
Con tu sonrisa alegre
Cuando andas el camino
El camino de la amistad
Solo, lo has de realizar
Para culminar de forjar
Tu propia personalidad.
Rafael Lesmes
Septiembre 2010
17º. Etapa. De Vega de Valcarce a Calvor. 48 kms. Día 19 de Sept. 2010.
Hemos desayunado Cristina, Amelia y yo en el albergue. Cristina ha hecho café solo y lo hemos acompañado con pan con aceite. Salimos a andar y aún es de noche, pero como lo tenemos que hacer por la carretera, no importa. Pasamos Rutelán y hasta que no llegue Las Herrerías, el terreno no se complica, aunque vamos subiendo poco a poco.
Hay muchos peregrinos en el camino esta mañana. La mañana está fresquita pero va a hacer un buen día. Llegamos a las Herrerías y el camino empieza a empinarse y bastante. Cristina nos ha dicho que son 6 kms. de subida a O Cebreiro, muy duros y pronto comenzamos a comprobarlo. Subimos lentamente y llegamos a LaFaba. Ya hemos dejado atrás a un montón de peregrinos, pues vamos con un buen ritmo. Reponemos agua en la fuente, aunque pone agua sin garantías sanitarias, pero se han bebido toda la vida. Nosotros la bebemos. Seguimos subiendo y ya empezamos a salir de la espesura del bosque y contemplar las vistas, que son espectaculares. Llegamos a La Laguna de Castilla, último pueblo de la región y nuevamente reponemos agua. Quedan aún 2 kms para coronar la cima de O Cebreiro. Los ciclistas lo hacen por la carretera y algunos van extenuados. Cuando coronamos por un camino cómodo, son las 10,10h. Previamente habíamos entrado en la prov.de Lugo y nos hicimos unas fotos. Llegamos al santuario, pusimos el sello en nuestro pasaporte y volvemos a desayunar.
Lo paga Cristina pues nos tiene que dejar, ya que hoy es domingo y mañana trabaja. Sus padres la recogerán en el pueblo. Nos despedimos y continuamos Amelia y yo. Vamos en dirección a Liñares, por la carretera. Nos tenemos que abrigar, pues corre un viento muy molesto. En Liñares ya cogemos el camino, que aunque paralelo a la carretera, pasa por Hospital de la Condesa, Padornella y el Alto del Poio, al que llegamos a las 12,20h. y a partir de aquí comienza la bajada. El día sigue siendo espléndido por lo que hemos hecho algunas fotos. Después de pasar por algunos pueblos o aldeas, en los que no hemos encontrado fuente alguna, llegamos a Triacastela a las 15h. donde descansaos 15 minutos, el tiempo de tomarnos una caña y un plato de ensaladilla. En Triacastela, el camino se bifurca, y nosotros optamos por San Xil, que es mas corto 5 kms. pero tiene una dificultad añadida, que tiene mas subidas y bajadas y no sabemos como estará el terreno. Toda esta andana, la hacemos a partir de las 15,15h, después del descanso y la hacemos un poco mas lenta. Hay unos fuertes repechos hacia arriba, hasta llegar a San Xil, para luego llanear un rato por la carretera y comenzar la bajada a Furella y luego a Calvor. El camino, por algunas zonas está muy dificultoso, con fuertes pendientes y algunas resbaladizas, pues en Galicia la mayoría del camino es de pizarra suelta. Amelia viene un poco mas despacio y me adelanto para ver el tema del albergue. Cuando llego a Calvor, ella viene 4 kms. detrás mía y compruebo que no hay plaza en el albergue de la Xunta y no pueden solucionarnos el problema, pues, le prohiben que nos puedan tirar colchonetas en el suelo. Llamo a Amelia y como a 2 kms. atrás en el camino, hay una pensión, coge una habitación para los dos y yo tengo que retroceder, esos kms, aunque me recoge en su coche el dueño de la pensión. Nos duchamos, cenamos en la habitación y pasamos una noche atípica, sin ruido de bolsas, ni linternas que se encienden, pues estábamos los dos solos.
Es lamentable tener que decir, que desde que entramos en Galicia, por el montón de pueblos que pasamos, no había fuentes públicas para abastecerse de agua, hasta Triacastela y luego vuelta de lo mismo. Me quede sin agua en la botella, antes de llegar a San Xil y tuve que pedírsela a un vecino de una finca y seguro que era de pozo.
Por el camino nos encontramos a unos peregrinos de Granada, estudiantes de medicina y tuve que ser yo, quien le inyectara betadine en una borrega que se le había reventado.
Bueno, esto es lo que sucedió a grandes rasgos ese domingo, pues esta crónica la estoy haciendo desde mi casa, ya que las jornadas siguientes hasta Santiago, han sido muy largas y casi ni nos ha dado tiempo de lavar la ropa, pues era nuestra intención entrar en Santiago el miércoles día 22 de Sept. y en los sitios en los que hemos estado a partir de ahora, no había internet.
Un beso para todos.
Etapa nº 18 De Pintin a Ligonde. 46 kms. Lunes 20 de Septiembre.
Salida 7,30h. Llegada 18,30h.
Nos hemos levantado esta mañana y hecho lo que de costumbre hacemos antes de salir a andar. Como en la pensión hay bar, y han abierto a las 7h. hemos bajado a desayunar. Amelia café con leche y tostadas con mantequilla y mermelada. Yo café solo y pan sin tostar con aceite. A las 7,30h estabamos ya en el camino, pero como se ve, por la carretera. Pasamos por el albergue de Calvor y todavía hay peregrinos que no han comenzado a andar. Seguimos andando, pero por el camino, que discurre junto a la carretera. Vamos en dirección a Sarriá y llegamos a las 8,45h. Vemos algunas fuentes públicas y reponemos el agua que falta en nuestras botellas. Hoy queremos hacer una tirada larga por lo que nos tenemos que entretener lo menos posible en los sitios. Pasamos Sarriá, que está bien indicado por las flechas y conchas en las aceras y bajamos unas pendientes grandes hasta el río, que cruzamos por un puente y empezamos a subir el desnivel que hemos bajado. El camino, parte de tierra y parte de asfalto, pasa por Barbadela, Rente, Lavandeira, donde compramos un pan de Galicia, pero como no nos pueden hacer café, pues solo es tienda, nos lo llevamos colgado en la mochila. En nuestro caminar, pasamos por el km 100 hasta Santiago, en el que hago una foto. Este km se encuentra con muchos objetos que la gente va dejando al pasar por el. En el km 99,5 hay una venta Casa Mauros, donde sellamos el pasaporte y descansamos un rato mientras tomamos café con un trozo de empanada gallega, que estaba riquísima. Eran las 11h. de la mañana y pasados 15 minutos iniciamos nuevamente a caminar por tierra y por asfalto, pasando por Mercadoira, Parrocha, hasta llegar a Portomarín, por donde pasa el rio Miño. Hacemos fotos y son las 13,30h. Tenemos que abastecernos de fruta, pues no llevamos nada. Compramos en una super, plátanos, peros, nectarinas y tomates. Amelia entra en la farmacia del pueblo, ya que tiene que comprar cosas para curárselos. Yo llevo unos cuantos días que ni quiero escuchar los míos. Se me ha metido en la cabeza, entrar en Santiago el miércoles y voy a tratar de hacerlo por todos los medios. Se cura los pies, nos comemos los tomates y las nectarinas y reanudamos el caminar. Tenemos intención de parar en Gonzar a tomarnos el pincho del mediodía, pero andamos y andamos y no llegamos nunca. El kilometraje no coincide el de los papeles con la realidad y nos desespera un poco. Con casi las 16h. El sol calienta bastante a esta hora. El camino discurre paralelo a la carretera y optamos por en una area de descanso, para y prepararnos unos bocadillos, con jamon. Lo acompañamos después con chocolate con almendras que lleva Amelia. Reanudamos el caminar y pasada media hora, llegamos a Gonzar. Nos da mucho coraje, pero nos resignamos y seguimos caminando. Pasamos por Castromayor, Hospital de la Cruz y Ventas de Nalon, donde Amelia empieza a quedarse y yo continuo marchando mas rápido. Cuando voy llegando a Ligonde, pregunto por el albergue, que es municipal y se encuentra a la salida del pueblo. El pueblo tiene 40 habitantes y el albergue capacidad para 20 personas. Llego y no hay plazas y la hospitalera, Isabel, llama por teléfono al de la Xunta que está a 1 km, en Ereixe. Hay dos camas, pero estoy viendo pasar constantemente a taxis que traen y llevan a personas o peregrinos. Le dicen que no me pueden guardar las camas, que al primero que llegue se las dan, por lo que no doy un paso mas, ya que Isabel nos ha dicho que nos echa unos colchones en el suelo del albergue para esta noche. Pasa en ese momento Amelia y la llamo, comunicándole que nos quedamos en el albergue. Tenemos solución para esta noche y tan solo nos queda la noche del martes que será la última y que mañana, ya veremos como lo solucionamos. Hoy está solucionado, gracias a Isabel. Lavamos nuestra ropa, nos duchamos y preparamos nuestras camas, en el sótano del alberque. Un sitio de lujo y en el que hemos dormido Amelia y yo, aparte de los peregrinos y sin un solo ruido en toda la noche.
Cristina nos había dado unos sobres de sopas, para que los hicieramos, al igual que en la noche de Vega de Valcarce. Pero como en este albergue, la cocina es muy pequeña, y estaba primero ocupada por un grupo de italianos, y haciendo cola unos alemanes. Los italianos que llevaban a una chavala, que entendía y hablaba casi bien el español, nos invitan a que compartamos con ellos, la cena que estan preparando. En principio, no aceptamos, pero insisten y compartimos lo que han preparado: ensalada de lechuga, tomate cebolla, etc. patatas cocidas con ajo y perejil y aceite. Queso,chorizo, etc. Está con ellos también Ernesto, un venezolano afincado en Málaga. Un tipo excelente. Nosotros aportamos nuestra botella de aceite y nuestro pan de Galicia que compramos en el camino por la mañana. Ha sido un rato inolvidable, que inmortalizamos con fotografías que nos hicieron con mi cámara. Hablamos, intercambiamos opiniones, los días que llevamos cada uno en el camino, de donde venimos, etc.
Ernesto se brindó a fregar los platos que previamente entre todos habíamos retirado de la mesa.
Nos retiramos a dormir y lo hemos hecho, aunque pocas horas, pues nos van quedando pocos días en el camino y cuando nos despertamos, empezamos a pensar y la llegada el miércoles a Santiago y eso nos quita el sueño.
Hasta mañana y muchos besos a todos.
Etapa nº 19 De Ligonde a Arzúa . 36 kms. Martes 21 de Septiembre del 2010
Salida a 7,15h y llegada a las 15,30h.
Esta noche pasada de ni Amelia ni yo hemos dormido mucho. Nos hemos despertado muchas veces y como quedan escasos dos jornadas para terminar, siempre nuestra mente está puesta en Santiago, donde deseamos llegar, si nada lo impide. Nos hemos levantado a las 6,30h y hacemos lo habitual de todas las mañanas. Cuando salimos del albergue, hay una niebla tremenda, que no se ve a diez metros. Amelia enciende su linterna y vamos en compañía de Manrique, leonés que hemos conocido esta tarde pasada en el albergue. Como no hemos podido tomar nada esta mañana, porque los italianos copaban la cocina, decidimos desayunar en el camino, y como hay un bar en Eirexe, enfrente del albergue de la Xunta, hacia el nos dirigimos. Llegamos en un rato, pues el pueblo se encuentra a menos de 1 km. Manrique nos deja y sigue andando y Amelia y yo, entramos y desayunamos. Yo café solo con tostadas de pan con mantequilla y mermelada. Hoy he variado el desayuno. Salimos a las 7,50h del bar y comenzamos la andana. Nos duelen los pies a los dos, pero como cuando paramos y se enfrían, tenemos que calentarlos y teniendo las borregas, mas todavía. Empezamos a andar despacio y vamos poco a poco acelerando. Pasamos por Portos, Lestedo y Brea, pueblos o aldeas gallegas a los que vamos llegando por el camino que circula paralelo a la carretera o por la misma. Llegamos a Palas de Rei, sobre las 9,30h y al ser esta una población grande, en todas las guias la determinan como finalización de etapa. Tardamos algo en atravesarla, pero el camino está bien señalizado. Aquí se intensifica el numero de peregrinos en el camino, debido a que hay varios alberques, entre los públicos y los privados. Pasamos por pueblos como San Xulian del Camino, Casanova y Porto de Bois. Hay un punto entre Porto de Bois y Coto, donde el camino y la carretera se juntan. Desaparecen del camino un montón de estudiantes, pues los autobuses los están esperando. Amelia y yo nos sentamos en un bar y volvemos a desayunar. Esta vez comemos empanada gallega y bizcocho, ella con café con leche y yo solo. Pasan 15 o20 minutos y salimos nuevamente a caminar.
Hoy nuestro objetivo es llegar a Arzúa, ver si tenemos albergue donde quedarnos y si no, seguir andando y acercarnos lo mas posible a Santiago.
Al salir de Coto, salimos de la provincia de Lugo y entramos en la de la Coruña. Pasamos por pueblos como Laboreiro, Furelas y llegamos a Melide. Son sobre las 12,20h de la mañana. La niebla desapareció sobre las 11h y el sol empieza a calentar pues la mañana es muy soleada. Atravesamos Melide, y a la salida hay una pendiente con arena y chinos, donde me resbalo dos veces y una de ellas, tengo que apoyarme con las manos para no dar con mi cuerpo en el suelo. Vemos a la salida un cartel que nos indica 14 kms a Arzúa. Lo que significa que son tres horas de andana. Calculamos que sobre las 15,30h llegaremos a destino. Pasamos por los pueblos de Santiago de Boente y Castañeda. Mucha parte del camino es por carretera. Cuando vemos en la lejanía Ribadiso, le preguntamos a un vecino y nos dice que hasta Ribadiso quedan 2,kms y hasta Arzúa 4,4 kms. Nos duelen los pies y el sol calienta mucho. Hemos bajado mucho y ahora nos toca subir hasta Arzúa. Amelia se queda un poco rezagada de mi, pero continuamos andando. Pasamos Ribadiso y llegamos a Arzúa. Entramos por el pueblo y dejamos muchos albergues particulares atrás. Llegamos al albergue de la Xunta y nos dicen que está lleno, pero nos indican que el Ayuntamiento ha habilitado el polideportivo con colchonetas para el exceso de peregrinos que van a ir llegando. Como necesitamos comer algo, en la misma calle del albergue, en el bar Galicia, nos sentamos y comemos. Amelia come una ensaladilla y dos huevos fritos con patatas y yo un plato combinado con dos huevos fritos, croquetas y filetes de lomo con patatas. Lo acompaño de dos cervezas. La señora del bar tiene una bandeja de higos en el mostrador y son de su huerta. Nos invita a comer y Amelia y yo nos ponemos tifos. Después de comer nos encaminamos al Polideportivo, que está a 700 m. del centro y cuando llegamos nos instalamos. Cada uno dos colchonetas para estar mas cómodo. Nos duchamos y nos preparamos para descansar un rato. Cuando hemos descansado, con el pasaporte ade Amelia y el mío, tengo que bajar al albergue de la Xunta, para que me lo sellen y comprar alimentos para la noche y el día de mañana, el más importante de todos. Compre una empanada para la noche y una barra de pan, fruta y un paquete de pastelitos, para la noche y la mañana. Cenamos sobre las 21 h. y preparamos la barra de pan con el jamón, para no tener que parar mucho mañana. Nos echamos a descansar y sobre las 22,30h se apagaron las luces del polideportivo.
Hablamos Amelia y yo, que mañana es el último día y tenemos que darlo todo.
Hasta mañana.
Etapa nº 20 De Arzúa a Santiago de Compostela. 22 de Septiembre de 2010
Salida 7,44h y llegada 15,30h.
Hemos salido del Polideportivo temprano, después de prepararnos y levantarnos a las 6,30h. Como el polideportivo está apartado del camino, este trayecto no cuenta pero hay que hacerlo. Al incorporarnos al camino, en el mismo sitio de ayer, comprobamos que el bar donde comimos esta abierto y entramos a tomar café. Previamente nos habíamos tomado las rosquillas que sobraron anoche y un poco de chocolate negro que nos había sobrado. Cuando salimos del bar eran las 7,45h. de la mañana. La mañana se presenta húmeda pero sin niebla. Está oscuro, pero seguimos a algunos peregrinos que salen delante nuestra de Arzúa. Hago algunas fotos del amanecer, ya que se presenta muy atractivo. Pasamos por pueblos como Calzada, Ferreiros y Brea. Amelia y yo comentamos que si seguimos andando, después de llegar a Arzúa, hubiéramos tenido muchos problemas para encontrar albergue, pues en estos pueblos no hay nada. Hicimos bien en quedarnos en Arzúa y asegurar la cama de la última noche. Va levantando el día, nos sobra parte de la ropa que llevamos puesta y cuando llegamos a Santa Irene, en una área de descanso, con fuente incluida, sacamos unos bocadillos de jamón y sin parar, nos los vamos comiendo. Son las 11h de la mañana y al rato pasamos por el km 20, lo que nos llena de alegría. Seguimos caminando, con dolores de pies, por las borregas y por las palizas que les estamos dando en los últimos días. Le comento a Amelia que no hay que escucharlos, que la cabeza es la que tiene que mandar y por encima de todo, el objetivo está a 20 kms y no podemos fallar. Seguimos caminando y pasando por pueblos como Arcada de Pino y San Paio. Al llegar a estos pueblos tenemos que rodear el aeropuerto de Santiago y comprobamos que cuando quedan 12,5 kms para llegar, desaparecen los monolitos que lo indican y es debido que al hacer la ampliación del aeropuerto, han metido 2 o 3 kms en el recorrido y los monolitos que vemos indican el camino pero no lo que queda para llegar. Son las 13,30h y sacamos de las mochilas el segundo bocadillo y sin pararnos, nos los vamos comiendo. También comemos algo de fruta. Vamos hacia el último escollo de la jornada, Monte de Gozo, que nos han dicho que tiene unas rampas enormes y realmente son las primeras las mas duras, porque hasta llegar a Monte de Gozo, lo hacemos por una carretera donde se ubican la TVgallega y TVE, hasta que llegamos a Monte de Gozo, a las 14,30h. El camino es mas bien pesado e interminable, pero somos conscientes que nos que una hora hasta llegar a la basílica de Santiago, por lo que aunque nos duelen los pies, hay que hacer el último esfuerzo y todo se habrá acabado.
Bajamos Monto de Gozo, donde nos echan algunas fotos y llegamos A Ponte de San Lázaro, que es la entrada de Santiago, empezamos a callejear y a las 15,30h llegamos a la Plaza del Obradoiro. Antes de llegar pongo algunos mensajitos por el móvil y empiezo a sentirme emocionado los instantes antes de llegar a la plaza.
Cuando llegamos, Amelia y yo nos damos un abrazo e inmediatamente nos dirigimos a recoger la Compostela, que certifica que hemos hecho el Camino. Hay cola y tardamos 2 horas en recogerlas. Luego nos vamos hacia la basílica y cumplimos con los encargos que nos han dado algunos conocidos. Posteriormente Amelia y yo nos despedimos, pues ella tiene un trayecto complicado hasta llegar a León, con muchos transbordos y el primer tren sale a las 18,30h. Me quedo solo en Santiago, hago algunas compras y una vez regida la mochila que tengo en consigna, pues todo aquí se ha convertido en una negocio, me encamino a la estación de autobuses. Mi combinación es salir de Santiago en dirección a Madrid, a las 21,30h y llegada a las 6,30h. Después a las 8,40h coger en la estación de Atocha el Altaria y llegar a Ronda a las 12,27h de la mañana.
Esa fue la combinación y todo se cumplió.
Notas sobre el Camino de Santiago (versión francesa)
He recorrido 775 kms. en 20 días. Del 3 al 22 de Septiembre del 2010.
Me ha salido una media diaria de 38,7 kms.
Comencé en Sant Joan de P. De Port (Francia), atravesando los Pirineos hacia Roncesvalles. Atravesé las provincias de Navarra, La Rioja, Burgos, Palencia, León, Lugo y La Coruña, hasta Santiago de Compostela.
El tiempo que he tenido durante esos días, ha sido muy bueno, con lluvia tan solo dos días.
Mis sensaciones han sido muy positivas, pues cada día que iba pasando en el, iba encontrándome mejor, lo que me ha permitido hacer etapas hasta de 48 kms y de 43 kms, como el día de la subida a O Cebreiro y el día de La Cruz de Ferro.
Considero que es el Camino de la Amistad, por la cantidad de peregrinos que hay en el y por la convivencia tan positiva que se da en los albergues con ellos.
Durante los últimos 300 kms. he convivido con Cristina de Ribadeo (Lugo) y Amelia de León, donde ha surgido una amistad duradera en el tiempo. También he convivido con Pepe y Sagrario de Tudela, de los que guardo buenos recuerdos, Laurence de Suiza, Anthony de Austria, Enrique, David, etc.
En el Camino hay que ser autosuficiente, para curarse los pies, para lavarse la ropa, tenderla y estar pendiente de ella, prepararse la comida, en definitiva ser uno mismo sin depender de los demás.
En el camino hay mucha espiritualidad y cada uno la vive como mejor lo considera necesario. Hay mucho tiempo para pensar y ordenar tus ideas. Para comunicarte con los demás. Para darte cuenta que mucha de las cosas que tenemos, no las necesitamos para nada.
Mi opinión es que haría falta, que todos pudiéramos pasar por el, aunque solo fuera unos días, para que se pudieran entender estas opiniones.
Gracias a todos los que se han interesado por mi durante los días que ha durado mi aventura, y en especial a Radio Ronda, por las entrevistas que me habéis hecho en directo.
He pretendido en este Camino, hacer partícipe a muchos, de mi existencia en el, contándoles día a día, a través de Internet, mi acontecer diario. Creo haberlo conseguido y el éxito de esta aventura, en parte se la debo a ellos, ya que se que todos los días esperaban noticias mías y no podía defraudarles.
Gracias a todos y un beso.
Rafael Lesmes García.
Septiembre 2010.
No quiero, aunque me gustaría poder, hacer aquí una obra maestra de investigación sobre la “guitarra española”. He bebido de muchas fuentes que me han llevado a conocer básicamente la guitarra, su música, sus formas, sus orígenes, su estructura, las maderas que la pueden conformar… en fin, su historia.
Desde que empecé a interesarme por nuestro ilustre paisano, Vicente Espinel, allá por los albores de los años setenta, he conectado con grandes conocedores del mundo de la guitarra. Los enumero para que todos sepamos que son o serán, ya que algunos han desaparecido, parte de esta historia de la guitarra española: Regino Sainz de la Maza, Alberto Navarro González, Juan Ruano Balada, José Villar, América Martínez, Paco de Lucía, Manolo Sanlucar, Marcelino López Nieto, Betto de Bezac, Víctor Monje “Serranito” y Manolo Cano.
Me precio de haber tenido relación con todos estos monstruos de la Guitarra. Con unos, un contacto pasajero, con otros amistad, y con todos algún nivel de compromiso. Personas de las que he ido aprendiendo cosas de la guitarra, que ellos, como grandes conocedores, me han ido dejando aprender de sus sabias palabras y de sus hechos inolvidables. Yo, que soy agradecido y tengo buena memoria, quiero ahora poner en orden todo y dejar aquí un testimonio que en parte pertenece a todos ellos.
Según la hipótesis que han emitido algunos historiadores y arqueólogos, los primeros instrumentos de música fueron sencillas cañas provistas de agujeros que fundan los instrumentos de vientos y, tras una evolución a través de los siglos, nos han traído la maravilla de los instrumentos que actualmente soplamos de una manera u otra. Siguieron después los troncos huecos de árboles, los cráneos, los caparazones de tortugas etc. que crean la familia de los instrumentos de percusión. Y, finalmente, atándoles unas cuerdas formadas por tiras finas de piel se da pie a los instrumentos de cuerda, a la que pertenece nuestra guitarra.
El nombre de la guitarra, por una parte, y las formas que la caracterizan por otra, no tienen, como lo prueba la Historia, una fuente común. Por esta razón, la etimología nos hace remontar un camino completamente distinto del que nos muestra el estudio de la evolución de la forma. No podemos en justicia, en la etimología, considerar la “cítara” griega, la “qitara” caldáica o la “sitar” persa, como precursoras de nuestra guitarra de hoy, mientras que, como puede comprobarse en los frescos “hititas” y egipcios, ya en el tiempo del Egipto de los faraones y en las antiguas culturas del Asia Meno,r existían formas intermedias entre el antiguo laúd y la guitarra moderna. Entre los años 800 y 1000 (a. J.C.) se emplea en Egipto un instrumento de cuerdas que poseía la mayor parte de las características de nuestra guitarra moderna y en el que nos es permitido ver al precursor de este instrumento: Cuerpo oval, costados curvos hendidos hacia el interior, tapa anterior y posterior planas y unidas por una tablilla recta y mástil recto provisto de trastes.
Pero todavía en tiempos anteriores a los descritos se encuentran restos de lo que pudo ser un instrumento muy parecido a la guitarra, como así lo demuestra el bajorrelieve que se conserva en el museo de la música de Leyden (Holanda,) descubierto en una tumba de uno de los reyes de Tebas (3.500 a. J.C.), que muestra un instrumento parecido a la guitarra.
De todos es conocido el proceso histórico de España o la Península Ibérica, de invasiones de todas las civilizaciones: celtas, fenicios, cartagineses, romanos, visigodos y árabes. Pues bien, entre todos ellos han ido dejando siempre algo que si se pudiese fundir en el crisol patrio nos daría como resultado una nueva forma. Así tenemos que de unos que nos aportaron los instrumentos de caja plana, en la que cada cuerda daba una sola nota, y de los de caja panzuda de otros, provistos de mástil con trastes, nace en España un nuevo instrumento: La “Kithara” española o Guitarra.
Todo esto queda confirmado por Alfarabí, eminente músico árabe de mediados del siglo IX, que en su “Tratado de Música”, que se conserva en la Biblioteca del Escorial, escribió en dialecto árabe, al hablar de un instrumento llamado” xamerud”, dice: “Xamerud es un instrumento tan recomendable, que ninguno de los antiguos llega a su perfección, a no ser la kithara o guitarra, de la cual dice Abu-Beker de Tortosa, que es instrumento de cinco cuerdas dobles, tan célebre, que puede compararse con el laúd moderno”.
Alfarabí, pues, ya nos habla por boca de Abu-Beker de un instrumento llamado guitarra que tenía cinco cuerdas u órdenes dobles, aunque lo compare con el laúd moderno. Ya estamos hablando de que en el siglo IX el laúd era un instrumento moderno mientras se habla de este instrumento kithara o guitarra como menos moderno, o como si hubiese salido en ese tiempo. Pero ya nos habla de las cinco cuerdas de la guitarra, ¡dobles!, pero cinco.
Lo que sí podemos dar por cierto es que la tal kithara o guitarra se engendra en España, después de pasar el crisol hispano y que tiene por antecesores a la kithara griega y al laúd antiguo egipcio, griego o árabe.
Fray Juan Bermudo nos habla también en su gran obra “Declaración de Instrumentos”, compuesta en su Ciudad natal de Écija (Sevilla) en el año 1.548, dos antes del nacimiento de Vicente Espinel en Ronda, de la guitarra de cuatro cuerdas, simples, y de la vihuela también de cuatro cuerdas, simples. Ambos instrumentos , guitarra y vihuela, eran iguales, pero distintas en su empleo y algo diferentes en su dimensión, aunque con la misma forma.
Se entiende mal que, Vicente Espinel, natural de Ronda (Málaga,) inventor de las nuevas décimas llamadas espinelas, maestro de capilla del Obispo de Plasencia, autor de tonadas, cantor de sala, aventurero, soldado y sacerdote, le añadiera una cuerda a la guitarra, si ésta ya las tenía cuando contaba con las cinco cuerdas dobles. O pudiera haber pasado que a la guitarra de cuatro órdenes, del fraile Juan Bermudo, él le añadiese una quinta cuerda.
En muchos libros y en innumerables publicaciones se ha dado por cierto que Espinel le añadió la cuerda quinta, llamada “prima” o Mí, de la escala musical. Pero a lo largo de la historia muchos grandes personajes han dado fe de ello, entre otros, el portugués Nicolás Doyzi de Velasco y Gaspar Sanz. El primero, en su obra “Nuevo modo de cifra para tañer la guitarra”, publicado en Nápoles en el año 1.630, dice: “Espinel le aumentó la quinta cuerda a la guitarra, a que llamamos prima, con lo que quedó tan perfecta como el órgano, el clavicordio, el arpa, el laúd o la tiorba, y aún más abundante que estos instrumentos”.
Y Gaspar Sanz, en su obra “Instrucción de música sobre la guitarra española”, publicada en Zaragoza en el año 1.674, en el prólogo dice: “Los italianos, franceses, alemanes y demás naciones, la gradúan de española a la guitarra; la razón es porque antiguamente no tenía más que cuatro cuerdas y en Madrid, el maestro Vicente Espinel, rondeño, le acrecentó la quinta, y por eso, como de aquí se originó su perfección”.
Otros, contemporáneos de Espinel, lanzan sus alabanzas hacia el rondeño que añadió la quinta cuerda a la guitarra; el más nombrado de ellos, Miguel de Cervantes, llega a decir en “La Galatea” que sea alabado Dios por habernos mandado al eximio músico y poeta andaluz que nos ha dejado a la guitarra con sus cinco cuerdas. Y el no menos nombrado Félix Lope de Vega, que lo nombraba como el Maestro, se pronuncia en parecidos términos al escribir en el Laurel de Apolo de su maestro el músico y poeta Espinel. Hay otros autores e historiadores que, más modernos, dicen que Espinel no le añadió ninguna cuerda a la guitarra, ya que esta tenía cinco cuerdas dobles siglos antes de que él naciera, como nos dice Abu-.Beker de Tortosa. ¿Fue entonces este instrumento el que al paso de los siglos se convirtió en vihuela de cuatro cuerdas, suprimiéndosele las dobles y se la dejó, que con el paso de los años ésta se fuera transformando en la guitarra de la que nos habla el padre Bermudo? ¿O es un híbrido nuevo que con el paso de los años y la modernización de la música llegara a ser este instrumento de cuatro cuerdas, hasta el tiempo de Espinel, y que éste gran armónico y con un sentido de la melodía excepcional le añadiese el Mi para completar la melodía de la guitarra?
Yo, particularmente, me reafirmo en la segunda cuestión y, por todo lo que he oído de los grandes de la guitarra moderna, y de los estudiosos de su forma y su historia, Espinel fue el padre de la Guitarra Española a la que posteriormente se le añadió la sexta cuerda, bordón, que completa las escalas con el Mi bajo.
Con esto podíamos llegar a la conclusión de que realmente la Guitarra es española por su origen español.
Yo, leyendo los artículos de la revista Puente Nuevo, tengo la sensación de que lo que yo pueda escribir no tiene, ni la profundidad, ni la investigación profunda del tema, ni el valor cultural de los habituales colaboradores de esta revista, por lo que para mí es inquietante atreverme a escribir sobre algún tema. En esta ocasión, como ya he dicho es inquietante lo que este inquieto puede escribir sobre su inquietud.
Ahora yo tendría que describir las tres palabras, empezando por su origen, sus significados, su semántica, etc. etc. Pero, no. Hasta ahí no llego. Yo quiero solamente utilizar las tres para llegar a lo que me interesa, es decir: el Teatro, con mayúsculas, porque las cosas importantes de cada uno se deben poner con mayúsculas para que los demás sepan de qué está escribiendo el interfecto.
Venir al mundo es inquietante. Yo creo que venimos sin proponérnoslo, son otros los que se lo han propuesto y nos sueltan aquí, nos hacen respirar, con un primer castigo, y ¡ahí vas! Ni te preguntan, ni te informan, ni te piden opinión…¡nada! Y aquí estás en este mundo: y, a lo largo de tu estancia en él, todo es inquietante.
Inquietante es cómo te alimentan. Puede parecer que tienen prisa en que te pongas lustroso, con lo mal visto que está eso; tanto es así, tanto te fuerzan, que acabas llevándotelo todo a la boca, como si “ese” y el “otro” fueran los únicos orificios de tu incipiente anatomía. Inquietante tus primeros pasos: la de veces que acabas con la cabeza en el suelo, hasta que logras mantenerte medianamente erecto y controlas tu estabilidad. Más problemas: todo lo quieres coger, nada puede estar a tu alcance. La de gritos, disgustos, trastos rotos y mueble bar en peligro. ¡Castigado! ¡Al parque! Enseguida, a la inquietante guardería, dos añitos y al ¡cole! ¡Qué descanso para los que se propusieron traerte! Ahí, ahí empieza todo lo que de inquietante va a tener la vida hasta que termines, si es que logras terminar… Después a sobrevivir… en fin: algo muy inquietante.
A lo largo de todo el periodo anterior te puede venir el calificativo de inquieto. Esto querrá decir que puedes ser un niño, un adolescente, un joven o un adulto inquieto. Según el argot popular esto querrá decir que te mueves más que los precios, cuando eres niño; que no paras en ningún sitio más de quince minutos, cuando eres adolescente; que estás trapicheando todo el día y parte de la noche, cuando eres un joven y que no te pega, para nada, cuando eres un adulto.
Si eres inquieto desde niño, normalmente vas a ser inteligente. Los que se propusieron traerte, así lo creerán. Si eres inquieto de adolescente, esos mismos, creerán que no te vas a centrar en la vida. Si eres inquieto de joven creerán que vas por mal camino y puedes acabar de cualquier manera. Y si lo eres de adulto: serás un cabeza loca, un irresponsable… ¡Qué se yo!
Bueno, pero esas pueden ser cuestiones somáticas. Del cuerpo. ¡Niño estate quieto! ¡Qué revoltoso eres! ¿Se pueden traer tres suspensos? ¿Estas son horas de venir?…
Sin embargo, todo se dará por bien empleado. ¡Todo! Si has podido desarrollar tu inquietud. Esto será – creo yo – porque la inquietud, aunque tenga la misma raíz, tiene un sentido, como más del espíritu, como más enriquecedora. ¡Vamos, que llena un montón!
Esto es el Teatro: “Una inquietud”. Puede llegar a ser una profesión. Siempre ha sido, al menos en tiempos anteriores, una profesión de minorías mal vistas. Eran los tiempos de los teatros ambulantes. Cuando se trabajaba de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, por poco más que la comida y la cama. Era gente de la que se huía. Muy mal vista la familia que tenía un hijo cómico. Pero, ¡anda que si era una hija!… Por eso, en general, las compañías la formaban las familias: el padre, la madre, los hijos e hijas, el tío, el primo y si vivían los abuelos, también. Sin embargo, eran compañías que tenían un buen repertorio y en ellas había un número importante de buenos cómicos. Célebres los titiriteros que iban de un lado a otro con sus números, sus muñecos y sus hambrunas. Ha sido a partir del siglo XX y con la aparición de los grandes intérpretes, cuando se ha revalorizado la profesión. La gran escuela inglesa de cómicos; la otra gran escuela de los americanos; los grandes cómicos españoles…
En España se ha dado, como en Italia, un caso curioso, que han sido las Escuelas Salesianas las que han producido -¿se puede decir así? – un gran número de los mejores cómicos que hemos tenido. También, y de ahí, que el fundador de los Salesianos, San Juan Bosco, sea el patrono de cómicos y comediantes. Por eso ha sido en el siglo XX cuando se han desenterrado los grandes textos de los clásicos europeos y de los más importantes escritores teatrales del propio siglo XX y del XIX. Ahora, para demostrar que sé, yo tendría que poner una retahíla de nombres, pero no es ese el tema. En otra ocasión. Ahora ya ningún cómico ha quedado. Ahora son actores y actrices, Ahora la profesión se ha revalorizado estética, moral y económicamente. Sobre todo económicamente. Ahora, con la cantidad de posibilidades que han dado los medios de comunicación, cualquier actor-actriz de medio pelo está bien visto y muy bien pagado. Sobre todo si entrega algunas exclusivas de su vida personal. Hoy, las grandes compañías hacen sus temporadas en las grandes ciudades del mundo y después inician las grandes tournée, en los mejores hoteles y los mejores restaurantes.
Pero yo lo que tengo es una gran inquietud teatral, que me ha llevado a amar este arte más que otros, quizás porque para otros no he servido o no me han enganchado como éste. Por desgracia, no he necesitado el teatro para vivir, ni para sobrevivir. Para mí es otra cosa; es como una necesidad vital que ocupa buena parte de mi persona. Que necesita de tiempo en tiempo llevar a cabo alguna actividad que implique abrir un telón, que salgan unos cómicos y diviertan, con su mejor o peor hacer, al público. Me llena enormemente leer teatro. Leo mucho teatro. Yo con el teatro me siento realizado en buena parte y aquel inquieto que tuvo muchos miedos inquietantes, ha visto la solución al proyecto de persona, con el teatro: Mi inquietud.
Retablos sobre esa historia, en dos partes.
Ideados por José Mª Ortega para el TES de RONDA con textos del Quijote de Miguel de Cervantes.
Para representar en el 400 aniversario de la publicación de la 1ª parte del Quijote.
Año 2.004
Reparto por orden de aparición
D. Quijote
Ama
Sobrina
D. Miguel de Cervantes
D. Vicente Espinel
Sancho Panza
Alguacil 1
Alguacil 2
Cura
Barbero
Labrador
Tres bailarinas
Primera Parte
Antes de abrirse el telón, está sonando una pieza de música del Barroco. La pieza será muy danzarina. Sobre el fondo de esta música se oye, en off, el principio del Quijote, en tono muy pausado:”En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”. El texto sigue pero al comenzar a abrirse el telón se va perdiendo, despacio, la voz en off. Al abrirse el telón, tres bailarinas están bailando la pieza que está sonando. Al término de la música las chicas se han retirado quedando la escena de la siguiente manera:
En el centro de la misma aparece una cama grande con un dosel, que tendrá la forma de un libro enorme abierto y desde sus cuatro esquinas saldrán las columnas que lo sujeten a la cama; en una de las hojas exteriores del libro se podrá leer:”Don Quijote de la Mancha”, las interiores representarán el texto. El dosel estará situado de manera que se pueda leer la portada. En la cama se encuentra recostado D. Quijote, de manera que se vea todo el medio cuerpo del personaje, el resto estará cubierto por el vestido de la cama; éste será de la época y con muchos colores. Así mismo el personaje estará vestido con un camisón blanco largo, atado por el cuello y un gorro de dormir.
La escena estará distribuida de la siguiente manera:
Se utilizará la caja negra como decorado básico. En el foro aparecerá un altillo que tendrá forma de mostrador, con objeto de que los personajes puedan situarse detrás del mismo para leer .Por la escena libros enormes y desordenados, unos abiertos, otros cerrados, y todo en tonos de cuero: marrones y beig. Los laterales estarán ocupados por patas negras donde se habrán colgado motivos cervantinos, a todo el alto de la escena. En el proscenio, enfrentados entre ellos, pero en distinto nivel de altura, hay dos atriles con un libro abierto cada uno. Estos serán utilizados por dos alguaciles que leerán los textos que marque la obra y, una vez finalizada la lectura, quedaran sentados detrás de los atriles, sin que el público los vea El libro se supone que es: EL Quijote.
La escena comienza cuando han dejado de bailar y de sonar la música. Esta pieza será la sintonía de la obra a lo largo de la misma.
D. Quijote está dormido con un libro que se le ha caído de las manos. La escena está en penumbras. Entran, por la derecha, una su sobrina y el ama que encienden la luz y quedan al pie de la cama mientras esté en escena el alguacil 2. La luz sigue siendo una luz tenue como la de la habitación de un enfermo. Lado, los del espectador. Se enciende el foco cenital de la derecha y aparece el alguacil nº 1, ocupará el lateral izquierdo y el nº 2, el lateral derecho.
Alguacil 2. – “Dichosa edad y siglo dichoso aquel donde saldrán a la luz
las famosas hazañas mías, dignas de entallarse en bronce, esculpirse en mármoles y pintarse en tablas, para memoria en lo futuro. ¡Oh tú, sabio encantador, quienquiera que seas, a quien a tocar el ser cronista desta peregrina historia! Ruégote que no te olvides de mi buen Rocinante, compañero eterno mío en todos mis caminos y carreras. ¡Oh princesa Dulcinea, señora deste cautivo corazón! Mucho agravio me habedes fecho en despedirme y reprocharme con el riguroso afincamiento de mandarme no parecer ante la vuestra hermosura. Plégaos, señora, de membraros deste vuestro sujeto corazón, que tantas cuitas por vuestro amor padece”.
(Desaparece el alguacil detrás del atril y se apaga, suavemente, el cenital dando paso al dialogo siguiente)
Ama. – (Trae una bandeja con una escudilla y una cuchara) ¡Vamos! Alonso despierte que le hemos preparado un poco de caldo de gallina. No puede estar todo el día durmiendo y soñando.
D. Quijote. – ¡Qué de cosas he soñado! A veces se entremezclan los sueños con mis lecturas y parecen reales. ¡Qué misterio es este de los sueños! En fin, veamos ese caldo de gallina que me ha preparado vuestra merced. Y, tú, Juana, ¿qué andas trapicheando por la hacienda?
(El Ama ha situado una bandeja sobre el regazo del D. Quijote que empieza a tomar el caldo que le han traído. Mientras lo hace mantiene la conversación que sigue.)
Sobrina. – Desde que usted está en cama, estoy en las tareas del corral: ordeñando vacas y cabras, alimentando conejos, gallinas, recogiendo huevos y ayudando al ama en las tareas de la casa.
D. Quijote. – Los terneros de este año será conveniente que se busque en el pueblo quien los quiera comprar para carne. Los lechales sacrificarlos y venderlos en el mercado e ir seleccionando los cerdos que vamos a matar.
Sobrina. – Eso quería consultarle. Acaso, tengamos que separar de esta añada algunos más que de costumbre ya que, como dejamos de la pasada más hembras, hay un buen número para sacrificar.
D. Quijote. – Los que sean más de los cinco, que venimos utilizando para nuestra matanza, habrá que ver la posibilidad de venderlos, también, en el mercado.
Ama. – ¿Y, por qué no los matamos nosotros, con la ayuda de alguien? Y así podremos vender el producto ya elaborado; con ello conseguiremos más dinero que si los vendemos en vivo.
Sobrina. – Pero eso va a representar mucho trabajo para nosotras y más días.
Ama. – Al final puede ser lo mismo y el beneficio nos compensará.
D. Quijote. – Se puede avisar a la vecina, su marido y su hijo y con ellos, el caporal, su mujer y ustedes, se puede reunir una cuadrilla de personas que pueden hacer la matanza. A ellos, después, se les puede compensar con productos de la misma, que les vendrán muy bien para el invierno.
Sobrina. – Como usted diga tío.
D. Quijote. – Pero no lo podemos dejar. Ya está avanzado el tiempo y se nos echa encima el invierno. Así que avisad al resto y podréis empezar esta semana. Ama, usted, encargue los testamentos para la matanza, una vez que sepamos los cerdos que vamos a sacrificar.
Ama. – Yo creo que, además de los cinco que matamos cada año, éste le añadiremos otros nueve, de un poco más de diez arrobas, que son los que hay de más.
D. Quijote. – Está bien, que sea. Me gustaría también que le avisara usted al escribano, tengo algo que dictarle, a la vista de mi estado de salud.
Sobrina. – Usted no debe preocuparse ahora más que de ponerse bien. Ya tendrá tiempo cuando esté bueno del todo de dictar lo que quiera.
D. Quijote. – Más vale que las cosas se vayan dejando apañadas. Hoy me noto algo más cansado. Y me gustaría dormirme de nuevo.
Sobrina. – Como usted quiera, tío.
D. Quijote. – Bien, ahora dejadme reposar. El caldo está buenísimo y me ha calentado un poco el cuerpo. Gracias.
Sobrina. – Vuesa mereced, me va a perdonar. Pero, ese recaudador que estado aquí varias veces hablando con usted y con algunos vecinos más, ha sabido en la venta que estaba usted algo malo y al paso quiere verle. Viene acompañado por, dice él, un amigo suyo, licenciado.
D. Quijote. – Pues hazles pasar y adviérteles de mi estado, para que no me entretengan mucho.
Sobrina. – Al momento. – (Juana y el Ama, salen. Esta última se lleva la bandeja que trajo).
(Don Quijote queda sólo unos momentos y al cabo entra la Sobrina seguidas de Miguel de Cervantes y de Vicente Espinel.
Sobrina. – ¡Pasen señores!
Cervantes. – Perdone que le molestemos, D. Alonso, pero en la venta nos han hablado de su repentino mal y no he querido seguir sin visitarle.
D. Quijote. – Muy agradecido. Espero que esta vez no sea para cobrar de nuevo los impuestos.
Cervantes. – No. Voy hacia Córdoba, para hacer unos asuntos de mi obra y de camino acompañaré a mi amigo Vicente que va para Ronda. A propósito, no les he presentado: Mi amigo Vicente Espinel. Importante músico, mejor versificador y capellán de la Capilla del Obispo de Plasencia en Madrid.
Espinel. – Encantado de conocerlo D. Alonso.
D . Quijote. – Encantado de conocer a personaje tan ilustre. Y, de ¿dónde sois?
Espinel. – Yo, señor, soy de Ronda.
D. Quijote. – ¿Ronda? Donde está Ronda.
Espinel. – Ronda es de Andalucía también. Un poco al sur de Sevilla y al Oeste de Málaga. Es una Ciudad privilegiada, escondida entre montañas y subida sobre enormes riscos.
D. Quijote. – Van vuestras mercedes muy lejos. Algo de interés debe llevarles.
Espinel. – Yo voy a recoger un beneficio de mis antepasados a mi Ciudad y me ofreció Miguel la posibilidad de pasar por Córdoba y ahora de visitarle a usted. Así, que vamos en buena compaña, pues en estos tiempos nunca se sabe de qué debamos guardarnos.
Cervantes. – Yo, a cuestiones de los impuestos reales y a ver al Comendador de Córdoba. A la vuelta tenía pensado pararme, que ya iría con menos prisa, para hablar de mi obra y de la vinculación que ya hablamos, en mis visitas anteriores, que tendrían usted y nuestros amigos, el Cura, el Barbero, Sancho, el bachiller Sansón Carrasco y los otros vecinos. Así, que, si no le importa, me gustaría, a la vuelta tener una charla con ellos y usted.
D. Quijote. – Si voy mejor en mi estado de salud, cuente con ello. De todas maneras, ¿cómo lleva la historia?
Cervantes. – He terminado la primera parte y ahora me tomaré un tiempo para buscar el albacea que me la publique y también para arreglar algunos asuntos familiares.
D. Quijote. – Sí, eso me parece bien, pero ¿cómo es realmente la historia?
Cervantes. – Quizás se la deje leer a la vuelta, pero de todas maneras y a la vista de lo que a vuesa merced le gustan los libros de caballerías, lo he convertido en caballero andante y acompañado de su inseparable Sancho y de sus amigos le he hecho vivir aventuras que no sé si le van a gustar del todo.
Espinel. – Algo he escrito yo también sobre temas caballerescos, sólo que he situado como base al Escudero y no al caballero. Lo he llamado “Vida del Escudero Marcos de Obregón, que era un pillo de mi pueblo al que he hecho vivir parte de la vida que yo he llevado.
D. Quijote. – Me sentiré muy honrado si me dejan leer esas aventuras. Yo no le tomaré a mal que me haya utilizado para enviar algún tipo de mensaje a los demás. En estos tiempos se necesita de ellos para que moralicen y enseñen la base de la vida. En cuanto a los libros que leo, los voy a tener que dejar, pues me hacen soñar cosas extrañas que, a veces, se convierten en pesadillas.
Cervantes. – Pues, por esos caminos va mi libro. En fin, ya lo leerá y me dirá lo que definitivamente le parezca. Ahora le vamos a dejar. Nos ha advertido su sobrina que no le cansemos. En todo caso, como en Córdoba vamos a estar varios días en “El Caballo Rojo”, que es una posada muy conocida por mi amigo Vicente, terminaré de darle el último retoque al libro.
D. Quijote. – Entonces, a la vuelta, lo podré leer terminado. Y el suyo licenciado, si no le importa, me lo puede hacer llegar por el medio que crea oportuno. Así dejaré de leer estos y me entretendré con su pillo escudero.
Espinel. – Así lo haré, téngalo por seguro. En todo caso recogeré alguno que debo tener en Ronda, en la Posada de las Ánimas, que es de mi familia, y a la vuelta se lo dejaré.
Cervantes. – Entonces, hasta la vuelta, querido amigo y cuídese.
Espinel. – Hasta la vuelta, entonces, y he tenido mucho gusto en conocerle.
D. Quijote. – (Llamando) ¡Juana! Mi sobrina les acompañará. Gracias por la visita y hasta la vuelta.
Sobrina. – Dígame, tío.
D. Quijote. – Acompaña a los señores.
Sobrina. – Si me acompañan. (sale la sobrina seguida de Cervantes y de Espinel.)
D. Quijote retoma el libro que estaba leyendo y comienza a leer mientras suena, muy suavemente, la sintonía de la obra. D. Quijote empieza a leer y al cabo de unos segundos se queda dormido y el libro vuelve a caer de sus manos. En este momento aparece por un lateral del altillo Sancho Panza. Al mismo tiempo aparecen los dos alguaciles, vestidos a la época y una luz cenital que, suavemente, cae sobre ellos y los dos atriles. Los dos empiezan a leer la parte del Quijote en la que D. Quijote propone a Sancho Panza que sea su escudero).
Alguacil 1. – (El del lateral izquierdo) “En este tiempo solicitó D. Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien (si es que este título se puede dar al que es pobre), pero de muy poca sal en la mollera. Tanto le dijo, tanto le persuadió y prometió, que el pobre se determinó de salirse con él y servirle de escudero. Decíale, entre otras cosas:
D. Quijote. – (Leyendo el texto desde la cama) “Disponte, amigo Sancho, a venir conmigo de buena gana, porque tal vez me pueda suceder aventura que ganase, en quítame allá esas pajas, alguna ínsula, y te dejase a tí por gobernador della”.
Alguacil 1. – “Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza, que así se llamaba el labrador, dejó su mujer y hijos y asentó como escudero de su vecino”……..
Alguacil 2. – “Don Quijote avisó a su escudero Sancho del día y la hora que pensaba ponerse en camino, para que él se acomodase de lo que viese que mejor le era menester; sobre todo, le encargó que llevase alforjas. Él dijo:
Sancho Panza. – (Leyendo el texto desde el altillo) Sí llevaré, y que ansímesmo pienso llevar un asno que tengo muy bueno, porque yo no estoy muy ducho en andar mucho a pié.
Alguacil 2. -En lo del asno reparó un poco don Quijote, imaginando si se le acordaba si algún caballero andante había traído escudero caballero asnalmente ; pero nunca le vino alguno a la memoria; mas, con todo esto, determinó que le llevase, con presupuesto de acomodarle de más honrada caballería en habiendo ocasión para ello, quitándole el caballo al primer descortés caballero que topase. Proveyóse de camisas y de las demás cosas que él pudo, conforme el consejo que el ventero le había dado; todo lo cual hecho y cumplido, sin despedirse Panza de sus hijos y mujer, ni don Quijote de su ama y sobrinas, una noche se salieron del lugar sin que persona los viese; en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque los buscasen”.
Alguacil 1. – “Iba Sancho Panza sobre su jumento como un patriarca, con sus alforjas y botas, con mucho deseo de verse ya gobernador de la ínsula que su amo le había prometido. Acertó don Quijote a tomar la misma derrota que él había tomado en su primer viaje, que fue por el campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque, por ser la hora de la mañana y herirles a soslayo los rayos del sol, no les fatigaba. Dijo en esto Sancho Panza a su amo”:
Sancho Panza. –“Mire vuestra merced, señor caballero andante, que no se le olvide lo que de la ínsula me tiene prometido; que yo la sabré gobernar, por grande que sea”.
D. Quijote. – “Has de saber, amigo Sancho Panza, que fue costumbre muy usada de los caballeros andantes antiguos hacer gobernadores a sus escuderos de las ínsulas o reinos que ganaban, y yo tengo determinado de que por mí no falte tan agradecida usanza; antes pienso aventajarme en ella; porque ellos algunas veces, y quizás las más, esperaban a que sus escuderos fuesen viejos, y ya después de hartos de servir y de llevar malos días y peores noches, les daban algún título de conde, o, por lo mucho, de marqués, de algún valle ó provincia de poco más o menos; pero si tú vives y yo vivo, bien podría ser que antes de seis días ganase yo tal reino, que tuviese otros al él adherentes. Que viniesen del molde para coronarte de rey de uno dellos. Y no lo tengas a mucho; que cosas y casos acontecen a los tales caballeros, por modos tan nunca vistos ni pensados, que con facilidad te podría dar aún de lo que te prometo”
Sancho Panza. – “De esa manera si yo fuese rey por algún milagro de los que vuestra merced dice, por los menos, Juana Gutiérrez, mi oíslo, vendría a ser reina y mis hijos infantes”.
D. Quijote. – “Pues, ¿quién lo duda?”
Sancho Panza. – “Yo lo dudo; porque tengo para mí que, aunque lloviese Dios reinos sobre la tierra, ninguno asentaría bien sobre la cabeza de Mari Gutiérrez. Sepa, señor, que no vale dos maravedíes para reina; condesa le caerá mejor, y aún Dios y ayuda”.
D. Quijote. – “Encomiéndalo tú a Dios, Sancho, que Él le dará lo que más le convenga; pero no apoques tu ánimo tanto, que te vengas a contentar con menos que con ser adelantado”.
Sancho Panza. – “No haré, señor mío, y más teniendo tan principal amo en vuestra merced, que me sabrá dar todo aquello que me esté bien y yo pueda llevar”.
(Desaparecen los dos alguaciles, que quedarán sentados detrás de los atriles, a la vez que se apagan, suavemente, los focos cenitales sobre los mismos. A continuación salen las bailarinas disfrazadas de molinos de viento, que realizan una danza con música barroca, acabando al final de la misma las tres por el suelo como si las hubiese derrumbado D. Quijote con la lanza. Sancho Panza ha bajado lentamente desde el altillo y queda en un lateral del lecho de D. Quijote mientras entra en escena la otra sobrina de D. Quijote).
Sobrina. – ¡Hola!, Maese Sancho. Le agradecemos mucho su visita. Como puede comprobar está bastante mejor que ayer. Ya hasta nos ha dado órdenes a mi tía y a mí misma, sobre el funcionamiento de la hacienda.
Sancho Panza. – Ya. Ya le veo. ¿Cómo se encuentra D. Alonso?
D. Quijote. – Muy cansado.
Sancho Panza. – Es lógico, después del susto que nos ha dado a todos.
D. Quijote. – Les pido disculpas, pero ha sido algo verdaderamente raro. Creo que de pronto perdí la conciencia y por lo visto no la he recuperado hasta ayer. Yo en realidad no me he dado cuenta de nada, y sin embargo he tenido unas pesadillas horribles.
Sancho Panza. – Debería cuidarse un poco más y aprovechar ahora para reponerse lo que pueda.
D. Quijote. – Eso intentan el ama y mis sobrinas.
Sobrina. – A mi corto entender, lo que debería usted hacer es dejar de leer todos esos libros de caballería que le están trastornando. (A Sancho) No se puede imaginar en sus delirios que cantidad de incoherencias ha dicho. Ha hablado de lucha con gigantes y otras cosas absurdas más.
Sancho Panza. – Debería hacer caso a su sobrina. Bueno, como quiera que ahora debe descansar, me retiro; pero si necesitasen algo ya saben donde me tienen.
D. Quijote. – Gracias, amigo Sancho. ¡Ah! Ha estado aquí aquel amigo, D. Miguel de Cervantes, el recaudador, que pretende verse con nosotros para hablar de su libro. Ahora va hacia Córdoba y Ronda y a la vuelta se llegará. Ya les avisaré. ¿No le importará venir?
Sancho Panza. – Por supuesto que no. Avíseme y acudiré.
Sobrina. – Le acompaño. (Salen los dos)
(Queda sólo, una vez más D. Quijote que retoma la lectura del libro, hasta que al tiempo se vuelve a quedar traspuesto y el libro cae de sus manos. Se enciende el cenital de la izquierda y aparece el alguacil nº 1)
Alguacil 1. – “La del alba sería cuando don Quijote salió de la venta tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por la cintura del caballo. Más viniéndole a la memoria los consejos de su huésped acerca de la prevenciones tan necesarias que había de llevar consigo, especial la de los dineros y camisas, determinó volverse a su casa y acomodarse de todo, y de un escudero, haciendo cuenta de recibir a un labrador vecino suyo, que era pobre y con hijos; pero muy a propósito para el oficio escuderil de la caballería. Con este pensamiento guió a Rocinante hacia su aldea, el cual, casi conociendo la querencia, con tanta gana comenzó a caminar, que parecía que no ponía los pies en el suelo”.
(Desaparece el alguacil y se apaga el foco cenital, suavemente. En este momento entran en escena el Cura y el Barbero, amigos de don Quijote, que vienen acompañados del Ama y la Sobrina. D. Quijote se ha despertado al oírlos entrar.)
D. Quijote. – ¡Hola!, mis buenos amigos.
Cura. – Vaya, me alegro de verlo algo mejor.
Barbero. – ¿Ves como no era tan importante lo que te pasaba? Esta tarde voy a venir para arreglarte un poco el pelo y la barba.
D. Quijote. – Gracias a los dos.
(El Barbero y el Cura y sube al altillo y cuando están situados se incorporan El Labrador, el Ama y la Sobrina que se disponen a leer, cuando lo indique la partitura. Mientras sube el tono de la luz y salen la tres bailarinas que, vestidas de arrieros, hacen una danza como si estuviesen dándole una paliza a alguien. Vienen con unos bastones que son los que utilizan para tal menester. Cuando termina la danza vuelven a encenderse los focos cenitales y a parecen los dos alguaciles.)
Alguacil 1 .- “Después de la enorme paliza que los arrieros dieron a nuestro hidalgo caballero, quedara éste en tal maltrecho estado y tendido en el suelo sin poderse mover, que “quiso la fortuna que acertó a pasar por allí un labrador de su mesmo lugar y vecino suyo, que venía de llevar una carga de trigo al molino; el cual, viendo aquel hombre allí tendido, se llegó a él y le preguntó que quien era y qué mal sentía, que tan tristemente se quejaba. Don Quijote creyó, sin duda, que aquel era el Marqués de Mantua, su tío, y así, no respondió otra cosa sino fue proseguir en su romance de quejas y de dolor”.
Alguacil 2. –“El labrador estaba admirado oyendo aquellos disparates; y quitándole la visera, que ya estaba hecha pedazos, de los palos, le limpió el rostro, que le tenía cubierto de polvo, y apenas le hubo limpiado cuando le conoció y dijo”:
Labrador – “Señor Quijana –
Alguacil 1. –“Que así se debía llamar cuando él tenía juicio y no había pasado de hidalgo sosegado a caballero andante.
Labrador. – ¿Quién ha puesto a vuestra merced de esta suerte”?
D. Quijote. – (Desde la cama lee) “Sepa vuestra merced, que soy no menos que el Ingenioso Hidalgo D. Quijote de la Mancha y sepa vuestra merced, don Rodrigo de Narváez, que esta hermosa Jarifa que he dicho, es ahora la linda Dulcinea del Toboso, por quien yo he hecho, hago y haré los más famosos hechos de caballería que se han visto, vean ni verán en el mundo”.
Labrador. – “Mire vuestra merced, pecador de mí, que yo no soy don Rodrigo de Narváez, ni el Marqués de Mantua, sino Pedro Alonso, su vecino; ni vuestra merced es Valdovinos, ni Abindarráez, sino el honrado hidalgo del señor Quijana”.
D. Quijote. – “Yo sé quien soy, y sé qué puedo ser, no sólo los que he dicho, sino todos los doce Pares de Francia, y aún todos los nueve de la Fama, pues a todas las hazañas que ellos todos juntos y cada uno por sí hicieron se aventajaran las mías”.
Alguacil 2. – “En estas pláticas y en otras semejantes llegaron al lugar, a la hora que anochecía; pero el labrador aguardó a que fuese algo más de noche, porque no viesen al molido hidalgo tan mal caballero. Llegada, pues, la hora que le pareció entró en el pueblo, y en la casa de don Quijote, la cual halló toda alborotada; y estaba en ella el cura y el barbero del lugar, que eran grandes amigos de don Quijote, que estaba diciéndoles su ama a voces:”
Ama. –“¿Qué le parece a vuestra merced, señor licenciado Pero Pérez, – que así se llamaba el Cura -, de la desgracia de mi señor? Tres días ha que parecen él, ni el rocín, ni la adarga, ni la lanza, ni las armas. ¡Desventurada de mí! Que no doy a entender, y así es ello la verdad como nací para morir, que estos malditos libros de caballerías que él tiene y suele leer tan de ordinario le han vuelto el juicio; que me acuerdo haberle oído decir muchas veces, hablando entre sí, que quería hacerse caballero andante, e irse a buscar las aventuras por esos mudos. Encomendados sean a Satanás y a Barrabás tales libros, que así han echado a perder el más delicado entendimiento que había en toda la Mancha”.
Alguacil 1. –“La sobrina decía lo mismo, y aún decía más:”
Sobrina. – “Sepa, señor maese Nicolás, – que éste era el nombre del barbero -, que muchas veces le aconteció a mi señor tío estarse leyendo en estos desalmados libros de desventuras, dos días con sus noches, al cabo de los cuales arrojaba el libro de las manos, y ponía mano a la espada, y andaba a cuchilladas con las paredes; y cuando estaba muy cansado decía que había muerto a cuatro gigantes como cuatro torres, y el sudor que sudaba del cansancio decía que era sangre de las feridas que había recibido en la batalla, y bebíase luego un jarro de agua fría y quedaba sano y sosegado, diciendo que aquella agua era una preciosísima bebida que le había traído el sabio Esquife, un grande encantador y amigo suyo. Mas yo me tengo la culpa de todo, que no avisé a vuestras mercedes de los disparates de mi señor tío, para que los remediaran antes de llegar a lo que ha llegado, y quemaran todos estos descomulgados libros; que tiene muchos que bien merecen ser abrasados, como si fuesen de herejes”.
Cura. – “Esto digo yo también. Y a fe que no se pase el día de mañana sin que dellos no se haga auto público, y sean condenados al fuego, porque no den ocasión a quien los leyere de hacer lo que mi buen amigo debe de haber hecho”.
Alguacil 2. – “Todo esto estaban oyendo el labrador y don Quijote, con que acabó de entender el labrador la enfermedad de su vecino y así comenzó a decir a voces:”
Labrador. – “Abran vuestras mercedes al señor Valdovinos y al señor Marqués de Mantua que viene mal ferido, y al señor moro Abindarráez, que trae cautivo el valeroso Rodrigo de Narváez, alcaide de Antequera”.
Alguacil 1. – “A estas voces salieron todos, y como conocieron los unos a su amigo, las otras a su amo y tío, que aún no se había apeado del jumento, porque no podía, corrieron a abrazarle, Él dijo:”
D. Quijote. – “Ténganse todos, que vengo mal ferido, por la culpa de mi caballo. Llévenme al mi lecho, y llámese si fuere posible, a la sabia Urganda, que cure y cate de mis feridas.
Ama. – “¡Mirá, en hora maza! Si me decía a mí bien mi corazón del pié que cojeaba mi señor! Suba vuestra merced en buena hora; que, sin que venga esa urganda, le sabremos aquí curar. ¡»Malditos, digo, sean otra vez y otras ciento estos libros de caballería, que tal han parado a vuestra merced”!
Cura. -“¡Ta, ta! ¿Jayanes hay en la danza? Para mi santiguada que yo los queme mañana antes que llegue la noche”.
(Desaparecen los dos alguaciles y se apagan los focos, mientras que el Cura, el Barbero, el Ama y la Sobrina bajan del altillo y se ponen al pié de la cama. El labrador desaparece por un lateral. Toma animación la tertulia en torno a D. Quijote.)
D. Quijote. – Estoy un poco cansado. Ama, ¿me traería un vaso de leche?
Ama. – Encantada. ¿Necesita algo más su merced?
D. Quijote. – Nada. Después me gustaría dormir.
(Se va el ama seguida de la sobrina y del cura y el Barbero que se despiden de don Quijote antes de dejar la habitación.
Cura. – Hasta mañana, maese Alonso.
Barbero. – Tenga buena noche su merced.
(Queda D. Quijote sólo un momento. Al cabo entra la sobrina que le trae el vaso de leche)
Sobrina. – Aquí tiene la leche tío. ¿Le apago la luz un poco para que así pueda descansar mejor?
D. Quijote. – No, déjala tal cual está. Gracias. (La Sobrina se va y don Quijote queda sólo. Se bebe el vaso de leche, mientras cae lentamente el
Telón
Segunda parte
Mientras se abre el telón está sonando la música de la obra. La escena no ha cambiado. Sólo que en el centro de la escena, delante de la cama de D. Quijote se han situado un montón de libros que parecen preparados para ser quemados. Los libros estarán situados sobre un manto, al objeto de que las bailarinas los retiren al terminar su danza. D. Quijote sigue en la cama como en la primera parte. Está dormido y el libro se le ha caído de las manos al suelo. Sigue sonando la música de la obra, que irá bajando suavemente hasta desaparecer y empezar la melodía de la nueva danza. Salen las bailarinas que vendrán vestidas para bailar ballet. En una mano llevaran un libro y en la otra una antorcha encendida. A lo largo de la danza tirarán el libro al montón, que ya hay en escena. La danza representará la intención de quemar los libros. Las bailarinas retirarán el mantón de libros dentro del ritmo de la danza y desaparecerán con ellos por el lateral izquierdo. En ese momento entran por el lateral derecho el Ama y la Sobrina, que despierta a D. Quijote para avisarle de la presencia del Cura y el Barbero.
Sobrina. – ¡Señor tío!, D. Pero, el cura, y vuestro amigo maese Nicolás, el barbero, vienen a visitarle de nuevo.
D. Quijote. – Buena noticia es esa, sobrina. Hazles pasar.
(Se va la sobrina, que al tiempo aparece con el Cura y el Barbero.)
Cura. – ¿Cómo está esta mañana su merced?
D. Quijote. – Siempre algo peor que el día anterior. Quizás, pronto, tenga que necesitar de sus servicios.
Cura. – No sea pesimista. Esto todo será algo pasajero.
Barbero. – Y tan pasajero, como que una vez que le dé un arreglito va a parecer hasta más optimista.
D. Quijote. – Bien, bien amigos. Gracias, pero la verdad es que no me encuentro nada mejor. Esto va acabando y voy a necesitar poner todo en orden. Así que, Antonia, me gustaría que avisaras al licenciado Carrasco, al vecino Sancho Panza, al médico y al escribano.
Sobrina. – Como disponga vuestra merced. (Vase al altillo)
(En este momento se encienden los focos cenitales y salen los dos alguaciles. Mientras que el Cura, el Barbero y el Ama suben al altillo.)
Alguacil 1. – “Hiciéronle a don Quijote mil preguntas, y a ninguna quiso responder otra cosa sino que le dieran de comer y le dejasen dormir, que era lo que más le importaba. Hízose así, y el Cura se informó muy a la larga del labrador del modo en que había hallado a don Quijote. Él se lo contó todo, con los disparates que al hallarle y al traerle había dicho, que fue poner más deseo en el licenciado de hacer lo que otro día hizo, que fue llamar a su amigo el barbero maese Nicolás, con el cual vino a casa de don quijote”.
Alguacil 2. – “El cual todavía dormía. Pidió las llaves a la Sobrina, del aposento donde estaban los libros autores del daño, y ella se la dio de muy buena gana; entraron dentro todos, y el Ama con ellos, y hallaron más de cien cuerpos de libros grandes, muy bien encuadernados, y otros pequeños; y así como el Ama los vio, volviese a salir del aposento con gran priesa, y tornó luego con una escudilla de agua bendita y un hisopo, y dijo:”
Ama. – “Tome vuestra merced, señor licenciado; rocíe este aposento no esté aquí algún encantador de los muchos que tienen estos libros, y nos encante, en pena de la que les queremos dar echándoles del mundo”.
Alguacil 1. – “Causó risa al Licenciado la simplicidad del Ama y mandó al Barbero que le fuese dando de aquellos libros uno a uno, para ver de qué trataban, pues podía ser hallar alguno, que no mereciesen castigo del fuego”.
Sobrina. – “No. No hay para qué perdonar a ninguno, porque todos han sido los dañadores: mejor será arrojarlos por la ventana al patio y hacer un rimero dellos, y y pegarles fuego; y si no, llevarlos al corral y allí se hará la hoguera, y no ofenderá el humo”.
Alguacil 2. – “Los mismo dijo el Ama, tal era la gana que las dos tenían de la muerte de aquellos inocentes; más el cura no vino en ello sin primero leer siquiera los títulos. Y el primero que maese Nicolás le dio en las manos fue Los cuatro de Amadís de Gaula, y dijo el Cura:”
Cura. – “Parece cosa de misterio ésta; porque según he oído decir, este libro fue el primero de caballería que se escribió en España, y todos los demás han tomado principio y origen déste; y así, me parece que, como a dogmatizador de una secta tan mala, le debemos, sin excusa alguna, condenar al fuego”.
Barbero. – ¡No! Que he oído decir que es el mejor de todos los libros que de este género se han compuesto; y así, como único en su arte, se debe de perdonar”.
Cura. – Así es verdad y por esa razón se le otorga la vida por ahora. Veamos ese otro que está junto a él”.
Barbero. –“Es: “Las Sergas de Esplandián, hijo legítimo de Amadís de Gaula”.
Cura. – “Pues es verdad, que no le ha de valer al hijo la bondad del padre. Tomad, señora Ama, abrid esa ventana y echadle al corral, y dé principio al montón de la hoguera que se ha de hacer.
Alguacil 1. – “Hízolo así el Ama con mucho contento, y el bueno de Esplandián fue volando al corral, esperando con toda paciencia el fuego que le amenazaba”.
Cura. – “Adelante”.
Barbero. – “Éste que viene, es Amadís de Grecia; y aun todos los de este lado, a lo que creo, son del mesmo linaje de Amadís”.
Cura. – Pues vayan todos al corral, que a trueco de quemar a la reina Pintiquinestra, y el pastor Darinel, y a sus églogas, y a las endiabladas y revueltas razones de su autor, quemara con ellos al padre que me engendró, si anduviera en figura de caballero andante”.
Barbero. – “De ese parecer soy yo”. “
Sobrina. – “Y aun yo”.
Ama. – Pues así es, vengan, y al corral con ellos”.
Alguacil 1. – “Diéronselos, que eran muchos, y ella ahorró las escaleras, y dio con ellos por la ventana abajo”.
Barbero. – “…….”Éste es El caballero Platir” . “
Cura. – “Antiguo libro es ése, y no hallo en él cosa que merezca venta. Acompañe a los demás sin réplica”.
Barbero. – “…………Y éste que aquí tengo es el afamado Don Belianís”.
Cura. – Pues ése, con la segunda, tercera y cuarta parte, tienen necesidad de un poco de ruibarbo para purgar la demasiada cólera suya, y es menester quitarle todo aquello del castillo de la Fama y otras impertinencias de más importancia, para lo cual se les da término ultramarino, y como se enmendaren, así se usará con ellos de misericordia o de justicia; y en tanto, tenedlos vos, compadre, en vuestra casa; mas no los dejéis leer a ninguno…….”
Alguacil 2. – “Y sin querer cansarse más de leer libros de caballería, mandó al Ama que tomase todos los grandes y diese con ellos en el corral”.
Barbero. – “…….Pero ¿qué haremos de estos pequeños que quedan?”
Cura. – “Estos no deben de ser de caballería, sino de poesía”.
Alguacil 1. – Y abriendo uno vio que era La Diana de Jorge de Montemayor, y dijo creyendo que todos los demás eran del mesmo género:
Cura. – “Éstos no merecen ser quemados, porque no harán el daño que los de caballería han hecho; que son libros de entendimiento, sin perjuicio de terceros”.
Sobrina. -¡Ay, señor! Bien los puede vuestra merced mandar quemar, como a los demás; porque no sería mucho que, habiendo sanado mi señor tío de la enfermedad caballeresca, leyendo éstos se le antoje hacerse pastor y andarse por los bosques y prados cantando y tañendo, y, lo que sería peor, hacerse poeta, que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza”.
Barbero. – Éste es: El cancionero de López de Maldonado”.
Cura. – “También el autor de es libro es grande amigo mío, y sus versos en su boca admiran a quien los oye; y tal es la suavidad de la voz con que los canta, que encantan. Algo largo es en las églogas; pero nunca lo bueno fue mucho: guárdese con los escogidos. Pero ¿qué libro es ése que está junto a él?”
Barbero. – “La Galatea de Miguel de Cervantes” “
Cura. – “Muchos años ha que es grande amigo mío, y sé que es más versado en desdichas que en versos. Su libro tiene algo de buena invención; propone algo, y no concluye nada: es menester esperar la segunda parte que promete; quizá con la enmienda alcanzará del todo la misericordia que ahora se le niega; y entre tanto que esto se ve, tenedle recluso en vuestra posada”.
Alguacil 2. – …..Cansóse el Cura de ver más libros, y así, a carga cerrada, quiso que todos los demás se quemasen; pero ya tenía abierto uno el Barbero, que se llamaba Las lágrimas de Angélica.
Cura. – ” Lloráralas yo, si tal libro hubiera mandado quemar; porque su autor fue uno de los famosos poetas del mundo, no sólo de España, y fue felicísimo en la traducción de algunas fábulas de Ovidio”.
(Se apagan los focos cenitales y desaparecen los dos Alguaciles, quedando la escena con D. Quijote, el Barbero y el Cura que bajan del altillo. También lo hacen la Sobrina y el Ama, pero estas dos desaparecen por el lateral. )
D. Quijote. – Mis amigos, estuvo aquí D. Miguel de Cervantes, que como sabéis ha estado escribiendo un libro basándose en nuestras personas y en la Mancha, y en el que me ha puesto a mí de protagonista como Caballero andante.
Cura. – Ya. Algo de eso nos dijo en las ocasiones en que estuvo hablando con nosotros y recorriendo los entornos.
D. Quijote. – Pues, es el caso, que pretende, a su vuelta de Córdoba, mantener una reunión con todos para informarnos de su obra y me ha dejado encargado de avisarles a vuestras mercedes. Vendrá con un amigo suyo, licenciado como usted, y que ocupa un buen cargo en Madrid.
Cura. – Me gustará saludarle. Usted nos avisará.
Barbero. – Por mí no ha de quedar. Me gustó la idea de lo que quería escribir, cuando nos lo comentó.
D. Quijote. – Maese Nicolás, me gustaría quedarme a solas con el Licenciado, pues quiero poner mis cuentas en regla para el viaje que debo iniciar.
Barbero. – Como disponga vuestra merced. No debéis olvidar que he traído mis instrumentos para arreglarle por fuera también.
D. Quijote. – Así haremos. Una vez arregladas estas cuentas, pondremos en orden las otras. Sí le rogaré que mientras tanto nos deje a solas.
Barbero. – Pues les dejo, mis queridos amigos. (Vase).
(Quedan a solas D. Quijote y el Cura. Éste se dispone a confesar a D. Quijote. Arrima un taburete a la cama, se sienta e inician ambos el proceso de la confesión. Están unos momentos en intimidad y al cabo, el Cura le da la absolución, se levanta y vuelve el taburete a su lugar. En éste instante entran Sansón Carrasco, Sancho Panza y el Escribano acompañados de la Sobrina y el Ama.)
D. Quijote. – Dadme albricias, buenos amigos que después, de mis sueños y pesadillas, vuelvo a ser Alonso Quijano, de sobrenombre “El Bueno”. Y que, ahora en la paz del Señor quiere hacer testamento, para dejar todo bien dispuesto.
Cura. – (Aparte a los recién llegados) Verdaderamente, se muere.
Sansón Carrasco. – Bueno, pues ahora que está en paz con Dios y se quiere poner en paz con el mundo, anímese vuesa merced que tengo listos los perros y las armas para salir de caza en cuanto esté dispuesto. ¡Ánimo! No se deje vencer por el pesimismo y déjese de cuentos.
D. Quijote. – Esos cuentos y sueños que han llegado hasta aquí y que han sido mi daño, los ha de volver mi muerte, con ayuda del cielo, en mi provecho.
Sansón Carrasco. – Está vuestra merced un poco alterado, por esas pesadillas o sueños que le han trastornado. Veamos como está ese pulso. (Se lo toma. Y medita mientras lo hace. Al momento lo deja y dice:) Algo mal de ritmo sí que está.
D. Quijote. – Pues, antes de que se vaya del todo debo dictar al Escribano.
(El escribano se acerca con su cartapacio y una pluma, de ave, para tomar nota de lo que le diga D. Quijote. Mientras, Sancho se sitúa a la cabecera de la cama totalmente compungido y, así mismo, la Sobrina y el Ama)
Escribano. – Cuando vos mandéis D. Alonso. Yo ya estoy dispuesto.
D. Quijote. – Es mi voluntad que toda mi hacienda sea para mi sobrina Antonia Quijano. Mi sobrina, que está presente, deberá correr con los gastos de mi enfermedad y las mandas que dejo hechas; y la primera satisfacción que se haga sea la de pagar el salario que debo del tiempo que mi Ama me ha servido y veinte ducados para un vestido nuevo. A mi amigo Sancho le dejo el pedazo de mis tierras, dos fanegas, que lindando con las suyas le son de más provecho.
(Se enciende el foco cenital de la izquierda y aparece el Alguacil 1.)
Alguacil 1. – “Item, es mi voluntad que de ciertos dineros que Sancho Panza, a quien, en mi locura hice mi escudero, tiene, que no se le haga cargo dellos, ni se le pida cuenta alguna, sino que si sobrare alguno después de haberse pagado de lo que le debo, el restante sea suyo, que será bien poco, y buen provecho le haga; y si como estando yo loco fui parte para darle el gobierno de la ínsula, pudiera agora, estando cuerdo, darle el de un reino, se le diera, por que la sencillez de su condición y fidelidad de su trato lo merece. Y volviéndose a Sancho le dijo: Perdóname amigo, de la ocasión que te ha dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en error que yo he caído, de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo”.
(Se apaga el foco, desaparece el Alguacil y sigue la escena.)
Escribano. – …le son de más provecho.
D. Quijote. – Dejo por mis albaceas al señor Cura y al señor bachiller Sansón Carrasco, que están presentes. Item, es mi voluntad, que si mi Sobrina se casase, se vea que el hombre con quien quiera hacerlo, no sepa qué cosa son libros de caballería; y en caso que se averiguase que lo sabe y mi Sobrina insistiese en casarse con él y se casare, pierda todo lo que he mandado y sean mis albaceas lo que utilicen el bien en obras pías, a su mejor entender.
(Se encienden los focos cenitales y aparecen los Alguaciles)
D. Quijote. – Item, suplico a los dichos señores mis albaceas que si la buena suerte les trujere a conocer al autor que dicen que compuso una historia que anda por ahí con el título Segunda parte de las hazañas de don Quijote de la Mancha, de mi parte le pidan , cuan encarecidamente ser pueda, perdone la ocasión que sin yo pensarlo le di de haber escrito tantos y tan grandes disparates como en ella escribe; porque parto de esta vida con el escrúpulo de haberle dado motivo para escribirlo”.
Escribano. – …. dado motivo para escribirlo.
D. Quijote. – Item, digo, que se paguen las costas de este mi testamento, se digan misas por mi alma y así mismo se paguen a mis costas.
Escribano. – …se paguen a mis costas.
D. Quijote. – Siendo estas mis últimas voluntades, firmo la presente en… de la Mancha a … (En estos momentos siente un desfallecimiento y todos acuden; pero al momento se repone y dice al escribano): Ponga la fecha y pásemelo para firmar.
Escribano. – … de 1.605. (Le pone el cartapacio a D. Quijote que con dificultad firma.)
D. Quijote. – Muchas gracias a todos. (D. Quijote se reclina en la cama y tras un breve momento muere. Hay un silencio tenso. El Ama se acerca y llora sobre el lecho, y también la Sobrina; Sancho no puede contenerse mientras el Cura le da la bendición y dice al Escribano):
Cura. – Dé testimonio de que D. Alonso Quijano, conocido como “El Bueno” ha muerto.
Alguacil 1. – “Viendo lo cual el Cura pidió al Escribano le diese por testimonio como Alonso Quijano el Bueno, llamado comúnmente don Quijote de la Mancha, había pasado de esta presente vida, y muerto naturalmente; y que el tal testimonio pedía para quitar la ocasión de que algún otro autor que Cide Hamete Benengeli le resucitase falsamente, y hiciese inacabables historias de sus hazañas. Este fin tuvo el Ingenioso Hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, para dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero.
(Se oyen en estos momentos unos golpes fuertes, como de llamada en una puerta recia. Al cab,o acude la sobrina que vuelve acompañada de Cervantes y de Espinel.)
Sobrina. – Pasen vuestras mercedes. Me temo que tenemos malas noticias. Como vuestra merced quería estamos todos aquí reunidos, pero mi tío se encuentra de cuerpo presente.
Cervantes. – Lo siento profundamente. Ha volado antes de que le diera a conocer parte de las aventuras a las que le había sometido en mi libro. Pero como quiera que ustedes todos son parte de las mismas, se las leeré, si no les importa.
Cura. – Estaremos encantados de ello. (Dirigiéndose a Espinel) De todas formas, sí le rogaría que al final pudiéramos tener una pequeña conversación su reverencia y yo.
Espinel. – Me sentiré muy honrado. Mientras tanto escuchemos qué nos cuenta D. Miguel.
(Cervantes empieza a leer el Quijote desde el principio: “En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…” La voz se va perdiendo por fuerza de la música de la obra que acaba apagándola. Todos están escuchando atentamente la lectura que se supone que sigue hasta que caiga el telón. Sobre la música sobresale la voz del alguacil 2 que lee…)
Alguacil 2. – “Déjanse de poner aquí los llantos de Sancho, Sobrina y Ama de don Quijote, los nuevos epitafios de su sepultura, aunque Sansón Carrasco le puso éste:
Sansón Carrasco. – Yace aquí el hidalgo fuerte
que a tanto extremo llegó
de valiente, que se advierte
que la muerte no triunfó
de su vida con su muerte.
Tuvo a todo el mundo en poco;
fue el espantajo y el coco
del mundo, en tal coyuntura,
que acreditó su aventura,
morir cuerdo y vivir loco.
Al son de la sintonía de la obra cae el:
Telón.
Drama en dos actos y un epílogo
Original de José Mª Ortega de la Cruz. 2.003
Reparto por orden de intervención
Actores y actrices
Segunda actriz
Primera actriz
Segundo actor
Director
Primer Actor
Tramoyista
Electricista
Apuntador
Técnico de sonido
Doctor
Tocólogo
Enfermera
Primer acto
La acción se desarrolla en el escenario de un teatro. Se está ensayando “La barca sin pescador”, de Alejandro Casona.
Época actual.
Los cómicos vienen entrando por el patio de butacas y suben al escenario desordenadamente y hablando entre ellos de una forma distendida. Suben al escenario y, a voces, uno de ellos pide que den luz de ensayo a la escena y se encienda la galería de trabajo. El electricista, que ha oído a los cómicos pone las luces desde la cabina y se incorpora, poco después, al grupo de cómicos. El técnico de sonido pone en marcha un radiocasette en el que suenan unas sevillanas que incluso se atreven a bailar y jalear a la espera de que llegue el Director. El grupo está formado por los personajes de la obra y un grupo de jóvenes que son los que se arrancan por sevillanas.
Después de pasados unos minutos, aparece por el patio de butacas el Director del Grupo acompañado del Primer actor. Entre ellos existe una buena amistad, por llevar mucho tiempo juntos compartiendo la inquietud del teatro. Vienen charlando.
El escenario estará sin ningún decorado. Lo que se vaya necesitando de atrezzo lo pondrá el tramoyista ayudado por los cómicos. Las situaciones de la escena que se ensaye serán ficticias, ya que no habrá telones ni decorado, sólo algún mueble que otro. Al fondo, el telón negro de la cámara y a los laterales las patas negras de la cámara.
Primer actor. – ¡Bueno! Ya son siete meses de casado! Eloisa está embarazada y tú, tan fresco en nuestros ensayos. Piensa que ella es sietemesina y que quizás te dé la sorpresa con su parto.
Director. – (Viene fumando en pipa) Ella lo está llevando muy bien y el doctor Serratosa nos ha dicho que va todo normal y que el feto aún no esta situado, así que de sorpresas, parece ser que nada de nada. (Dirigiéndose a los cómicos que están sobre el escenario. ¡A ver señores! Vamos a empezar a ensayar. Perdón por el retraso. (Al técnico de sonido y al electricista) Me gustaría que empezásemos con vosotros dos en la cabina. ¿No os importa?
Técnico de sonido. – Por mí mejor, ya que así voy conociendo el equipo nuevo que se ha comprado.
Electricista. – Nos vamos para arriba y tú nos avisas. (Los dos bajan del escenario y a través del patio de butacas se van a la cabina)
Director. – (Al apuntador) ¿Dónde nos habíamos quedado, Pedro?
Apuntador. – Al final del segundo acto. Cuando los pescadores van cantando y se va a bendecir la mesa.
Director. – (Se dirige al tramoyista) Pepe, situad la mesa y las tres sillas en el centro de la escena, un poco adelantadas al proscenio.
Tramoyista. – ¡De acuerdo! Ayudadme un momento. (Tres de los cómicos salen con el tramoyista y vuelven al momento portando una mesa y tres sillas, que sitúan donde se les ha indicado).
Director. – (Mientras se hace la labor de las mesas y las sillas se dirige a la cabina) ¡José! ¿Estáis listos?
Técnico de sonido y electricista. – Sí, ya estamos.
Director. – Pues, bien, ¡Pepe ponme un poco más de luz! Y, tú, José, busca la música y la canción de los pescadores y pónmela a ver cómo ha quedado. Los que no vayan a estar en escena pueden retirarse. (El resto de los cómicos se apartan de la escena, aunque quedando a la vista del público, como formando parte de lo que se representa).
Técnico de sonido. – ¡De acuerdo! Ya lo tengo. Ahí lo llevas. (Después de unos segundos empieza a sonar la música y la canción de los pescadores.
Director. – (Que ha oído el tema hasta que se termina) ¿Tendremos bastante para toda la escena?
Técnico de sonido. – Yo creo que sí. De todas formas será cuestión de probarlo un par de veces, hasta que quede coordinado.
Director. – Está bien. (Al Tramoyista) Gracias Pepe. (Se dirige a la Segunda actriz) Tú entras con la bandeja del pescado y la hogaza de pan y ellos al verte entrar interrumpen su escena. (Se dirige a la primera actriz y al primer actor) Ustedes estaban en el ventanal. Situaos en el foro sobre la derecha. Repetimos el final de vuestro diálogo para que entre la Abuela. ¿De acuerdo?
Primera actriz. – De acuerdo.
Primer actor. – De acuerdo. (Ambos ejecutan la orden y se sitúan en el foro donde se supone que habrá un ventanal.
Director. – Bien, empezamos. (Al Apuntador) Pedro, vamos a retomar ese momento. ¡Apúntales!
Apuntador. – ¿Desde dónde empezamos? ¿Justo desde el final?
Director. – Lee para que nos orientemos y marcamos desde dónde.
Apuntador. – (Leyendo)… Desde lejos le sentí venir, cantando, con aquella voz llena y madura de hombre entero. Al doblar la cuesta levantó la mano para saludarme… y de repente, ahí mismo, delante de mis ojos… ¡No! No pudo ser la voluntad de Dios. ¡Dios no hubiera elegido esa noche! Disculpe. No he debido recordar estas cosas….. Vuelve la Abuela con la hogaza…..
Director. – (Lo interrumpe) Bien, ahí. Donde dice Estela: ¡Dios no hubiera elegido esa noche… Si estamos situados, empezamos!
Primera actriz. – ¡Dios no hubiera elegido esa noche! Disculpe. No he debido recordar estas cosas.
Segunda actriz. – (Entrando en escena, e interrumpiendo) ¡A la mesa, que se enfría! He tardado mucho, ¿verdad? No sé que me pasa hoy que todo se me salta de las manos. Me hubiera gustado ponerle una rodaja de limón, pero, sí, limones aquí… Claro que con dos gotas de vinagre y una hoja de menta es casi lo mismo. La hogaza es de trigo, y tierna, tierna,…
Director. – (Interrumpe la escena al ver que la abuela ha dicho el diálogo desde la entrada.) ¡No, no, no! No te puedes quedar ahí quieta como si estuvieses vendiendo el producto. Lo tienes que ofrecer. Te vas acercando y según lo pones en la mesa dices el diálogo. Primero el pescado y después el pan. Mientras te acercas, dices la primera parte del diálogo.
Segunda actriz. – Está bien. (Sale y vuelve a entrar) ¡A la mesa, que se enfría! (Lo hace como le ha indicado el director) He tardado mucho, ¿verdad? No sé que me pasa hoy que todo se me salta de las manos. Me hubiera…
Director. – ¡Ahí, el pescado en la mesa!
Segunda actriz. – (Continuando)… gustado ponerle unas gotas de limón, pero… (Mira al apuntador) ¿Cómo era?
Apuntador. – sí, sí, limones aquí… Claro que con dos gotas de vinagre…
Segunda actriz. –(Lo interrumpe) Gracias, ya, ya lo recuerdo. (Continuando) … pero sí, sí, limones aquí… Claro que con dos gotas de vinagre y una hoja de menta es casi lo mismo.
Apuntador. – La hogaza es de trigo…
Segunda actriz. – La hogaza es de trigo y tierna, tierna, recién traída; el pan de casa está bien para otros días. Aquí el sitio del hombre es éste. (Se sientan los tres.)
Director. – ¡Un momento! Antes de seguir. Al sentaros tenéis que miraros mutuamente. Ricardo, con un poco de timidez y vosotras dos, sonrientes. ¿De acuerdo? ¡Seguimos!
Primera actriz. – (Le tiende el cuchillo) ¿Quiere partir? Aquí es siempre el hombre el que parte el pan y bendice la mesa.
Primer actor. – Gracias. Partiré el pan. En cuanto a la oración, por mucho que quisiera no sabría encontrar las palabras.
Director. – (Al ver que la música no empieza, se dirige al técnico de sonido) ¡José! Ahí debes de meter la música.
Técnico de sonido. – Es que entonces nos va a faltar un tramo.
Director. – ¡Ponla y hagamos la prueba! Antonio, repite el final: “ en cuanto a la oración…”
Primer actor. – …en cuanto (suena la canción) a la oración, por mucho que quisiera no sabría encontrar las palabras…
Director. – Al empezar la canción los tres os quedáis envarados. Ricardo suelta el cuchillo, la Abuela se extraña y Estela cierra los puños sobre el mantel. (Al técnico de sonido) ¡Vuelve atrás José! ¡Repite Antonio!
Primer actor. – En cuanto a la oración, por mucho que quisiera no sabría encontrar las palabras…
Primera actriz. – ¡Esa ventana, abuela…, esa ventana!
Segunda actriz. – Son los muchachos que van de ronda. ¡Qué saben ellos lo que cantan!… (se levanta y hace el gesto de cerrar una ventana en el foro derecha)
Primera actriz. – Señor: bendice en el bosque el hacha del leñador. Bendice en el mar las redes del pescador. Haz que no falten en nuestra mesa el pan y los peces… (Se para)
Apuntador. – Como lo hizo tu Hijo en la montaña del milagro…
Primera actriz. – Como lo hizo…
Director. – ¡No! ¡Empieza la frase! “Haz que no falten…”
Primera actriz. – Has que no falten en nuestra mesa el pan y los peces, oye
Apuntador. -Como lo hizo tu Hijo…
Primera actriz. -Como lo hizo tu Hijo en el monte del milagro. Danos la paz en el trabajo y en el sueño.
Apuntador. – …Y si a alguien hemos hecho mal…
Primera actriz. – Y si a alguien hemos hecho mal, perdónanos Señor, (Se para la música)
Técnico de sonido. – ¡Un momento! Tendremos que alargar un poco más la canción porque nos falta.
Director. – Bien, pues lo hacemos y mañana montas un poco más de banda sonora. ¿De acuerdo?
Técnico de sonido. – De acuerdo. Rebobino un pedazo para que termine el acto.
Director. – ¡Patricia! Vuelve a: …”y si a alguien le hemos hecho mal…”
Primera actriz. – Y si a alguien hemos hecho mal, perdónanos, Señor, así como nosotros perdonamos… (Respira hondo) Así como nosotros perdonamos… (Solloza angustiada sobre el mantel.) ¡No! ¡Es mentira! ¡Yo no he perdonado! ¡No puedo perdonar!
Director. – ¡Pepe! En: “no puedo perdonar” tiene que estar cerrándose el telón. Y la música debe seguir hasta que se cierre. Bueno, creo que este pedazo lo vamos a volver a ensayar, y mañana con todo el segundo acto lo repetimos, con lo que va a quedar montado el primero y el segundo acto, sólo pendiente de algún repaso en días sucesivos.
Primer actor. – Alejandro, yo creo que ya se debería de ir preparando la propaganda: pancartas, carteles, intervenciones en los medios de comunicación y las entradas, para que no nos coja el toro, como suele pasar muchas veces.
Director. – De acuerdo. Habrá que buscar la financiación para los carteles, folletos de mano y entradas. Contactaré con alguna entidad que esté dispuesta a colaborar. Aunque las entradas las pone el propio teatro de las que ya tiene elaboradas.
(En este momento, por el pasillo del teatro, ha entrado llamando al director, el avisador del teatro.)
Avisador. – ¡Alejandro! Han avisado del bar de tu cuñada, para que hagas el favor de llamar.
Director. – ¿Pero, han dicho para qué?
Avisador. – No. Sólo que llames enseguida.
Director. – Bueno, pues voy a llamar. ¿Dónde han llamado, al del teatro o al teléfono público del hall?
Avisador. – Al del teatro.
Director. – Pues pásamelo aquí al interior. (A los actores) Unos minutos y vuelvo enseguida. Voy a ver qué pasa. (Sale por el lateral derecho.)
Primer actor. – Veremos a ver si Eloisa no se ha puesto de parto y tenemos parón para rato.
Segunda actriz. – Eso sería buena señal, ya que los dos están ilusionadísimos con su paternidad. A ella, tan pequeñita, se le ve andar derecha como una vara de nardo, orgullosa de lo que lleva dentro y como si fuese la única mujer que va a ser madre.
Segundo actor. – Bueno, esperemos que para ellos todo vaya bien y así tendremos fiesta pronto.
Director. – (Entrando por donde se fue. Viene nervioso, como si lo que le han dicho no fuese nada bueno) Me temo que vais a tener que continuar ensayando solos.
Primer actor. – Estás pálido. ¿Ha pasado algo en casa?
Director. – Que Eloisa está mal. Está en casa de su hermana. Parece ser que está sufriendo unos dolores. En principio han avisado al médico de urgencias y están esperando que llegue. (En este momento vuelve el avisador por el pasillo del teatro).
Avisador. – ¡Alejandro, otra vez de casa de tu cuñada, que te pongas!
Director. – ¡Voy! (A los cómicos) Un momento más. (Al avisador) Pásamelo aquí otra vez. Gracias.
Avisador. – Bien. Lo paso y se lo dejo ahí puesto por si necesita utilizarlo. (Se marcha)
Director. – De acuerdo. (sale por el lateral derecho)
Primer actor. – Veremos a ver si no hay complicaciones con la primeriza.
Segundo actor. – Aunque quizá no tenga nada que ver, ¿el que sea sietemesina puede repercutir en el adelanto del parto?
Segunda actriz. – Eso no tiene nada que ver. Además, Eloisa está casi de ocho meses.
Director. – (Entra por el término por el que salió. Sigue igual de pálido, pero bastante más nervioso) La cosa no tiene buena pinta, según el médico de urgencias.
Primera actriz. – ¿Pero, te han dicho qué es?
Director. – Le están dando unos ataques como de epilepsia y el médico de urgencias ha llamado al doctor Serratosa, que en estos momentos se dirige hacia la casa de mi cuñada. Yo, después de misa la había dejado allí para recogerla al terminar el ensayo. Así que voy para allá. (Se dirige el primer actor) Yo te llamaré con lo que sea. Mientras tanto, fija la hora de ensayo para mañana y me llamas para saberlo. ¡Hasta luego! (Sale por el lateral derecho)
(Los cómicos y el equipo han quedado un poco consternados; nadie sabe qué decir. Al final el primer actor toma las riendas.)
Primer actor. – Bueno, señores, si queréis continuamos donde lo ha dejado Alejandro, o vamos a alargarnos al bar de su cuñada y, con la excusa de tomar una copa, nos enteramos de cómo está la cosa. ¿Qué hacemos?
Tramoyista. – Como no creo que vaya a ser nada grave, yo preferiría que tomásemos decisiones sobre cómo va a ir el decorado para que se empiece a hacer y no pase que tengamos que andar improvisando a última hora.
Apuntador. – Yo creo que lo mejor será esperar un poco a ver si nos llama y ya veremos qué podemos hacer.
Primera actriz. – Esa es una buena idea. Esperemos un poco. Mientras, podemos ir repasando lo que dice Pepe, la necesidad de los decorados. Es muy importante que esta vez, como estamos con tiempo, se prevean e incluso podamos ensayar algún día con las escenas montadas.
Tramoyista. – Mi yerno tiene una serie de redes de pescador en Estepona que podrían servir para el segundo y tercer acto. Sería cuestión de colgarlas en los paneles laterales.
Segundo actor. – Yo creo que este señor que desmontó el restaurante náutico debe de tener algunos motivos de tipo marinero que podrían servir. Podríamos ver si nos los presta.
Primer actor. – A mí me preocupa todo el tema de la iluminación de las escenas del diablo. Sabéis que Alejandro quiere que el diablo esté quieto dentro de una luz roja cenital y que el resto de la escena esté en penumbra.
Segunda actriz. – Yo creo que debemos seguir con la escena. ¡Pepe!, si el ventanal va a estar fijo, será bueno que a través de él se vea la parte de acantilado que se describe, y que se juegue con las luces del atardecer. Podría producir un efecto bonito.
Tramoyista. – Eso es factible, ya que de la representación que hicimos de “Los árboles mueren de pié”, hay un telón de montañas muy apropiado y que se podría situar detrás del telón del ventanal.
Segundo actor. – Podíamos hablar con alguno de los anticuarios para que nos dejaran una mesa tipo marinera con sus sillas y un pequeño aparador que hiciesen juego, con lo que quedaría montada la escena del segundo y tercer acto. Eso, las redes que dice Pepe, el telón de fondo y los detalles marineros que nos pueda dejar el propietario del restaurante “Náutico”, podrían conformar una escena bastante adecuada.
Tramoyista. – De todas formas, habría que colocar una escalera para cuando suena la campana; que Estela baje por ella y que las entradas y salidas de la Abuela sean, del mismo modo, por las escaleras; daría un efecto de más impacto.
Primer actor. – Habíamos quedado en que tú (Se dirige al segundo actor) ibas a hacer los gráficos para el primer acto, ¿no?
Segundo actor. – Efectivamente, y ya he comprado las láminas de distintos colores. Mañana se las voy a dar a un amigo para que los dibuje y podremos ponerlas ya para los ensayos. (En el interior suena el teléfono varias veces, hasta que el Tramoyista entra, por el lateral izquierdo, y lo coge. Sale y se dirige al Primer actor.)
Tramoyista. – Es Alejandro y dice que te pongas. Lo he notado muy nervioso.
Primer actor. – ¡Voy enseguida! (Sale por el lateral izquierdo. Al cabo de unos segundos sale descompuesto.) Era Alejandro. A Eloisa la han llevado al Hospital y la han ingresado en la UVI. Por lo visto no es nada esperanzador lo que tiene. (Se oye un “qué” generalizado y todos quedan con cara de estupor. Pausa tensa.
Primera actriz. – (Muy afectada) Yo creo que deberíamos dejar el ensayo e irnos a hacer compañía a Alejandro en el hospital, pues si Eloisa está en la UVI, él debe de estar sólo. Creo que nos va a necesitar.
Primer actor. – Me parece bien. Podemos ir ahora todos, nos enteramos, y según veamos cómo está la situación, nos podemos turnar para acompañarle.
Tramoyista. – Yo me voy con ustedes, pero no podré quedarme, porque tengo un compromiso y he quedado a las diez y media con una persona. Pero en el momento en que termine me paso por el hospital y veo en qué puedo colaborar. (Al primer actor) Te ruego que se lo digas a Alejandro de mi parte.
Primer actor. – No te preocupes, yo se lo diré. ¿Los demás qué pensáis?
Electricista. – Yo no puedo quedarme en el hospital, aunque ahora puedo ir con vosotros un momento, pero después me tengo que ir a casa de mi padre, que como sabéis está con hemiplejia y me toca guardia con él.
Segundo actor. – Yo estoy de baja y puedo, sin problemas, quedarme más tiempo que ustedes, por lo que podría cubrir a los que no puedan.
Segunda actriz. – Yo hago lo que decidamos.
Apuntador. – Yo creo que las mujeres pueden venir ahora, quedarse un rato y después volver a casa.
Primer actor. – Eso está bien. Pues, nada, vamos al hospital. De todas formas, deberemos ser muy prudentes y no preocupar más de lo que pueda estar a Alejandro.
(Todos bajan del escenario por las escaleras de acceso del proscenio y desfilan por el pasillo para abandonar el teatro. El Electricista ha quedado sólo en escena. Se vuelve al interior de la escena y apaga la luz de la galería.
Electricista. – Id vosotros delante. Yo apago las luces y me incorporo. (Sube a la cabina y apaga las luces, quedando momentáneamente todo a oscuras mientras se cierra el
T e l ó n
Segundo acto
(Al abrirse el telón estamos en el pasillo de un hospital, una hora después del acto anterior, en la planta de maternidad. Carteles alusivos a silencio y bebés o madres con bebés recién nacidos. Un cartel de una virgen en una de las paredes. En el lateral derecho una puerta con el número 22. Encima de la puerta hay una luz, clásica de los hospitales, que permanecerá apagada y se encenderá y apagará según lo vayan requiriendo las llamadas de la habitación. A esta le sigue el 23, 24 hasta que se pierda el pasillo por el foro; éste será una pared blanca. En el lateral derecho una sola puerta en segundo término, con un letrero:” Médico de guardia”. Junto a la puerta un sofá muy cutre y varias sillas cutres también, propio de los hospitales, en una de ellas está sentado, más que sentado derrumbado, el Director. En primer término, casi en el proscenio un arco que da entrada al pasillo desde fuera y junto a éste un teléfon,o de los antiguos de pared. El director está sin chaqueta, que está sobre otra de las sillas. Son las 10 de la noche. La luz de la escena es muy pobre, por lo que ésta permanecerá en penumbra durante la primera parte de la escena. Al poco suena como una chicharra en el interior, se ha encendido la luz de la puerta 22. Alguien ha contestado, porque deja de sonar y se apaga la luz de la habitación 22. Poco después por la puerta de la derecha aparece un médico: bata, estetoscopio, bolígrafos, etc. Cruza la escena y entra en la habitación 22. El Director se incorpora, se acerca a la puerta 22 y escucha, se aparta un poco y pasea nervioso por la escena. Está descompuesto, con ojeras y los ojos irritados. Al poco, aparece el médico que viene de la habitación 22.)
Director. – (Interrumpiendo al médico, que se dirige a su habitación.) ¿Cómo está doctor?
Doctor. – ¡Mal! Todo se está complicando. Han desaparecido los ataques, por lo que vamos a llamar al tocólogo para que la reconozca y veremos qué se puede hacer. De todas maneras tendremos que esperar. Ahora mismo y en el estado de coma en que se encuentra, no sé cuál pueda ser su reacción. Ella es joven y quizá pueda superarlo. De todas formas es pronto para saberlo. Ahora está sedada y tranquila. Voy a llamar por teléfono y le tendremos informado.
Director. – ¡Gracias, doctor! (Sin poderse contener, rompe a llorar desconsoladamente. Cae derrumbado en el sofá, mientras el doctor sale. Pausa. Al poco suena el teléfono. El director acude a él y lo coge, contesta con voz entrecortada.)
¡Sí, diga! ¡Gracias señorita. ¡Pásemelo! ¡Dígame! ¡Hola, don Antonio! Todo sigue igual. Hace un momento han llamado al médico de guardia que va a telefonear al tocólogo para que la reconozca. Él dice que no mejora, pero que como es joven no hay que perder la esperanza. ¿Yo? Ya se puede usted suponer. Sí. Sí. No me queda más remedio. ¡Claro! Muchas gracias, don Antonio. No se preocupe que le llamaría. ¡Gracias! (Cuelga y pasea por el pasillo. Se queda colgado, literalmente, de la puerta 22, sobre la que llora desconsoladamente. Sin que se haya dado cuenta entran en escena el primer actor y la primera actriz que lo contemplan desolados, y hacen pasar al resto de los componentes del grupo).
Primer actor. – ¡Hola, Alejandro!
Primera actriz. – ¡Hola!
Todos. – ¡Hola!
Director. – (Al oírlos, se rehace) ¡Hola! (Besa a la primera actriz y cae desconsolado en brazos del primer actor.) ¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡Esto no está ocurriendo! ¿Por qué a mí?
Primer actor. – ¡Vamos, Alejandro! ¡Ánimo!(El director se desprende del primer actor y saluda al resto del grupo)
Primera actriz. – ¿Sabes algo nuevo?
Director. – Poco, pero no puede ser más desesperanzador. El médico de guardia está llamando al tocólogo que va a venir a reconocerla y ya me dirán. Pero él cree que todo está muy complicado.
Tramoyista. – ¿Te han dicho cual ha podido ser la causa de todo?
Director. – Es muy complejo, pero según me ha dicho el médico de guardia ha podido ser un cólico nefrítico.
Apuntador. – Pero, y el doctor Serratosa, ¿no la ha visto también?, ¿él que ha dicho?
Director. – El doctor Serratosa , en verdad, confirma lo del cólico, pero él cree que puede haber sido todo a causa del propio embarazo, por eso va a venir el tocólogo.
Primer actor. – Pero, ¿ella había padecido de problemas renales antes?
Director. – En absoluto. (Pausa. Desesperado y volviendo a llorar desconsoladamente) ¡Yo que sé!
Primera actriz. – De todos modos, ponientote así, no arreglas nada. Lo importante es que tú estés entero y bien.
Primer actor. – Lo que deberías hacer es irte a casa a descansar un poco, darte una ducha, tomar algo de comer y volver luego aquí.
Director. – No podría. No me pasaría nada por la garganta. En cuanto al descanso ya daré una cabezada ahí en el sofá. De todas formas, ¡gracias! Sois muy amables, pero creo que este trago lo debo de pasar aquí. Llevamos ocho meses juntos, de luna de miel y quiero seguir cerca de ella. Es lo menos que puedo hacer. Además, los médicos pueden necesitarme.
Primera actor. – Nosotros hemos decidido, después del ensayo, que nos turnaremos, los que podamos, para estar aquí contigo dándote compañía, puesto que si no te vas a retirar de aquí, puedes necesitar algo.
Director. – Eso os lo agradezco, pero de verdad que no quiero, para nada, interrumpir vuestro descanso.
Segundo actor. – Yo estoy de baja, como tú sabes, y no me importa en absoluto quedarme contigo hasta la madrugada, y después, Antonio puede cumplir el resto de la mañana hasta la hora de entrar a trabajar.
Primer actor. –¿Tus hermanos saben algo?
Director. – Sí. Los he llamado antes de salir del bar de mi cuñada. Ellos están muy lejos. Les he dicho que no se preocupen, que los tendré informados de todo. Mi cuñada ha llamado a sus hermanos y les ha dicho lo que hay. Ellos estarán pendientes. No obstante, ella, mi cuñada, ha estado todo el tiempo con Eloisa. Sólo dejan estar en la habitación a una persona, y como hay otra señora esperando dar a luz, pues es mejor que sea ella la que se quede con su hermana. Yo he aprovechado algún momento para entrar y verla, pero sólo eso, no puedo estar con ella ahora que me necesita, o al menos necesita escuchar que yo esté. En esos momentos le he tenido la mano cogida y me ha parecido que ha notado mi presencia, porque me ha devuelto la caricia. Al menos eso me ha parecido. Yo le he hablado y le he contado nuestras cosas y que la niña va a ser preciosa… y que se va a llamar como ella… Pero creo que no me ha escuchado. Sólo está ahí quieta, esperando algo sin saber qué. ¡Es tremendo!. ¡Tan jóvenes!, ¡Tan ilusionados! y de pronto… (Esconde el rostro entre las manos y cae en el sofá.)
Primera actriz. – (Se sienta a su lado y le coge la mano, mientras el primer actor le pone la suya en el hombro.)¡Bueno, ya está bien! ¡Así no vas a adelantar nada! ¡Tranquilízate y todos ganaremos!
(En este momento, por el arco del proscenio entran en escena el tocólogo y una enfermera, que se dirigen a la habitación del médico de guardia. Alejandro se ha puesto de pie y así mismo la primera actriz. Al momento salen los dos facultativos y la enfermera que se dirigen a la habitación 22.)
Director. – Debe de ser el tocólogo. Espero que ahora me digan algo.
Primera actriz. – Tú debes estar tranquilo, porque si hay que tomar alguna decisión, no debes hacerlo en este estado.
Primer actor. – Y sobre todo, piensa que todo va a salir bien. Sé un poco positivo y optimista. ¡No te encierres en lo peor! Lo que tenga que pasar pasará sin que tú lo provoques antes.
Tramoyista. – Bueno, yo creo que deberíamos marcharnos los que no vayamos a quedarnos aquí con Alejandro. ¿Os parece?
Todos. – De acuerdo.
Tramoyista. –(Despidiéndose) Tienes que tomarlo con más entereza. No te hundas. Tú siempre nos has dado ánimo a los demás. Recuerda eso. (Lo abraza. Los demás hacen lo mismo, quedando en escena sólo el Director, el Primer actor, el Segundo actor y la Primera actriz. Se produce una pausa, el director toma aire después de despedirse de todos y se tranquiliza, mientras los demás cómicos salen por el arco del primer término derecha).
Director. – (Reponiéndose un poco, al primer actor) ¡ Está bien! Aguantaré. Que sea lo que Dios quiera.
Primer actor. – ¿Ves? Eso ya está mejor. No te preocupes que algo me dice que todo va a ir muy bien. Y tú sabes que yo tengo muy buena intuición.
Segundo actor. – Voy a llamar a casa para decirle a mi madre lo que pasa y que me voy a quedar aquí contigo un buen rato. (Dirigiéndose al teléfono) ¿Tú crees que podré hablar desde aquí?
Director. – Yo creo que sí. Sólo que tienes que hacerlo a través de la centralita, pero le dices a la señorita el número y ella te pone.
Segundo actor. – No me importa. (Descuelga el teléfono y habla) ¡Señorita! ¿me podría poner con el 326? Muy amable, gracias. Sí, de acuerdo, cuelgo.
Director. – “Chico”, yo creo que deberíais iros, y si os necesito os llamo. ¿Para qué os vais a pegar esta mala noche?
Segundo actor. – Ni mala noche ni nada. ¡Yo me quedo, te pongas como te pongas!
Director. – Pero, es que de verdad es una tontería. No seas así.
Segundo actor. – ¡Que no! De tonterías como estas, está lleno el mundo!
Director. – Que sea como tú quieras. (Suena el teléfono)
Segundo actor. – Ya lo cojo yo. Sí, dígame. Gracias señorita. Sí… sí… soy el novio de Inés. Gracias. ¿Mamá? ¡Hola! Te llamo para que no me esperes esta noche para cenar…, porque voy a llegar bastante tarde. No, mamá, nada de juerga, es que la mujer de Alejandro se ha puesto un poco mal, la han ingresado en el hospital y nos vamos a quedar aquí Antonio y yo para hacerle compañía. Sí…, bueno…, bueno…, de tu parte…, ya te lo contaré todo mañana…, no te preocupes. (Cuelga el teléfono) Mi madre que te dé un beso y que todo vaya bien.
Director. – Gracias. ¿Cómo ha ido todo después de que yo me vine?
Primer actor. – Normal. Todos muy afectados. Así que decidimos venir aquí a verte y a tener noticias de primera mano.
Primera actriz. – De todos modos hemos estado repasando un poco la obra, pero el personal no está con la mente en los ensayos. Ahora ya estarán algo más tranquilos y quizás mañana si todo va mejor, podamos repasar los papeles.
Primer actor. – Si quieres lo podemos dejar hasta que esto haya pasado, y una vez que Eloisa esté en casa, seguimos los ensayos. Yo puedo ir adelantando un poco y después sólo tienes que matizar lo que hayamos hecho.
Director. – Es mejor que repaséis ahora los papeles y así los tendréis sabidos para cuando esta pesadilla nos abandone.
Segundo actor. – No sabemos lo que puede durar esto. Si está en estado de coma, puede ser muy largo así que lo que podemos hacer es lo que proponeAntonio: ensayar con él hasta que Eloisa se estabilice y esté en casa. Después tú lo matizas y a estrenarlo en la fecha prevista.
Director. – ¿Y si todo va mal?
Primera actriz. – ¡No seas negativo! ¿Por qué va a ir todo mal? ¿Por qué no desarrollas ahora tu optimismo?
Director. – ¡De verdad! Vosotros no la habéis visto. ¡Está tan mal! Yo creo que si le quitaran esa bendita máquina de respirar… (Se derrumba nuevamente en el sofá. Los demás se sientan con él) Ella, tan joven, tan llena de vida como estaba esta tarde… y ahora… en esa nebulosa extraña…¡Hasta tienen que respirar por ella!
Primera actriz. – Si quieres le podemos decir al grupo que esta temporada descansamos y que cuando todo se normalice, en el sentido que sea, podemos retomar los proyectos.
Director. – Eso no se lo podemos hacer a nuestros seguidores. Pensad que ahora ya la gente se ha acostumbrado a nuestro teatro. Acabamos de empezar con esta inquietud y no la vamos a dejar a las primeras de cambio. A nosotros, a todos, nos gusta el teatro por encima de otras actividades y no lo vamos a dejar al primer contratiempo. Yo creo que debemos seguir, estrenar esta obra, en la que hemos puesto tantas ilusiones. Por primera vez la ponemos entera, como la escribió Casona. Hemos conseguido que algunas chicas se comprometan con nosotros… y ahora lo queréis dejar. ¡Adelante!
Primera actriz. – Pues si ha de ser así, debemos empezar ya.
Primer actor. – Si va a ser así, lo que sí podemos ir haciendo es la cuestión de la cartelería, las entradas, los folletos de mano y la bendita pancarta. Como sabemos el día del estreno, podemos irlo adelantándolo todo. ¿Te parece?
Segundo actor. – Yo le puedo hacer el boceto a Pepe para que vaya ya haciendo la pancarta. Le hago a la Imprenta el folleto y el cartel y que ellos lo vayan enmaquetando para que tú los veas y se tire enseguida.
Director. – Es buena idea. También podéis hablar con el Ayuntamiento para que corra con el gasto de la imprenta; si yo no estuviese aquí mucho tiempo podríamos descargar al municipio del gasto, pero ellos no se van a oponer. De esa manera podremos bajar los costos en beneficio del público.
Primera actriz. – Puesto que vamos a encargar las entradas, bueno será que decidamos el precio también.
Director. – No es mala idea. De todas formas, pensad que no debemos pasar de las cien pesetas.
Segundo actor. – Yo creo que cien pesetas está bien. De todas formas esta obra no nos va a suponer muchos gastos, contando con que D. Francisco nos deje el cine gratis y que la propaganda la pague alguien.
Primer actor. – Nuestro público se debe ir acostumbrando a pagar un poco más. Nosotros no lo hacemos tan mal y en cualquier sitio una entrada de teatro vale entre las trescientas y las quinientas pesetas.
Director. – Pero si al final lo hacemos porque nos gusta, que más da. Lo importante es que no nos cueste el dinero. Nosotros no podemos cerrar la puerta a un determinado sector de personas, cuyas posibilidades económicas son algo más bajas. Sin ir más lejos, pensad en nuestras propias familias.
(En este momento se abre la puerta de la habitación 22 y salen el médico de guardia, la enfermera y el tocólogo. La enfermera continúa hacia la habitación del médico de guardia donde entra y el médico y el tocólogo se dirigen al Director.)
Doctor. – El especialista necesita hablar con usted un momento, si es posible a solas.
Director. – (A los actores) Bueno, haced lo que creáis conveniente y perdonadme ahora. Gracias por venir.
Primer actor. – Lo dicho, ánimo y tenme informado.(Lo abraza). Adiós.
Primera actriz. – Muchas veces el amor hace milagros. Confía en el amor. (Lo besa). Adiós Alejandro.
Segundo actor. – Yo voy a tomar un café abajo y subo enseguida. Hasta ahora.
Director. – Gracias “Chico”. Hasta ahora. (Salen los cómicos y se queda sólo Alejandro con el tocólogo) Dígame doctor.
Tocólogo. – Bueno, pues he reconocido a su señora. La verdad es que el panorama no es nada tranquilizdor, pero en fin trataremos de hacer lo que podamos en la medida de nuestras fuerzas y de nuestros medios. En este momento ella está tranquila ya que está sedada, pero si sigue en esa situación mucho me temo que vaya a ir a peor en las próximas horas.
Director. – ¿Y no se puede hacer nada?
Tocólogo. – En estas circunstancias lo que no debo es ocultarle nada. Primero: todo esto ha podido iniciarse por un rechazo de la madre hacia el feto, ya que éste lleva muerto algún tiempo.
Director. – ¿Cuánto?
Tocólogo. – Un par de semanas. Segundo: puede que el cólico nefríticoque se le había detectado, haya acelerado todo el proceso. Y, tercero: esto nos ha llevado a la situación en la que nos encontramos: un cuadro clínico en el que la madre está en coma, el feto muerto, y las constantes vitales de ella en muy mal estado. Todo esto nos hace pensar a mi compañero y a mí que lo que debemos hacer es provocar el parto.
Director. – Y, ¿eso a qué nos conduciría?
Tocólogo. – Siento tenérselo que decir tan crudamente. Eso nos llevará a dos supuestos: que una vez que hayamos sacado el feto, podamos estabilizar a la madre clínicamente o que por el contrario sacado el feto muera también la madre.
Director. – (Descompuesto) ¡Dios mío! (Pausa tensa).
Tocólogo. – Lo siento muchísimo.
Director. – ¿Cuántas posibilidades hay de que la madre viva?
Tocólogo. – Algunas. Ella es joven y tengo confianza en que una vez liberada del feto muerto, que si permanece ahí lo que puede hacer es dañarla más, se estabilice somáticamente y pueda ir saliendo poco a poco. Pero, en honor a la verdad, le tengo que decir que también cabe la posibilidad de que todo vaya mal.
Director. – ¿Usted cree que pueda ir realmente a mejor?
Tocólogo. – A mejor de cómo está, posiblemente. Tal cual está ahora, es casi seguro que todo vaya a peor, sin solución posible. Así que es usted el que tiene que tomar la decisión ahora. No lo podemos dejar o los habremos perdido a los dos.
(El segundo actor ha aparecido en el arco de entrada de la derecha, al tiempo de escuchar lo que le ha dicho el tocólogo a Alejandro. Se queda petrificado. Se acerca a Alejandro y le echa el brazo por los hombros.)
Director. – (Después de pensarlo un momento) ¡Que Dios nos ayude! (Pausa tensa) ¡Hágalo! Y por favor, ¡cuídela!, es lo único que tengo en el mundo.
Tocólogo. – No se preocupe, haremos lo humanamente posible. (Al médico de guardia) Hay que avisar al anestesista y prepararlo todo. Debemos empezar lo antes posible.¡Vamos! (Al director) ¡Perdónenos, pero tenemos poco tiempo.
Director. – ¡Suerte!
Doctor. – Su cuñada quería hablar con usted. Pase un momento. (El director entra en la habitación 22. Los doctores se marchan y queda la escena sola con el segundo actor que se sienta en el sofá un poco derrotado. Al poco sale el director, desconsolado.)
Segundo actor. -¿Cómo esta ella? Ya he oído lo que ha dicho el tocólogo.
Y, ¿tu cuñada para qué te quería?
Director. – Para que le avise al hermano y a las hermanas. Voy a llamarlo a él por teléfono y que él mismo se encargue de llamar a las hermanas. También voy a avisar a mi hermana Mary para ponerla al corriente de lo que está pasando y que ella, asimismo, llame a mis hermanos.
Segundo actor. – Si tienes los números dámelos y yo me encargo de pedírselos a la señorita de la centralita. Es amiga de Inés y la he estado saludando cuando he bajado a tomar café.
Director. – Espera, que te los doy. (Busca en su agenda de bolsillo) Toma primero el de mi cuñado, es el 217.
Segundo actor. – (Se dirige al teléfono y habla con la señorita del control.) ¿Alicia?, soy yo otra vez. Voy a necesitar hablar con el cuñado de Alejandro y después con un número de Marbella. Te doy primero el de su cuñado. ¿Cómo? ¡Ah!, bueno…, ¿si tú crees?…, mejor. Espera que te doy el de Marbella. (A Alejandro) Que dice la señorita de la centralita, que como Marbella va a tardar un poco, que le dé el número y ella, mientras hablas con tu cuñado, te prepara Marbella.
Director. – Bien. (Vuelve a consultar la agenda) El de Marbella es el 5662.
Segundo actor. – Alicia, el de Marbella es el 5662. Sí, me espero. (Hay una pequeña pausa, la que tarda la señorita en marcar el número) ¡Oiga! ¿Es casa de Rafael? Un momento que se pone Alejandro.
Director. – ¡Hola! Sí… Sí… Muy mal… Me ha dicho tu hermana que llames a tus hermanas y les digas que Eloisa está peor y que le van a provocar el parto… No. El médico dice que quizá todo vaya mejor después del parto… No, no, el feto ya lo había perdido con anterioridad…., un par de semanas antes…, es sólo para liberarla del feto, a ver si así mejora ella…Haz lo que quieras… ¡Vale!… ¡Adiós! (Cuelga. Con rabia) ¡Estúpido¡
Segundo actor. – Tranquilízate, que igual ellos lo están pasando fatal también.
Director. – Es que es superior a mis fuerzas. ¡Me saca de mis casillas!
Segundo actor. – Bueno, pues eso es lo que menos te interesa ahora. Debes estar tranquilo y reflejar tranquilidad. (Suena el teléfono. El segundo actor acude a descolgarlo) ¡Diga! Sí, Gracias Alicia. Sí… espero. ¡Hola Mary!, Soy el “Chico”. No. Está aquí a mi lado. Yo es que he venido a hacerle compañía un rato. Te lo paso. (Le entrega el teléfono a Alejandro)
Director. – ¡Hola! Mary! … Mal, muy mal… En este momento la van a preparar para provocarle el parto… Sí… No, no, es que la niña ya estaba muerta y parece que puede dañar la estabilidad vital de Eloisa… No…, no….. Bueno si tú quieres puedes venir, pero no ahora, puedes esperar a la mañana y subir en autobús, ahora mismo está su hermana con ella… Yo te llamaría, no te preocupes. Un beso… Sí, me tranquilizaré… Yo confío en que todo va a ir bien… Un beso… Sí… Gracias… (Corta la comunicación. Se queda pensativo y se dirige al sofá, donde se hunde físicamente. Hay una pausa tensa en la que los dos actores permanecen en silencio, uno en el sofá y el otro al pié del teléfono. En ese momento salen de la habitación de la izquierda el tocólogo, el doctor y una enfermera. Los tres van con las batas propias de quirófano. La enfermera empuja un carrito metálico en el que se supone transporta lo útiles necesarios; estos van cubiertos con un paño verde de los que se utilizan en los quirófanos. Al verlos pasar el director los ve ir con el gesto de miedo y totalmente envarado, igual que el segundo actor. Los dos se abrazan. En este momento se produce un
apagón
Al momento se vuelve a encender y la escena sigue igual, sólo que el director se encuentra sentado en el sofá. Está cargando la pipa y fuma. El segundo actor está ligeramente dormido sentado al lado del director. El director se levanta nervioso y pasea por la escena. En ese momento se abre la puerta de la derecha y sale el tocólogo. Viene con la bata verde, la mascarilla caída, sujeta por una oreja. Con el ruido de la entrada el segundo actor se ha puesto de pie. El tocólogo se dirige al Director.)
Tocólogo. – ¡Todo ha ido bastante bien! Ahora nos toca esperar.
Director. – ¿Y, mi mujer?
Tocólogo. – Dentro de lo que cabe, está estable… Nos ha estado ayudando. Pienso que en sus deseos de vivir y en lo más profundo de su ser algo le ha ido diciendo que respondiera a nuestras indicaciones. De tal manera que cuando le hemos pedido que empujase ha empujado y cuando al final se ha producido el parto, ha vuelto a relajarse y sus constantes se han normalizado, ya que durante el parto ha estado muy agitada.
Director. – ¿Y, el feto?
Tocólogo. – Era una niña morena y muy grande. De todas formas, ustedes son jóvenes y tendrán la posibilidad de tener otras u otros. ¡Anímese! Me cambio y vuelvo enseguida.
Director. – Con las ganas que ella tenía… (Como embelesado) ¡Una niña!
Segundo actor. – Ya has oído al doctor. ¡Todo se andará!
Tocólogo. – No se preocupe. Ahora todo está algo más tranquilo. Vaya también y tómese algo, piense que esto puede durar bastante tiempo y no va a estar aquí en ese estado.
Director. – Eso haré. Lo que sí les rogaré es que sea lo que sea, me lo digan sin ningún temor, yo sabré aguantarlo.
Tocólogo. – No se preocupe. En el estado que está, todo lo que le podamos decir es que ha ido a mejor. Si va a peor, no se lo podremos ocultar. Así que vaya y hágame caso.
Segundo actor. – Así que ahora ¡a tomarte algo sólido! Si quieres, vamos a casa, te duchas y volvemos dentro de un rato. Como tu cuñada sigue ahí no hay problema. Le dejamos el teléfono de casa a Alicia, la telefonista y ella, si hubiese algo nos llama. ¿De acuerdo?
Director. – No. A casa no. Vamos abajo, me tomo algo, voy al servicio y volvemos aquí. Si tú quieres, como ahora todo está más tranquilo, te vas, descansas y por la mañana te vienes para relevar a Antonio.
Segundo actor. – De eso nada. A Antonio lo esperamos los dos.
Director. – Pues, ¡vamos! (Salen. Al momento de salir ellos entra el doctor que viene de la habitación 22. Se dirige al tocólogo que ha quedado en escena).
Doctor. – Ahora parece que está más tranquila. ¿Qué vamos a hacer con el feto?
Tocólogo. – Yo creo que lo más oportuno es debe avisar para que traigan una cajita de esas blancas y la tengamos preparada. Pero antes habrá que preguntarle al padre.
Doctor. – ¿Y, la madre? Yo creo que le debemos decir al padre que si ella no sale del estado comático en que está puede quedarse así durante mucho, mucho tiempo.
Tocólogo. – Algo le he insinuado yo, pero no me he atrevido… Ya sabes, es muy duro decirle a alguien que su mujer va a ser un vegetal hasta que se muera y sin poderle decir cuando se va a morir. Es una mujer joven y si se estabiliza totalmente… Yo, de verdad, creo que lo mejor que podía pasarle es que falleciera. Sería muy duro ahora, pero él es joven y se repondría; sin embargo, ella…, mucho me temo, que tú tengas razón. En fin, ese mal trago te lo dejo a ti. Él ha ido al servicio, y de camino, le he dicho, que tome algo de comer, que esto puede ser largo. Yo voy un momento a cambiarme y después pasaré a comprobar sus constantes y quiera Dios que todo vaya mejor de lo que decimos. (De la habitación 22 sale la enfermera con el carrito metálico. El paño blanco que lo cubre aparecerá manchado de rojo y con un volumen superior al que llevó en la ida. Se debe suponer que, debajo del paño blanco manchado, lleva el feto. Se para a la altura del doctor.)
Enfermera. – (Se quita los guantes de latex, que deja sobre el carrito, mientras dice al doctor.) Las pulsaciones siguen bajas, pero la tensión arterial se ha restablecido a niveles casi normales. He retirado el feto. ¿Qué vamos a hacer con él?
Doctor. – Hemos pensado preguntarle al padre. En principio déjalo en la sala de guardia y como previsión avisa al tanatorio para que nos proporcionen una caja para ponerlo. Cuando el padre decida, actuaremos en consecuencia. En cuanto a la tensión, ahora iré yo, quizá le tengamos que poner algo de dinisor para controlársela. Las pulsaciones se las mantendremos bajas, es lo que nos interesa, aunque procuraremos no correr riesgos. (Sale la enfermera. por la puerta de la izquierda. Al poco entra el director acompañado del segundo actor.) Le estaba esperando. Ya me ha dicho el tocólogo que ha hablado con usted. De todas maneras me gustaría informarle de alguna cosa.
Director. – Usted me dirá.
Doctor. – Verá. La situación no es nada agradable. ¿Nos sentamos? (Se sientan el segundo actor queda de pie) En primer lugar le debo decir que, aunque en el parto ha ido todo bien, las consecuencias del mismo son imprevisibles. Con objeto de que usted y nosotros normalicemos esta situación le diré que su mujer puede estar así un tiempo indefinido. Lo que nos va a llevar a que tendrá que estar hospitalizada durante ese tiempo.
Director. – ¿Quiere decirme con esto, que no se sabe cuánto puede estar hospitalizada?
Doctor. – No. No lo sabemos, ni nadie puede saberlo. Puede estar así dos horas o dos años
Director. – ¡Pero, eso es imposible!
Segundo actor. – ¡Calma Alejandro! Escucha al doctor.
Doctor. – No. No es imposible. Eso es una realidad. Tenga en cuenta que ella es una mujer joven. Que, en principio, no ha sufrido ningún daño irreversible en los órganos vitales. Su corazón está bien y, salvo que lo tenemos bajo de pulsaciones, responde. Los riñones no han sufrido tampoco ninguna lesión; sólo el sistema respiratorio está algo alterado, pero no deteriorado, por eso le estamos ayudando con algo de respiración asistida. Lo que sí tiene dañado, de una manera irreversible, es el cerebro. Eso no lo podremos recuperar.
Director. – Pero… ¿entonces? (Se levanta del sofá)
Doctor. – (Levantándose también) Entonces…, en el caso de que todo vaya bien y se termine de estabilizar, se va a quedar así para siempre.
Director. – (Después de una pausa larga) Y, ¿tendría que permanecer aquí todo ese tiempo?
Doctor. – Todo ese tiempo.
Director. – ¿No me la podría llevar a casa?
Doctor. – Eso ya no dependería de nosotros. Dependería de la Seguridad Social. El que un enfermo en esta situación pudiera permanecer en un domicilio particular, conllevaría una asistencia que no creo que estuviese en disposición de asumirse por los servicios de la Seguridad Social. De todas formas, piense que la asistencia que pueda tener aquí sería más próxima y más rápida en cualquier caso.
Director. – Pero entonces yo volvería a estar sólo otra vez. Casado, sin estarlo y con la mente siempre puesta en esta habitación del hospital. ¿Hasta cuando?
Doctor. – Es muy duro, pero no quiero engañarlo. No le puedo crear falsas expectativas.
Director. – (Pausa larga) Bien, déjenme que lo piense. Tendré que hablar con mi empresa, con la familia…
Segundo actor. – Lo siento mucho, Alejandro. Pero te quiero decir una cosa, aunque no he hablado con nadie: con nosotros, con tus amigos puedes contar siempre para todo lo que quieras. No vamos a dejar que estés sólo.
Director. – Gracias.
Doctor. – Con amigos así, no debe preocuparse por su soledad.
Director. – Otra vez, gracias. (Estrecha la mano del doctor que se retira por la puerta de la izquierda. Suena la chicharra y se enciende la luz de alarma de la puerta 22. Se corta y al momento la enfermera cruza la escena para entrar en la habitación 22. El director vuelve a cargar su pipa, la enciende y fuma nerviosamente.) ¿Por qué? (Mira hacia el cielo) ¿Por qué, “Chico”? ¿Por qué?
Segundo actor. – No somos nosotros los que ordenamos la vida. ¡Y menos mal! De todas formas esto es demasiado caótico como para que se produzca
(En este momento se produce la salida de la enfermera, precipitadamente de la habitación 22 y entra en la habitación de la izquierda; al momento, sale acompañada del doctor. Ambos cruzan la escena y entran en la habitación 22. Vuelve a salir la enfermera de la habitación 22 y rápidamente cruza la escena para entrar en la habitación de guardia. De esta sale con un carrito metálico rápidamente. Entra en la habitación 22. Todo este movimiento ha sido seguido por el director, que no acaba de comprender lo que pasa. Finalmente sale de la hitación 22 el doctor que, con gesto de impotencia lanza el estetoscopio al suelo.)
Director. – ¿Qué pasa doctor?
Doctor. – ¡Lo siento! ¡La hemos perdido! ¡No ha podido ser!
Director. – ¿Quiere decir… que…?
Doctor. – Exactamente. Eso quiero decir. Que acaba de fallecer. No hemos podido hacer nada más. Lo siento.
Director. – (Cae, literalmente, derrumbado en el sofá) Y, ahora, ¿qué voy a hacer yo?
Doctor. – (Impotente) ¡Qué sé yo…!
Segundo actor. – ¡Alejandro!
Director. – ¡”Chico”! (Se abrazan desconsolados. Lloran como dos críos)
(Por el arco del proscenio ha entrado el primer actor que ha presenciado la última parte de la escena. Se adelanta hacia el director y el segundo actor y se abraza a ellos. El doctor se retira hacia la habitación 22.)
Primer actor. – ¡Alejandro!
Director. – ¡Antonio! (Permanecen abrazados unos instantes. Durante estos el director no ha dejado de decir:) ¿Por qué? ¿Por qué? …(hasta que el primer y segundo actor se separan, y acompañan al director hasta el sofá donde se sientan. El director mantendrá el diálogo siguiente compungido. Este estado irá desapareciendo a lo largo del mismo.)
Primer actor. – ¡Lo siento! Lo siento mucho. Realmente no sé que pueda decirte.
Director. – ¡Gracias! Pero la verdad es que yo no sé tampoco. Sólo me cabe una cosa en la cabeza: ¿por qué? ¿por qué?… Se me ha roto todo.
Primer actor. – Pero… y los médicos ¿qué te han dicho? ¿Qué explicación te han dado?
Director. – Que ha sido un proceso casi irreversible. Todo empezó en casa de la hermana, donde le empezó el cólico nefrítico y a raíz de esto se le ha ido produciendo una serie continuada de ataques de clancia que han repercutido en todo el sistema. Primero ella entra en coma, posteriormente le han provocado el parto, ya que el feto había fallecido, en el que ella ha colaborado; después se ha estabilizado, pero los médicos me habían dicho que de ese estado quizá no iba a salir.
Primer actor. – (Se levanta) ¡Tan joven! ¡Una mujer tan joven!
Director. – Además, que yo sepa, jamás había padecido ni un mal resfriado, Antonio: ¿Tú crees que esto no es un mensaje?
Primer actor. – ¿Un mensaje? … ¿Un mensaje de qué o de quién?
Segundo actor. – Vamos, Alejandro, seamos razonables.
Director. – Si lo intento, pero… No sé. Tal vez yo haya equivocado el camino.
Primer actor. – Por Dios, Alejandro. No digas simplezas.
Director. – Sí, Antonio, sí “Chico”, de verdad. Quizás sea cierto lo que D. Antonio me dijo cuando dejé el seminario: “tu camino es el camino del servicio al Señor”.
Primer actor. – Eso es sacar las cosas de su contexto. Tu camino es el camino que la vida te está marcando. Que, ¿quizás esto sea demasiado? Puede, pero de eso a cuestionarte si debiste o no dejar el seminario es una cuestión distinta.
Director. – No que yo dejara el seminario salesiano, sino que quizá debería haber cogido el camino secular, haber seguido el camino del sacerdocio.
Segundo actor. – Mira, Alejandro, yo creo que ahora sólo es este momento el que marca tu vida. No debes de cuestionarte ahora nada. Espera un poco. Yo creo que de momento hay cosas más importantes que hacer que especular sobre tus errores. Eloisa ha muerto. Aún está ahí presente. Tú aún la tienes presente. Juega a eso, ¡a este presente! ¡Duro! Pero, es el presente. Tiempo habrá de otras cosas.
Director. – Entonces, ¿por qué?
Primer actor. – El tiempo da respuesta a todo. Sólo el tiempo podrá contestarte esa pregunta. Quien sabe. Quizás puedas ser un buen sacerdote; puede que un buen padre de familia; tal vez el teatro, que tanto queremos los tres, te ayude a continuar. (En ese momento se abre la puerta de la habitación 22 y salen el doctor y la enfermera. Aquél se dirige al director.)
Doctor. – Perdonen, creo que ahora nos debemos de ocupar del traslado del cuerpo de su esposa. Hemos pensado situar a la niña junto a la madre, si a usted le parece bien.
Director. – (Volviendo a la realidad) ¡Perdón! ¿Me decía?
Doctor. – Que habíamos pensado prepararlo todo para el traslado de las fallecidas y le preguntaba si ponemos a la niña junto a la madre, o la ponemos a ella y a la hija separadas.
Director. – Que sigan juntas. Después de esa separación tan traumática, mejor será que reposen juntas.
Doctor. – Su cuñada le necesita dentro. (El director sale. El doctor se dirige a los dos actores) Por lo que he oído, ustedes son amigos de Alejandro, ¿no?
Primer actor. – De eso me honro.
Segundo actor. – Puede jurarlo
Doctor. – Pues quizá, ustedes tengan más sensibilidad para decirle que debemos de trasladar los dos cuerpos al lugar donde se vaya a velar. Que él lo decida. El caso es que lo tendremos que hacer a lo largo de la mañana. Nosotros los sacaremos de la habitación y lo llevaremos al mortuorio del hospital hasta que todo esté arreglado.
Primer actor. – No se preocupe. Yo me ocuparé de ese tema, para evitarle más estrés del que ya tiene.
Doctor. – Me parece bien. Pero, por favor, no lo dejen ya que necesitaremos la habitación libre.
Segundo actor. – Ahora, en cuanto él salga, nos pondremos a la tarea.
Doctor. – Gracias. Hasta luego y siento mucho no haber podido hacer más.
Primer actor. – ¡Olvídelo! Las cosas son como son. (El doctor sale). ¿Qué podemos hacer?
Segundo actor. – En principio, creo que deberíamos llamar a Juan. Él, como tiene un compañía de seguros sabrá más que nosotros. Espera que busco el número. (Saca su agenda y consulta. Lo encuentra y va al teléfono, lo descuelga y habla) ¡Alicia! , ¿me podrías poner con el número 121? Sí, ha fallecido… Una pena… imagínate, hecho polvo; ahora está con ella… gracias, espero. Antonio, ponte tú que tienes más confianza.
Primer actor. – ¡Juan! Soy Antonio. Te llamo para darte, primero, una mala noticia y después para pedirte un favor… Bueno… la mala noticia es que Eloisa, la mujer de Alejandro acaba de fallecer… Sí… No… en principio, no… Todo ha sido muy rápido, ayer por la tarde se encontró mal… sí… sí… ya te puedes suponer como está él… No, lo que quiero es que me dice el médico que habrá que trasladarla y para eso necesitamos tu colaboración. Como te puedes suponer no tenemos ni idea de cómo funciona esto, por lo que te rogaría vinieses por aquí y me eches una mano, no sin antes dar las órdenes oportunas… Sí… eso, sí… sí… sí… el médico me ha dicho que antes del mediodía… bueno, eso lo dejo a tu mejor saber y entender… entonces no vengas, prepáralo todo y yo me paso por tu oficina para comunicarte lo que él haya decidido… Vale. Yo espero a Alejandro que está con ella y su cuñada en la habitación, y enseguida que él me diga lo que sea yo me voy a tu encuentro. Gracias. (Cuelga)
Segundo actor. – ¿Qué dice Juan?
Primer actor. – Que él lo va a preparar todo de modo, va a mandar el féretro aquí y cuando Alejandro nos diga dónde quiere que sea el velatorio, yo veo a Juan en su oficina y él procede al traslado a lo largo de la mañana.
Segundo actor. – Deberíamos llamar a alguno de los nuestros para que corra la voz en el grupo. ¿Te parece?
Primer actor. – Llama a Auxi y que ella se encargue. Ella, a esta hora debe de estar en casa de sus padres. El número es el 111.
Segundo actor. –(Descuelga de nuevo el teléfono) Alicia, ¿me pones con el 111? Gracias. Qué de molestias te estamos dando ¿verdad?… ¡Oiga! ¿Me pone con Auxi, por favor? Sí, supongo que está acostada, pero dígale que es por lo de Alejandro. Gracias. (Espera un momento) ¿Auxi? ¡Malas noticias!… Sí, efectivamente, ha fallecido… No…, Antonio y yo estamos en el hospital… pues de pura casualidad, ha sido llegar y encontrarse con el drama… pues no lo sé… qué sé yo… él está destrozado y con muchas dudas… en principio estamos esperando aquí a que él salga de la habitación… yo creo que lo que debemos hacer es arroparlo, que nos vea cerca de él… bueno, llama tú a los que puedas y que se llamen entre ellos… aún no lo sabemos pero a lo largo de la mañana nos llamamos para decirlo…, Juan lo va a preparar todo… un beso. (Cuelga y va a volver a llamar cuando aparece el director.) ¿Qué, como está tu cuñada?
Director. – ¡Ahí, postrada sin acabárselo de creer! Ella lo ha pasado fatal, ten en cuenta que no se ha retirado ni un momento de su lado.
Primer actor. – Bueno, yo me voy a encargar del tema burocrático para el traslado. Ya he hablado con la funeraria y todo está resuelto; ellos se van a encargar de todo. Sólo queda un pequeño detalle y es saber dónde quieres tú que traslademos a Eloisa para el velatorio.
Director. – En el piso sería muy complicado, porque las escaleras son muy estrechas. Se lo he dicho a mi cuñada y a ella le parece bien que la llevemos a su casa, encima del bar.
Primer actor. – Pues bien, ahora tú, el “Chico” y yo nos vamos a ir. Tú te refrescas un poco en mi casa. El “Chico” y yo, mientras tú te arreglas, llamamos a Juan a la oficina y le decimos lo del traslado, tomamos un café y ya Juan se habrá encargado de que todo esté resuelto para cuando nosotros lleguemos.
Director. – Gracias, Antonio, pero yo me espero a que se la lleven y después acompaño a mi cuñada a su casa. Ustedes os acercáis a ver a Juan y le decís nuestras intenciones Voy a llamar a mi cuñado para que lo sepa y venga por la hermana para que ella descanse un poco. Ten en cuenta que ha sido toda la noche en vela y pendiente de todo. (Esto último lo ha dicho con el teléfono en la mano) Señorita, ¿me pone con el 217? Sí, soy Alejandro…, muchas gracias, muy amable… se lo agradezco de corazón. De acuerdo espero. ¡Oye! ¿Rafael?… Sí… soy yo… Te llamo para decirte que tu hermana ha muerto. No, en principio, no. Ahora estamos arreglando lo del traslado. Yo creo que Antonio lo ha hablado con Juan para llevarla a casa de tu hermana. Como tú tienes coche, había pensado que vinieras por tu hermana y la llevaras a su casa. Yo iré después. Ya la funeraria se está encargando de todo. Yo me iré andando con Antonio y el “Chico”, y así me despejo un poco. No… no… al menos hasta mediodía no podrá ser. Haz lo que creas. Allí nos encontraremos… (En este momento cae derrumbado. Se abraza a Antonio y al “Chico”. Mientras éstos lo consuela, él se desahoga) ¿Por qué? ¿Por qué? ¿A mí, por qué? …. (Mientras los tres están abrazados cae el
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Epílogo
(La escena es la misma del Primer Acto. Sólo que en este momento hay muy poca luz; no está la luz de ensayo aún puesta. Todo está preparado para el ensayo. En esta ocasión los cómicos están todos agrupados en el escenario, sentados en semicírculo: unos, de pié y otros, en taburetes o sillas. Han pasado dos días desde la muerte de Eloisa. Todos están afectados.)
Segunda actriz. – Desde luego, ha sido un palo para todos, pero ni que decir tiene que para él ha sido el principio de un abismo sin fondo.
Segundo actor. – Sí, solo había que verlo cuando salió detrás del féretro, con aquella cara pálida, enjuto y del brazo de su hermana y su tío.
Tramoyista. – Yo creo que no sería capaz de aguantarlo. ¡Es que es muy fuerte, que de un solo golpe, pierdas a tu mujer y a tu hija!
Primera actriz. – A mí me ha sorprendido absolutamente. Una chica joven, fuerte, con ganas de vivir, con la ilusión de ser madre y de pronto… ¡no puede ser!
Apuntador. – Todo esto entra dentro de las cosas más naturales. Estamos, y de pronto, sin poderlo entender, sin que medie aviso, sin esperarlo… todo se rompe y sólo queda la desesperación, el vacío que en este momento debe sentir Alejandro, y ahora, qué… ¿seguimos?, ¿nos vamos? ¿Qué?…
Primera actriz. – Yo creo que ha sido buena la idea de Antonio de vernos aquí para decidir qué vamos a hacer ahora. Porque aunque es verdad que Alejandro ha perdido a Eloisa, y nosotros… ¿Qué perdemos nosotros?
Segundo actor. – Él ha perdido todo de golpe. Nosotros, al final, estamos aquí, seguimos en el escenario, que es lo que nos gusta, pero ¿seremos capaces de seguir sin él?
Primera actriz. – ¿Por qué sin él? ¿Cómo sabes que él no va a seguir?
Segundo actor. – ¡Después de un golpe como éste!… ¿Cuánto tiempo se necesita para que una persona se reponga? ¿Podremos esperar nosotros?
Apuntador. – Si le llamas a esperar ahora, en este momento sí. Si lo que preguntas es si podremos esperar a seguir como grupo sin él, yo creo que no; nos faltaría el líder, el que nos empuja, el que nos llama cada día, el que ha hecho de nosotros este grupo de teatro.
Tramoyista. – A mí me da la impresión de que a pesar de todo, no debemos de precipitar las cosas. Yo creo que debemos esperar a que venga Antonio, que por cierto se retrasa, y él, que debe conocer la situación de Alejandro en este momento, nos diga que va a pasar con todo.
Apuntador. – De todas maneras yo creo que esta obra no la podremos estrenar en la fecha en la que habitualmente estrenamos. Pensad que estamos a finales de Noviembre, que enseguida estaremos en Navidad y que con tanta pérdida de ensayos, esto no va a estar para finales de Enero.
Primera actriz. – Tampoco hay que ser agoreros. Antonio conoce muy bien la obra y puede, si quiere, ensayar hasta que Alejandro se reponga.
Segunda actriz. – Esa es buena idea. Se lo podríamos proponer a Antonio a ver qué dice.
Segundo actor. – Y yo, que creo que la pobre Eloisa, sin quererlo, se ha cargado el grupo…
Apuntador. – No seas así. Eso es una barbaridad. No puedes llevarlo a esos extremos.
Segunda actriz. – Ustedes conocéis mejor que yo al grupo, ya que soy una recién llegada, pero a veces el destino juega esas malas pasadas. Y si Alejandro ha sido el corazón y el alma del grupo, mucho me temo que esto tenga mala solución de continuidad.
Tramoyista. – Yo sigo insistiendo en que debemos esperar. Podremos especular con esto o aquello, pero la verdad es que quizás Antonio, que ha estado estos dos días con él, sepa algo más que nosotros. ¡Esperemos!.
Primera actriz. – Si estamos todos de acuerdo podemos proponerle a Antonio que sigamos ensayando con él y cuando Alejandro se reponga, y respetando su tiempo, tome de nuevo las riendas del grupo. ¿Os parece bien?
Apuntador. – A mí me parece bien.
Tramoyista. – Creo que no habría ningún inconveniente.
Segunda actriz. – Por mí, encantada.
Segundo actor. – Yo estoy con ustedes en lo que decidáis mejor para el grupo.
Primera actriz. – Pues, entonces, esperemos que llegue Antonio a ver qué nos cuenta. Debemos estar muy firmes en nuestra postura y presionarlo para que así sea.
Apuntador. – Por el bien del grupo debemos estar unidos, ahora más que nunca. Tanto por demostrarnos que somos, y seguiremos siendo éste grupo de teatro, como por Alejandro que creo se merece esta solidaridad.
Electricista. – Me vais a perdonar, pero voy a subirme a la cabina. Va siendo tarde y si Antonio al final no viene, quiero dejar todo preparado para mañana que tenemos cine. Si os hago falta me llamáis. (Sale por el patio de butacas y se dirige a la cabina.)
Tramoyista. – Sí, porque puede pasar que Antonio se haya entretenido o que no se haya acordado que habíamos quedado aquí a las 9.
Antonio. – (Entrando por el patio de butacas) Perdón.
Apuntador. – ¡Ya era hora!
Primera actriz. – ¿Has ido a ver a Alejandro?
Antonio. – (Que ha ido avanzando hacia el escenario hasta subir a él, va contestando) Del hotel vengo. No quiere ni oír hablar de su casa.
Primera actriz. – Y, ¿entonces?
Antonio. – Pues ayer se quedó su hermana con él en el piso, pero ella se marcha hoy a Marbella para incorporase al trabajo y él dice que de piso nada de nada. Que no sería capaz.
Segunda actriz. – ¡Pobre Alejandro! Yo lo entiendo. Si han sido sólo ocho meses. ¡Ocho meses de vida intensa de matrimonio! Y ahora…
Antonio. – Pero bueno, él deberá hacer frente a esa situación. Nosotros, en principio, lo que podemos hacer es crear un grupo de apoyo a su alrededor, para que se sienta, en la medida de lo posible, menos sólo. Yo he pensado que podríamos dejar ahora los ensayos de la obra y dedicarnos a estar pendientes de él, pasar a recogerlo por las tardes, tomar café, invitarlo a nuestras fiestas… en fin que vea que seguimos a su lado y cuando él decida podemos seguir con el teatro.
Primera actriz. – Nosotros hemos pensado, y estamos todos de acuerdo, que tú sigas dirigiendo la obra para que la estrenemos, como siempre, a final de enero. Creemos que es la mejor manera de que él se sienta arropado. Que sepa que estamos con él, con lo que a él le gusta y que lo estamos esperando.
Antonio. – Eso me parece una buena idea, pero yo estoy muy afectado y no sé si podría…
Director. –(Ha entrado un poco antes por la sala y ha oído lo último que se ha dicho. Grita) ¡A ver, Pepe, esa luz de ensayo!
Electricista. – Encantado. ¡Ahí va eso! (Enciende toda la luz posible)
Todos. – (Poniéndose en pie y sorprendidísimos)¡Alejandro!
Alejandro. – (Ha habido una pausa tensa. Alejandro ha subido al escenario.) Yo no sería nada sin ustedes. Si me encierro en mí estaré perdido. Espero que con vuestra ayuda superaré este mal trance. Así seremos lo que siempre he pretendido: un grupo de teatro fuerte y sólido que sabe y debe de saber que, a pesar de todo, “La vida sigue”. (Se abrazan todos en el centro de la escena y cae el
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– En general, la estructura de la obra en los dos actos y el epílogo, me parece excelente. De todas formas, queda muy corta. No creo que dé para más de una hora en escena. Habría que ir, al menos a media hora más.
– El interés del texto reside en su carácter emotivo, dramático, que lo convierte en una obra muy creíble y con la que cualquier persona se puede identificar. Especialmente, para los que conocemos y queremos a su autor, resulta muy acongojante. Yo no pude parar hasta que terminé.
– El tema del teléfono, está un poco desorganizado: en el primer acto, hay llamadas a fijos del teatro. En el segundo acto aparece el móvil y a mí me ha producido un efecto un tanto chocante.
– ¿Por qué no eliminar el móvil y las referencias al presente y situar la obra al principio de los años 70?
¿DÓNDE ESTÁS, CORAZÓN?
¿Dónde estás corazón? En el mes de Junio, exactamente el día 7, se ha celebrado en toda Europa el Día Europeo del Trasplante. Se ha hablado de los trasplantes de órganos, se han tenido Simposios, Jornadas, reuniones en Hospitales y concienciación a los vivos de la necesidad de ser donantes de órganos.
Lo más importante de un trasplante es el “donante”; si no se hubiese descubierto que con un órgano de un muerto se podía dar vida a un inmediato difunto, ahora estaríamos hablando de un montón de personas que habríamos pasado el umbral de la muerte sin posibilidad de retorno. El que esto escribe sería uno de estos. Luego entonces, a quién hay que reconocer la solidaridad, la entrega y el desinterés es al “donante”. Porque, ¿Dónde está mi corazón? Aquel corazón del que me dotó mi padre y mi madre y que, parece ser, debiera haber estado conmigo hasta el fin de nuestros días sin que ninguno de los dos le falláramos al otro.
Yo recuerdo que cuando, después de despertar del coma en el que estuve diez días, el doctor Vallejo, mi cirujano del trasplante, me dijo:
– José Mª, como tenías el corazón tan dilatado y tan grande, te lo hemos quitado y te hemos puesto uno nuevo.
Yo me eché a llorar – así estuve diez días, llorando por cualquier cosa – y pedí que viniese mi mujer. Me trataban de convencer de que mi mujer no podía entrar en aquel área del hospital (UCP: Unidad de Cuidados Postoperatorios), porque era un área limpia de virus y no podía entrar ningún extraño, por el peligro de que portara alguno, que podía ser mortal. Yo insistí hasta la saciedad:
– ¡Yo quiero que venga mi mujer!
Fue tal el berrinche que me tomé, que, al final, el doctor Vallejo transigió:
– Bueno, como una excepción y sin que sirva de precedente, tu mujer va a entrar, pero, por favor cálmate que te estás perjudicando.
Al poco, mi mujer entró, la conocí por la voz, ya que venía totalmente disfrazada de verde y con una mascarilla en la cara. Yo, sin voz casi, y llorando a lágrima viva le dije:
– ¿A tí quién te ha autorizado a que me pongas otro corazón?
Ella no me contestó. Yo nunca me he arrepentido bastante de aquella reacción mía, por injusta, por falta de amor y sobre todo por falta de comprensión. ¡Jamás he sido más injusto! Y ¡jamás podré perdonarme mi falta de amor!
Ahora lo siento latir, siento latir el corazón de aquella chiquilla de 23 años que hizo que yo ahora pueda hablar con mi mujer, que ha hecho que yo pueda seguir amándola, pueda seguir amando a mis hijos, que yo pueda devolver a la sociedad el bien que me ha hecho. Y todo lo hizo sin pedirme nada a cambio. No me dijo:
– ¡Cuídalo bien! ¡Disfrútalo!, ya que yo no voy a poder hacerlo. Mi padre ha decidido que viváis algunos por mí. Me hubiese gustado que la decisión hubiese sido mía, pero a esta edad nos creemos eternos.
No, ella no me dijo nada, no me pidió nada. Ella sólo se murió horas antes que yo, para que yo viviera. Pero ahora la siento dentro de mí, respiro por ella, huelo por ella, acaricio por ella, veo los amaneceres por ella, siento por ella, mis poros traspiran por ella, mis manos escriben por ella, aplauden por ella, río por ella, lloro por ella, ando por ella, vivo por ella y, ¡cuantas veces rezo por ella!
Jamás me he atrevido a escribir de mi trasplante de corazón, ese músculo, que encerrado en nuestro tórax, ha sido inspiración de poetas, guía de sentimientos y motor de tantas expresiones sentimentales: ¡corazón mío! hemos dicho a nuestros hijos, a nuestras novias con pasión, a nuestras mujeres con amor… ¡Corazón loco! ¡Corazón partío! ¡Corazón!! Pero, ¿Y ahora? ¿Dónde está mi corazón? ¿Dónde van mis sentimientos?
Yo siento que amo, yo siento que siento, yo siento… ¿qué siento? ¿No eres tú, muchacha desconocida, la que sientes? ¿No eres tú, mujer solidaria, la que amas? ¿No eres tú, mujer?
Ese es el milagro de la solidaridad: ¿Para qué serviremos después? ¿Qué ganaremos con que todo vaya a la tierra o al fuego? ¿No es mejor dar vida a otros cuando nosotros ya no la tenemos? ¿No es más símbolo de solidaridad entregar nuestro deshecho para utilidad de la humanidad?
Yo he visto llorar a enfermos de corazón que querían un corazón. Yo he visto morir a enfermos de corazón que no han tenido mi suerte. Yo he escuchado a enfermos de corazón alegrarse en los puentes festivos. Yo he visto tanta miseria en las áreas de trasplantes de corazón que ahora me avergüenzo de no haber sido solidario en muchas ocasiones.
Ahora quiero pagar, de alguna manera, esa necesidad que tengo de concienciar a mis paisanos rondeños de que se hagan “donantes”; para ello vamos a organizar las “primeras jornadas rondeñas de trasplante de órganos”, esperamos contar con todos ustedes. Estad atentos. Será una manera de seguir vivos después de haber muerto, os lo digo yo, que ya estuve una vez en ese umbral.